El diario de un anarquista: los detalles de la confesión de Solar, el primer imputado que reconoce autoría en los “casos bomba” en Chile

En una extensa declaración de 11 carillas, Francisco Solar entregó su testimonio sobre cómo planificó y ejecutó tres atentados explosivos en Santiago. Sus motivaciones y modus operandi fueron revelados por primera vez ante el Ministerio Público, quebrando así una tradición histórica en cuanto a los códigos del anarquismo. "El objetivo de esta declaración es reconocer participación en los hechos por los que me formalizaron", partió diciendo, antes de dar cuenta de viajes, contactos y disfraces. Una de sus intenciones, según se lee, es exculpar a su expareja de estos hechos.


“Francisco quiere conversar”, le dijeron los abogados Nicolás Toro y Humberto Lamarie al fiscal regional Sur, Héctor Barros. El persecutor -quien junto a Claudio Orellana lideran todas las investigaciones relacionadas a la colocación de artefactos explosivos- respondió con un severo: “¿De qué?”. Y claro, había incredulidad y desconfianza de qué pudiera decir Francisco Solar Domínguez, quien estaba formalizado por el envío de una bomba al exministro del Interior Rodrigo Hinzpeter; a la 54º Comisaría de Carabineros y la instalación de un elemento explosivo en Vitacura.

Sin embargo, los fiscales escucharon la respuesta de los defensores que es casi imposible oír por parte de imputados de tendencia anarquista insurreccional: “Francisco quiere colaborar”. No había que seguir ahondando más en intenciones y de inmediato se agendó hora y lugar para un momento revelador en una de las causas más complejas de los últimos años, denominada “casos bomba 1 y 2”, y que nunca había contado con una confesión.

El 1 de diciembre, a las 10 horas, el fiscal Orellana, en compañía del teniente de Carabineros Nicolás Aliaga y del cabo José Oñate, llegó hasta la cárcel de Rancagua. Allí, en un anexo del recinto penitenciario se encontraron con Solar y sus abogados, para dejar plasmada en 11 páginas la confesión de quien fuera absuelto en Chile en el denominado “caso bombas 1″, pero condenado en España por el atentado a la Basílica Nuestra Señora del Pilar.

La Tercera PM accedió a este testimonio, donde Solar -exesposo de Mónica Caballero, su eterna compañera en los caminos del anarquismo- dijo de entrada a los investigadores: “El objetivo de esta declaración es reconocer participación en los hechos por los que me formalizaron, el hecho 1 y el hecho 2″. Lo primero dice relación con el ataque a la comisaría de Carabineros y el envió de la bomba a Hinzpeter, en julio de 2019; lo segundo, la colocación de un artefacto explosivo en el edificio Tánica, en febrero de 2020, en Vitacura.

El exilio en regiones

Tras cumplir su condena en España por la colocación de la bomba en la Basílica de Zaragoza, en marzo de 2017, Solar y Caballero regresaron al país. Fue una llegada silenciosa, sin declaraciones a la prensa y bajo la férrea custodia de sus amigos y familiares.

Con pocas cosas planificadas, la pareja inició una participación bajo perfil en distintas actividades sociales y políticas. Pero la pareja decidió dar un giro en sus vidas y salir de Santiago. “Nuestra idea fue alejarnos de las grandes ciudades, principalmente de Santiago, por su modo frenético de vida, y levantar un proyecto autosustentable. Adquirimos paneles solares, teníamos agua de pozo”, señaló en su testimonio a los investigadores.

En ese sentido, relató que Mónica Caballero -a quien dijo “no estoy obligado a declarar en términos de inculparla”- había comprado colmenas para comenzar con apicultura y la elaboración de huertos y árboles frutales. Hacían, además, mermelada con frutas del sector, que luego vendían la ecoferia de Talca y a conocidos de Santiago.

A pesar de la tranquilidad que le entregaba la vida en la Región del Maule, Solar no podía despojarse de sus sentimientos anarquistas más profundos. “No dejé de pensar que la manera más adecuada de luchar contra un sistema avasallador sustentado en la autoridad y la depredación es por medio de la acción violenta revolucionaria. Solo a partir de esta es posible lograr momentos de desestabilización, que aunque sean instantes fugaces, develan la vulnerabilidad del poder”, indicó.

