Durante décadas, Eric Clapton eligió hablar a través de sus canciones. Su legendario talento con la guitarra junto a sus populares himnos al amor y a la pérdida (Layla, Wonderful tonight, Tears in heaven) han sido las herramientas con las que el célebre bluesman británico se ha parado ante el mundo y ha expresado sus visiones sobre diversos temas. Eso hasta hace un año y medio, cuando la pandemia terminó por sacar su voz y convertir a uno de los tipos más respetados de la música en un personaje incómodo, polémico y de opiniones impopulares.

Su más reciente trabajo, el registro en vivo The Lady in the Balcony: Lockdown Sessions, publicado en noviembre pasado, ha pasado especialmente desapercibido para ser un nuevo lanzamiento del inglés, quien hoy en día hace más noticia y llena más páginas por sus cuestionados dichos contra las cuarentenas y las vacunas del Covid-19 que por su música.

La prensa del Hemisferio Norte, en especial aquellos medios especializados que por décadas transformaron a “Mano lenta” en una especie de deidad del rock y el blues, hoy repasan sin miramientos ni eufemismos al ex Cream. “Eric Clapton no sólo está diciendo tonterías sobre las vacunas, sino que las está financiando”, tituló en octubre la revista Rolling Stone, un crítico reporte sobre el presente del músico, a quien define como un “deslenguado escéptico sobre las vacunas”.

De alguna forma, Clapton se ha transformado en una suerte de emblema de los negacionistas de la pandemia, en uno de los portavoces más famosos de las teorías conspirativas que cuestionan la vacunación contra el coronavirus y las restricciones que han impuesto la mayoría de los gobiernos del mundo a sus ciudadanas, incluyendo el británico, con el fin de controlar la plaga.

Una postura que quedó de manifiesto por primera vez en noviembre de 2020, cuando se unió al célebre cantautor norirlandés Van Morrison para un single antimascarilla y anti-cuarentenas titulado Stand and deliver, cuyas ganancias fueron donadas al Lockdown Financial Hardship Fund de Morrison. “¿Quieres ser un hombre libre? -se pregunta la canción en el coro- ¿O quieres ser un esclavo?”.

Si bien la canción fue criticada por el ministro de Salud de Irlanda del Norte, quien reclamó que la pieza brinda “un gran consuelo a los teóricos de la conspiración que piensan esto es todo un gran complot mundial para eliminar las libertades”, Clapton anunció que “somos muchos los que apoyamos a Van y sus esfuerzos por salvar la música en vivo. Él es una inspiración”.

Le siguió otro sencillo de temática similar, This has gotta stop, en agosto de 2021. Y pocos meses antes, un mensaje donde relató los efectos que tuvo en él la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19. “Mis manos y pies estaban congelados, entumecidos o ardiendo, y prácticamente inútiles durante dos semanas. Temí que nunca volvería a tocar”, dijo entonces.

Por esos días, en julio de este año, “Mano lenta” sentenció que no volvería a hacer conciertos “en ningún escenario donde haya una audiencia discriminada presente”, en respuesta a la medida impulsada por Boris Johnson en Reino Unido que exigió vacunación para ir a conciertos.

“Un racista famoso”

Su mensaje, que él mismo asegura que apela a la “libertad”, le ha costado perder amistades y las críticas de otras celebridades de la música popular. Incluso, ha levantado viejas polémicas que hasta ahora permanecían ocultas bajo la alfombra o algo olvidadas en el tiempo, como su apoyo a la llamada Countryside Alliance, institución que promueve los deportes de campo británicos como la caza.

“Eric apoya la Countryside Alliance. No caza él mismo, pero disfruta de actividades rurales como pescar y disparar. Apoya la búsqueda de la Alianza para eliminar la prohibición sobre la base de que no está de acuerdo con la interferencia del estado con actividades privadas de las personas”, explicó en 2004 uno de los representantes del guitarrista.

“Amo a Eric Clapton, él es mi héroe, pero tiene puntos de vista muy diferentes a los míos en muchos sentidos”, dijo el guitarrista de Queen, Brian May, en una entrevista reciente con The Independent, donde se definió como “pro vacunas” y criticó a su colega por su postura contraria.

