“Ola de lo pendiente” o pandemia 2.0: se despejan las UCI y pacientes sin Covid-19 dominan la hospitalización

FOTO: Agencia Uno

Las cifras de hospitales y clínicas dan cuenta de lo rápida que ha sido la disminución de los pacientes graves de coronavirus. Pero normalizar las unidades de cuidado crítico aún está lejos: los pacientes crónicos y descompensados han elevado sus atenciones, en una demanda que, los expertos advierten, será prolongada.


Ya no es el Covid, sino las listas de espera. Las UCI de todo Chile se empezaron a vaciar hace algunas unas semanas, cuando la segunda ola comenzó a disminuir, en una rápida desescalada que, de la mano con la campaña de vacunación, en solo cuatro semanas revirtió la tendencia de la demanda asistencial y el perfil de los pacientes.

Así, mientras el 2 de julio eran 1.092 los pacientes con coronavirus internados en las clínicas de todo el país, usando el 70% de los cupos disponibles, para el 2 de agosto eran 474, demandando solo el 44% de la capacidad instalada.

Lo mismo en hospitales: si el 2 de julio eran 1.793 los pacientes en UCI por Covid-19, un mes después eran 869, empujando una baja en la ocupación de estos pacientes del 70% al 44% de las camas críticas.

Así, el uso de las unidades de alta complejidad en pacientes sin coronavirus se ha incrementado un 86% en el último mes en las clínicas -pasando de 473 a 609 -y ahora concentran el 56% de uso de las camas. En los hospitales la demanda de estos pacientes subió 45% en el mismo período, al crecer de 767 a 1.111.

Y si bien la salida de los enfermos con coronavirus está permitiendo la entrada de los casos postergados, el panorama no es del todo alentador, pues está evidenciando las miles de prestaciones pendientes por efecto de la pandemia, en la antesala de lo que podría convertirse en una nueva emergencia sanitaria de pacientes crónicos, descompensados o diagnosticados tardíamente.

“En las últimas semanas hemos visto una baja considerable en el número de pacientes hospitalizados por Covid-19 en las unidades de cuidados intensivos. Sin embargo, esta baja contrasta con el aumento considerable de pacientes que están afectados por otras patologías”, dice Javier Fuenzalida, vicepresidente ejecutivo de Clínicas Chile, quien añade que “este cambio en la ocupación de camas críticas hace evidente el importante número de atenciones, cirugías y procedimientos que fueron postergados durante los momentos más álgidos de la pandemia (...). Esta es una pandemia 2.0 que nos obliga a mantener un número importante de unidades críticas disponibles y refocalizar nuestros esfuerzos para atender a los pacientes no Covid”.

Sector público

En la Posta Central, en el peor momento hubo 147 camas críticas, de las cuales el 95% estaba ocupada por pacientes Covid. “Ese nivel se mantuvo durante meses, por no decir el año pasado completo. Pasado eso, hemos tenido que ocuparnos de otras patologías”, comenta Osvaldo Carrasco, director del centro asistencial.

Ahora mismo, en la Posta cuentan con 117 UCI, de las cuales solo el 25% se ocupa en pacientes Covid. Carrasco detalla que las camas están “distribuidas en pacientes politrauma, que sufren accidentes graves, accidentes automovilísticos, caídas de altura, y además ha habido un aumento de accidentes cerebrovasculares y TEC, al que dedicamos otro tercio en ocupación. El porcentaje Covid que tenemos va en franca disminución”.

En Maipú, en el Hospital El Carmen están reactivando las operaciones menos complejas: “Hemos comprobado una baja en el número de contagios en la Región Metropolitana y en nuestra comuna, lo que nos ha permitido como hospital hacer eco del llamado del Minsal y comenzar a reactivar las cirugías electivas, con el objetivo de bajar la lista de espera que bordea los tres mil casos, en este año y siete meses de pandemia”, apunta Juan Kehr, director del establecimiento.

Para ello están reduciendo las camas UCI y así aumentar las de cuidado intermedio (UTI), en miras a hacer más procedimientos ambulatorios los sábados y domingos.

Comparado con julio, la cantidad de pacientes en ventilación mecánica bajó considerablemente en el recinto maipucino: de 41 ese mes, a 23 el 5 de agosto. Kehr relata: “Durante el peak teníamos el 100% de ocupación en nuestra UCI, un total de 56 camas, llegando incluso a tener ventilados en Urgencia. Hoy hemos podido desescalar y transformar una UCI en UTI, con lo cual tenemos hoy 44 camas UCI y 71 camas UTI”.

Las clínicas privadas

En la Clínica Dávila ya han ido retirando las UCI transitorias que habían montado en pabellones quirúrgicos, servicios de urgencia, UCI Pediátrica y Unidad de Cuidados Intermedios Adultos. A causa de la pandemia, el recinto tuvo que pasar de 74 a 140 camas intensivas. “Hemos registrado menor demanda de atención de pacientes con cuadros graves por Covid-19, lo que nos ha permitido reacomodar las unidades”, comenta Carolina Asenjo, directora de la clínica.

