El fin de una era: Haroldo Brito deja la Corte Suprema y Justicia reactiva nombramientos pendientes en el Poder Judicial

Este miércoles 15 es el último día como titular de la sala penal del máximo tribunal del ministro Haroldo Brito Cruz. Al día siguiente cumple la edad límite para obrar como juez de la República. Con su salida, ya serán tres los cupos pendientes en la Suprema, por lo que el gobierno deberá activar nominaciones, como la de la ministra Jéssica González, que quedaron trabadas en el Senado tras los fracasos en negociaciones del defensor de la Niñez que ya fueron despejados. El Poder Judicial se viste de largo para la despedida de un emblemático y quien fue uno de los inspiradores del "garantismo" en las nuevas generaciones de jueces del país.


Para los abogados y organizaciones ligadas a la defensa de los derechos humanos este miércoles 15 de noviembre comienza a cerrarse uno de los capítulos más importantes en la historia judicial. Y es que será el último día como titular de la sala penal del ministro Haroldo Brito Cruz, ya que al día siguiente -el jueves 16- cumplirá 75 años, es decir la mayoría de edad para obrar como juez de la República. En los pasillos del Palacio de Tribunales algunos replican que “es el fin de una era” y es que el rol que jugó el magistrado -ligado a la masonería- fue fundamental durante los años más duros tras el golpe militar. Un seminario sobre los 200 años del Poder Judicial será la última actividad en que el jurista participe como miembro de la Corte Suprema.

Con la salida del emblemático juez, el ministro de Justicia, Luis Cordero, reactivará las negociaciones en el Senado para seguir el curso de nombramientos que se encontraban paralizados tras una engorrosa nominación del defensor de la Niñez, que estuvo cinco meses trabado y que finalmente vio la luz con el nombramiento de Anuar Quesille, candidato apoyado por la parlamentaria independiente Fabiola Campillai, y la tercera opción que se sometió a votación de la Cámara Alta tras la “caída” de otros dos candidatos.

Una vez despejado este cargo, el titular del edificio emplazado en Morandé 107 se prepara para reponer el nombre de la ministra Jéssica González, quien fue propuesta por el Presidente Gabriel Boric para ocupar la vacante del exministro Guillermo Silva, pero cuya candidatura fue retirada antes de pasar a sala ya que no estaban los votos. Sin embargo, la partida del titular de la sala penal aceleró las tratativas, ya que el máximo tribunal no conformará más quinas a menos que se despejen los cupos pendientes, entre los cuales se mantiene en espera la nominación de fiscal judicial de la Corte Suprema, cargo que fue habitado por última vez por la abogada Lya Cabello, quien a su vez es pareja de Brito.

Desde el mundo judicial se observa con especial cautela la “puesta en escena” y “movimientos de ajedrez” que le esperan al Ejecutivo en los próximos procesos de nominación en el Senado. Aún está en la retina la fallida carrera por fiscal nacional y en que La Moneda tuvo que ceder a sus pretensiones de candidatos para lograr que el Senado aprobara a la máxima autoridad del Ministerio Público, que resultó ser finalmente Ángel Valencia. A los ya mencionados cargos en el Poder Judicial se sumará, en poco menos de 40 días, la vacante del contralor general de la República, ya que Jorge Bermúdez cumple su periodo este año. Cualquier movimiento en el tablero del máximo tribunal incidirá, dicen fuentes de gobierno y del Congreso, en la nominación del próximo titular de Teatinos 56, negociaciones que en ninguna administración han sido pacíficas.

El retiro del juez que inspiró a los “garantistas”

En los tribunales de garantía, al instalarse la Reforma Procesal Penal en Chile hubo una fuerte corriente de magistrados que conformaron un grupo denominado “jurisdicción y democracia”. Se trataba principalmente de jueces dedicados a aplicar el derecho penal que tenían en común ser críticos del rol del Poder Judicial en dictadura y que vieron en jueces del antiguo sistema, como Haroldo Brito, Milton Juica, Jorge Dahm y Carlos Cerda, entre otros, a inspiradores de cómo la justicia debía intervenir para proteger los derechos humanos de todos los ciudadanos, incluso -muchas veces- de aquellos que cometían delitos y que en la actualidad tenían a todo el poder del Estado (Fiscalía y policías) en su contra.

Fue entonces cuando nació el concepto de “garantismo”, donde la trayectoria de Haroldo Brito fue vital para quienes hoy se consideran sus discípulos. Es admirado por ser uno de los pocos magistrados que durante el régimen militar intervinieron a favor de presos políticos, acogiendo recursos de amparo cuando era juez en Valparaíso, y logrando la liberación, a inicios de los años 80, de un grupo de universitarios que habían sido detenidos por agentes del Estado. Se le reconoce, además, su carrera gremial ocupando cargos, incluso de asociaciones internacionales de jueces. En 2017 organizó el seminario “Gobierno Judicial e Independencia de los Jueces”, en la 60 reunión anual de la Unión Internacional de Magistrados (UIM).

Uno de los principales legados de Brito al foro judicial es haber fundado, junto al académico Hernán Correa de la Cerda, el Instituto de Estudios Judiciales (IEJ), que antes de la Academia Judicial se involucró en la formación de magistrados.

“El juez Brito es como el Frente Amplio de la Suprema”, dijo un integrante del Poder Judicial en 2017 -para un reportaje que hizo La Tercera-, para ejemplificar por qué le costó tantos reparos internos el llegar a presidir el máximo tribunal, liderazgo que asumió finalmente y sin contratiempos al año siguiente.

Este miércoles 15 una de las últimas causas de derechos humanos que revisará Haroldo Brito Cruz es una emblemática. se trata del montaje de Janequeo 5707. Ahí se investigó un falso enfrentamiento en que murieron dos integrantes del MIR a manos de agentes de la CNI, Carabineros e Investigaciones, y que ocurrió el 7 de septiembre de 1983. Será la última vez que el magistrado plasme su firma en una historia judicial que concluye con la vista en el máximo tribunal tras 48 años de carrera en el Poder Judicial.

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