El nuevo Ali: Lebron James como ícono de las reivindicaciones raciales y la disidencia

LeBron James, durante la interpretación del himno de Estados Unidos en uno de sus partidos en La Burbuja de la NBA.

El alero de los Lakers es el verdadero gran líder del movimiento de deportistas contra la injusticia y la violencia racial en Estados Unidos. Junto a él, destacan Chris Paul y Kawhi Leonard, entre muchos otros. La NBA hoy está en serio riesgo de ser cancelada.


La burbuja de la NBA se reventó. Y el que porta la aguja es LeBron James, el ícono más importante del básquetbol mundial desde hace años. El heredero de Michael Jordan y Kobe Bryant dentro de la cancha, pero cuyo otro gran legado es seguir la senda de leyendas como Muhammad Ali fuera de ella. El Rey llegó a Los Angeles Lakers en 2018 con el único objetivo de sumar su cuarto anillo de campeón y en esta particular temporada tenía verdaderas chances de lograrlo. Sin embargo, hoy dejó hablando solos a sus compañeros del sindicato de jugadores (NBPA) que no están de acuerdo con cancelar definitivamente el desarrollo de los playoffs en Orlando.

James es hace años también uno de los principales rostros que desde el deporte lucha contra la injusticia racial. Su posición no es algo de los últimos meses, producto del estallido social provocado por la muerte de George Floyd en Minneapolis, a manos de un agente policial. Es una pelea que ha llevado en paralelo con su larga lista de éxitos. Por eso el episodio de este miércoles, con toda la plantilla de Milwaukee Bucks boicoteando el quinto partido de la serie contra Orlando Magic, en protesta por el caso de Jacob Blake, quien recibió siete disparos en la espalda, en otro ataque de un uniformado, generó la reacción inmediata del alero. Y su deseo de ir más allá que las jornadas suspendidas ayer y que también se extenderán hoy.

LeBron sabe lo que genera entre sus colegas básquetbolistas y de otras disciplinas. Sabe que si juega o no, muchos lo seguirán. Su mensaje pega fuerte y el que llevó esta mañana a la reunión de la NBPA fue no volver a jugar. Sin medias tintas. Se unió a Kawhi Leonard (la megaestrella de LA Clippers) y ambos, con sus respectivas escuadras, se retiraron indignados de la cita sindical por no encontrar la adhesión total a su propuesta.

“No importa cuánto dinero tengas, no importa qué tan famoso seas, no importa cuántos te admiren, es muy duro ser negro en América”, dijo Lebron en 2017, después de que su propiedad amaneciera con rayados racistas. El doble medallista de oro olímpico (2008 y 2012) ni siquiera le teme a la máxima autoridad de Estados Unidos. A través de declaraciones y especialmente en sus redes sociales, ha sostenido duras críticas contra el presidente Donald Trump, quien ha atacado drásticamente a los deportistas por hincarse durante el himno nacional, imagen emblemática de la protesta contra el racismo.

“FUCK THIS MAN!!!! WE DEMAND CHANGE. SICK OF IT (Que se joda este hombre. Demandamos un cambio. Estoy harto de esto)”, escribió James en su cuenta de Twitter, poco después de que Trump hablara del episodio de Blake en Kenosha, estado de Wisconsin, y reafirmara que su gobierno no apoyara “saqueos, los incendios provocados, la violencia y la anarquía en las calles estadounidenses”. Antes de tuitear, el líder de los Lakers también se había expresado ante los medios acreditados en la burbuja de Orlando. “¡Y ustedes se preguntan por qué decimos lo que decimos sobre la policía. Que alguien me diga por favor qué demonios está pasando aquí! Exactamente otro hombre negro al que apuntan. ¡Esta mierda está tan mal y es tan triste! ¡Siento tanta pena por él, su familia y nuestra gente! Queremos justicia”.

Pero no es solo LeBron una voz fuerte entre los jugadores. Otra superetrella que ha jugado un rol importante en estas semanas de mensajes y expresiones contra la discriminación es Chris Paul, base de Oklahoma City Thunder. CP3 ha sido clave en la remontada de su equipo en la serie contra Houston Rockets, que ahora está empatada 2-2. Fue la gran figura del cuarto duelo de este choque por el Oeste, asistió al cuestionario oficial post partido y ante la primera pregunta sobre su gran desempeño, respondió: “El baloncesto está muy bien, pero hay problemas más reales que debemos empezar a abordar”. Y redondeó: “Quiero mandar mis oraciones a la familia de Jacob Blake. Decidimos venir aquí a jugar por él, para hablar de la injusticia social y cosas que siguen pasando a nuestra gente, y eso no está bien”, explicó el jugador de OKC, quien también es presidente de la NBPA y representante más visible de la comunidad de basquetbolistas de la principal liga del planeta.

Paul tiene 35 años, la misma edad de LeBron James. De hecho, son grandes amigos, integrantes del Banana Boat, el cuarteto de talentos que se crecieron juntos, se enfrentaron desde niños en el colegio y que luego brillaron en la NBA. A Paul y James se unen Carmelo Anthony (Portland Trail Blazers) y Dwyane Wade (retirado). Los cuatro reconocidos por su discurso social, además.

La lista de jugadores identificados con la lucha contra la discriminación y violencia racial es larga. George Hill y Sterling Brown, por ejemplo, leyeron el comunicado de los Bucks con el que se inició el movimiento que hoy tiene al futuro inmediato de la NBA en vilo. Pero entre todos, es LeBron el más importante de todos. Es el rey, le hace honor a su apodo, y no está preocupado de vender más zapatillas, como transmitió alguna vez Michael Jordan cuando se le pidió pronunciarse en temas más profundos que el simple hecho de botar y lanzar un balón al aro.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.