La idea le quedó dando vueltas siempre, hasta que a mediados de 2018 le dijo a Caballero que su intención era el retorno a la acción. “En una extensa conversación, ella me señala que no estaba dispuesta a hacer este tipo de acciones, porque no estaba dispuesta a asumir un riesgo de esa magnitud y que su prioridad estaba en el proyecto iniciado en la parcela”, indicó Solar.

Para él, en tanto, la decisión estaba tomada, por lo que “me puse a pensar en algún objetivo, teniendo claro que si iba a sumir un riesgo grande, la acción a realizar debía ser potente. Pensé en realizar una acción como respuesta, como venganza, contra personas ligadas a la represión y al poder empresarial, ambas características las cumplía a cabalidad Rodrigo Hinzpeter, que en el año 2019 era gerente del Grupo Quiñenco, cuyo presidente es Andrónico Luksic, y anteriormente Hinzpeter había sido ministró del Interior del primer gobierno de Sebastián Piñera, dejando una estela de represión que será difícil de dejar de recordar”.

El otro objetivo sería Carabineros, pero antes que todo, había que tener un plan sólido y con las herramientas necesarias para impactar y cumplir con sus intenciones.

La dinamita del Moncho

De la Región del Maule, Solar tuvo que trasladarse hasta la Región de Coquimbo. Ahí, según su relato, estaban los conocimientos e insumos que él buscaba. “Como mi intención era realizar una acción de envergadura, decidí utilizar dinamita que podía adquirir en el Valle del Elqui, específicamente a un pirquinero del sector de Pailahuano”, recordó.

El testimonio de Solar relata, de manera casi novelesca, con quién se reunió para obtener un elemento clave: “En agosto o septiembre de 2017 viajé a la Cuarta Región para realizar un trabajo de investigación con personas víctimas de tortura y prisión política durante la dictadura. Este trabajo constaba de varias entrevistas, muchas de las cuales se realizaron en el Valle del Elqui. Preguntando por la dirección de algunas personas que tenía que entrevistar entablé conversación con un hombre al que le decían Moncho, quien me ayudó orientándome en el sector y dándome una dirección, y dentro de lo mucho que conversamos él me señala que era pirquinero en el sector de Pailahuano”, dijo.

Moncho, al parecer, le explicó que él contaba con dinamita, mecha industrial y detonadores que estaba dispuesto a vender. Solar guardó su contacto y volvió donde Mónica Caballero casi todo el 2018, donde, seguramente, reflexionó y no pudo sacarse su plan de la cabeza. Por lo mismo, en marzo de 2019 tomó la última decisión en torno a sus intenciones anarquistas.

“En marzo de 2019 viajé por el día y le compré alrededor de 100 gramos de dinamita que estaba inserta en un niple de plástico negro, un detonador pirotécnico y un trozo de mecha industrial en la suma de $ 50.000. Regresé a la parcela y guardé todo esto en un lugar que Mónica Caballero nunca supo, que era un hoyo que hice en un extremo de la parcela”, dijo a los fiscales.

Lo de Hinzpeter ya era decisión tomada, pero hubo otra cosa que le inquietaba: “La violencia policial”, dijo, con la que Carabineros reprimió las protestas por la Ley Aula Segura. Solar dijo que esto fue un factor determinante para fijar su segundo objetivo: la institución de Carabineros de Chile.

Blancos en la mira

El envío del artefacto explosivo -con dinámita- a Hinzpeter no fue azaroso. Hubo un seguimiento y estudio de los movimientos del exministro del Interior antes de materializar su plan.

“Empecé a investigar sobre Hinzpeter, dónde trabajaba, dónde vivía, qué hacía, a las actividades que asistía. Pronto supe que trabaja en el Edificio Itaú, en la comuna de Las Condes, específicamente en la calle Enrique Foster, esquina Apoquindo”, por lo que “en uno de mis viajes que realicé desde San Rafael hasta Santiago fui a ver el edificio Itaú, a ver su flujo de gente que entraba, que salía”.

Incluso, dijo que intentó ingresar al piso 14, donde estaban las oficinas del Grupo Quiñenco y no pudo por los férreos controles existentes en la entrada. Por lo mismo, “pensé que lo mejor sería enviar una encomienda explosiva”.

Sobre las razones para escoger la 54 Comisaría de Carabineros, ubicada en Huechuraba, Solar mencionó que fue en acto de “venganza” por el asesinato de Claudia López, en 1998. “Si bien tengo claro que los funcionarios que trabajaban en el 2019 en esa comisaría no eran los mismos que asesinaron a la compañera, fue ese lugar el que sirvió como punto de operación en ese momento y lo sigue siendo para cada jornada de protesta”, indicó.