De hecho, en el establecimiento de Recoleta se está incentivando que quienes lo precisen puedan operarse, ahora que los espacios volvieron a estar disponibles. “Contamos con el programa ‘Retoma tu Cirugía’, en el que se ha dispuesto una gestión especial para los pacientes que necesiten una intervención quirúrgica. En este programa se ha potenciado la cirugía mayor ambulatoria”, apunta Asenjo.

En la Red de Salud UC Christus, la disminución del porcentaje Covid es drástica: de las 79 camas críticas con las que cuentan, solo el 10% corresponde a pacientes Covid. En el peor momento, la clínica llegó a contar con 97 camas críticas, que llegaron a alcanzar ocupaciones promedio del 96%.

En cambio, lo que se eleva ahora son los procedimientos no postergables. José Ignacio Rodríguez, director médico de la Clínica Red Salud UC, cuenta: “En las dos últimas semanas se ha llegado, incluso, a tablas quirúrgicas por sobre los promedios del año 2019, aunque un porcentaje cercano al 30% corresponde a procedimientos ambulatorios. Es un hecho que la actividad quirúrgica comenzará a aumentar progresivamente debido a condiciones que no han podido ser resueltas con la mejor oportunidad, es lo así llamado ‘ola de lo pendiente’”.

Algo similar se está viviendo en la Clínica Indisa. El jefe de la Unidad de Paciente Crítico, Sebastián Ugarte, asegura que “en el momento en que teníamos 139 camas UCI, dos o tres no eran Covid”. Hoy por hoy, tienen hospitalizados a 40 pacientes con Covid positivo o sospechoso en cuidados intensivos. Y el pabellón de cirugía, que se usó como UCI en los peores momentos, se ha vuelto a ocupar como quirófano.

En tanto, en la Clínica Vespucio se vieron en la necesidad de duplicar sus cupos UCI: de nueve a 18. Y ya los han desescalado. “En la actualidad estamos con la actividad quirúrgica normalizada, pero los equipos deben solicitar autorización para realizar sus cirugías, con el fin de dosificar la ocupación de camas críticas y contar siempre con cupos disponibles para tratar a pacientes con alguna complicación”, comenta Andrea Solís, directora médica de la clínica.

En la Clínica Santa María multiplicaron cuatro veces su capacidad de camas críticas para dar respuesta a la emergencia sanitaria “totalizando 85 camas de cuidados intensivos”, comenta su director, Javier González. Ahora mismo, con la pandemia a la baja, el recinto las redujo a 40, de las cuales solo el 25% está ocupada por pacientes Covid.

Lo que se viene

Con dudas aún sobre el impacto que podría producir la variante delta, los expertos coinciden en lo que será la próxima emergencia: las cirugías y atenciones que no se hicieron ni diagnosticaron durante este último año y medio. De hecho, el ministro de Salud, Enrique Paris, lo detalló en entrevista con este medio, afirmando que hay más de 300 mil pacientes aguardando cirugía, más de 700 mil que requieren atenciones odontológicas y más de dos millones que aguardan una consulta de especialidad.

Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la Unab, comenta que los pacientes no Covid hoy día son prácticamente un 50% del total de camas ocupadas. Esto se debe fundamentalmente a que ha habido una gran cantidad de personas que no han sido oportunamente atendidas, enfermos crónicos principalmente, no Covid, que han postergado cirugías”.

El problema, indica Sánchez, es que no solo no se ha operado a miles de pacientes, sino que tampoco se han hecho diagnósticos: “Lo que uno debiera esperar es que la cifra de personas que están en lista de espera hoy día se siga incrementando en los próximos meses, a medida que se empieza a normalizar la atención de especialistas y la otorgación y ejecución de exámenes de desarrollo diagnóstico. De tal manera que eso va a generar una identificación de nuevos pacientes crónicos que requieren intervenciones quirúrgicas y que probablemente requerirán UCI”.

Luis Castillo, jefe del Centro de Paciente Crítico del Hospital Barros Luco y coordinador nacional de Camas Críticas, resume el panorama: “Hoy día tenemos 3.374 camas habilitadas, de las cuales hay ocupadas 2011. Y de esas, 1.050 aproximadamente son pacientes Covid: el resto, casi el 60%, son enfermedades no Covid: infartos, infarto al miocardio, problemas cerebrales, problemas infecciosos, entre otros”.

Considerando este aumento de demandas asistenciales por enfermedades no Covid, y mirando las estadísticas de los países Ocde, Castillo apunta a un número a tener en cuenta al momento de ir desescalando las unidades críticas: “Entre 3.100 y 3.250 camas de cuidados intensivos Chile debería tener de forma permanente, para hacer frente a lo que hay en resolución de lista de espera y a la eventual necesidad por una tercera ola”.

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