Eric Clapton, Chuck Berry y Keith Richards

“Es una persona que piensa que está bien disparar a los animales por diversión, así que tenemos nuestros desacuerdos, pero nunca dejaría de respetar al hombre”, comentó May. “Siempre habrá algún efecto secundario en cualquier medicamento que tomes, pero para ir por ahí diciendo que las vacunas son un complot para matarte, lo siento, eso para mí califica como una estupidez”.

Más decidor es el distanciamiento de Clapton con el bluesman Robert Cray, guitarrista, amigo y colaborador histórico del artista inglés, quien reveló públicamente de su alejamiento y su decepción con su colega por su postura en torno a la pandemia.

En un revelador reportaje publicado días atrás por The Washington Post, titulado precisamente “¿Qué le pasó a Eric Clapton?”, Cray revela que se sintió ofendido cuando su amigo lanzó la canción Stand and deliver, sobre todo cuando el tema compara las medidas de salud pública con la esclavitud, por lo que decidió escribirle un correo electrónico. Su respuesta no lo dejó conforme por lo que le envió un segundo mensaje para avisarle que se retiraba de los shows de soporte que tenían planificados para una próxima gira en conjunto.

A lo anterior se sumó la foto que se tomó Clapton en septiembre junto al gobernador de Texas, Greg Abbott, quien impusó una ley anti aborto y ha sido criticado por su oposición al matrimonio homosexual. “Preferiría no asociarme con alguien que está en el extremo y es tan egoísta”, dijo Cray al respecto. “Comenzamos a tocar una música que no era particularmente popular en el momento en que comenzamos a tocar. Hemos ganado algo de notoriedad, y estoy de acuerdo con eso, pero seguramente no necesito pasar el rato con Eric Clapton para que eso continúe”.

El baterista Jim Keltner, que conoce a Clapton desde hace medio siglo y ha tocado en seis de sus álbumes, también habló con el Washington Post y se mostró desconcertado por sus opiniones. “Nadie con quien haya hablado tiene una respuesta para lo que pasa con Eric”, comentó. “Estamos todos en el mismo barco. Todos estamos diciendo: ‘No puedo entenderlo’”.

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Según consigna el artículo del Post, uno de los factores que para los cercanos del guitarrista pueden haber influido en su postura actual, tiene que ver con su desesperación por no poder tocar en vivo debido a las cuarentenas, que lo convirtieron en alguien solitario e irritable. “Esta ha surgido como la teoría principal de por qué Clapton ha respondido con tanta fuerza a los cierres de Covid”, señala el reportaje. “A los 76 años y con una larga lista de problemas de salud, desde problemas con los nervios en sus manos y piernas hasta pérdida de audición, puede sentir el tic-tac del reloj y está desesperado por tocar tanto como pueda”.

Pero la polémica no se reduce a lo relativo a la pandemia, ya que el actual momento del ex Yardbirds ha propiciado que refloten viejas polémicas, aun cuando el músico siempre se ha cuidado de no dar opiniones políticas demasiado seguido. Además de su apoyo a la caza, en el último tiempo algunos amigos del artista y medios de prensa han recordado sus dichos racistas durante un concierto en Birmingham en 1976, con el movimiento BlackLivesMatter como telón de fondo. En esa ocasión, el músico cuestionó la inmigración frente al público y sentenció que había que mantener “a Inglaterra blanca”.

Incluso, celebridades como la aclamada compositora estadounidense Phoebe Bridgers criticaron a Clapton, en su caso, por hacer “música extremadamente mediocre” y ser “un racista famoso”. Cray, en tanto, dice en su última entrevista que su ex amigo ha cambiado con los años, que ha perdido el sentido del humor.

Por su parte, Eric Clapton ha intentado mantenerse al margen de los cuestionamientos y no dar entrevistas sobre estos temas. El músico rechazó hablar para el artículo del Washington Post y su representante, Michael Eaton, explicó a través de un comunicado que “dado el nivel deprimentemente malo del periodismo reflejado en ciertos artículos recientes, Eric Clapton no tiene ningún deseo en este momento de comprometerse con la prensa estadounidense. Cualquiera que esté a la vista del público tiene que esperar y aceptar comentarios negativos, pero deben ser equilibrados”.

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