Con ambas cosas definidas, con la pólvora y la dinamita comprada, ahora quedaba determinar el cómo. Cómo trazar una ruta que permitiera que Hinzpeter abriera la encomienda y que Carabineros recibiera el artefacto sin dar muchas pistas de su identidad.

Solar, aplicando el sentido común, dejó claro antes los investigadores cómo lo logró, tras una extensa búsqueda de empresas de encomienda: “Encontré la sucursal de Correos de Chile ubicada en Gran Avenida, específicamente en la comuna de El Bosque, que contaba con todas las características necesarias: era pequeña, tenía muy poco flujo de gente y, lo más importante, no contaba con cámaras de seguridad en su interior”.

Carabineros trabaja por artefacto explosivo en Quiñenco
25 de julio del 2019/SANTIAGO Rodrigo Hinzpeter es visto conversando con carabineros en las afueras del edificio de Quiñenco mientras se trabaja por un artefacto explosivo, el cual iba dirigido para el exministro del interior. FOTO: HANS SCOTT/AGENCIAUNO

El estallido social y el frustrado ataque al Gope

Para abril del 2019, Solar y Caballero ya había terminado su relación. Si bien se casaron en España, en 2015, nunca inscribieron el matrimonio en Chile, así que acá no hubo mayores trámites que hacer. Sin embargo, la cercanía entre ambos seguía intacta, tanto así que en todo el relato judicial de Solar, siempre insistió en que Caballero no sabía de sus planes.

Ya para octubre de 2019 el estallido social caló hondo en la conciencia anarquista de Solar. Las noticias de las protestas y marchas le movieron cierta fibra, por lo que ya consumados los ataques a Hinzpeter y Carabineros en julio de 2019, necesitaba trazar más objetivos.

Tras lograr salir “ileso” de estos dos atentados, viajó a Uruguay, donde participó de algunas charlas en compañía de su amigo Felipe Guerra. Fue y volvió al país sin problemas, dijo a los investigadores.

Con el estallido social en pleno, Solar fijó su nuevo blanco: “El sector oriente de la capital había sido objeto de algunas manifestaciones, provocando el rechazo de quienes viven ahí ante el temor de ver amenazados e incluso perder sus privilegios. Se pudo apreciar cómo personas que se manifestaban pacíficamente en el mall La Dehesa fueron insultadas e incluso agredidas, y también cómo el Ejército y la policía blindaron esos barrios en una clara complicidad entre la fuerza represiva y la clase adinerada”, detalló.

Por lo tanto, dijo, decidió “golpear esas comunas, pero específicamente a uno de los barrios dentro de ella, al barrio Santa María de Manquehue, donde se encontraba el periódico El Mercurio, vocero histórico de los sectores más conservadores de este país. Soy enfático en señalar que mi intención no era dañar gente, sino que mi intención era alterar la normalidad de ese barrio, prueba de ello es que en un primer momento pensé en colocar los artefactos explosivos al interior de los baños del Café Kant, ubicado al interior del edificio Tánica, pero por el riesgo de herir a personas finalmente lo descarté, decidiendo colocar un artefacto explosivo en el sector de parques de la inmobiliaria Tánica, específicamente debajo de una banca de cemento que amortiguaría la explosión”.

Esta acción, además, contemplaba herir a efectivos del Gope de Carabineros, cuando estuvieran haciendo diligencias en el lugar, una vez detonado el primer explosivo. “Decidí atacar a Carabineros, porque aparte de ser enemigos históricos de nosotros, los anarquistas, Carabineros ya contaba en ese entonces con la mutilación de cientos de globos oculares”.

Para caracterizarse y moverse por la capital para colocar estas bombas -de las cuales solo estalló una, la que fue dejada en el edificio Tánica- le pidió ayuda a Mónica Caballero para caracterizarse. Ella -según Solar- le ayudó en eso y en el recorrido, además de llamar a Radio Cooperativa para difundir el ataque, de manera anónima.

Solar termina su declaración contestando una serie de preguntas en relación a teléfonos, tarjetas de memoria y todo lo que le ayudó a elaborar sus planes anarquistas que derivaron en estos atentados. Pero ahí, el ente persecutor no pudo escarbar más. Los códigos y secretos de Solar volvieron a la oscuridad.

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