Columna de John Pitney: ¿Trump contra las cuerdas?

Karen McDougal junto a Donald Trump.


Por John Pitney, analista político estadounidense, Claremont McKenna College.

La acusación contra Donald Trump revela aspectos buenos y malos del sistema político estadounidense.En cuanto al lado positivo, es un ejemplo de justicia igualitaria ante la ley. Los partidarios del expresidente republicano dicen: “Si pueden hacerle esto a Trump, pueden hacerle esto a usted”. Tienen razón, pero no en la forma en que pretenden. Cuando los estadounidenses comunes presentan registros comerciales falsos, también están sujetos a enjuiciamiento. Entonces, un exmandatario rico puede enfrentar las mismas consecuencias que un pequeño empresario deshonesto.

Un jurado podría absolver a Trump. Incluso sus críticos más fuertes deberían reconocer que esta posibilidad representa una fortaleza del sistema estadounidense. En una sala de audiencias, se presume que los acusados son inocentes hasta que los jurados los declaran culpables por unanimidad. Es difícil para un fiscal quitarle la libertad a un estadounidense, que es precisamente como debe ser.

También hay un lado malo. Trump mintió y engañó a lo largo de décadas en sus negocios. Su riqueza le compró muchos abogados y aliados políticos, por lo que se salió con la suya con sus fechorías. Es bueno que haya aterrizado en un tribunal penal, pero le tomó demasiado tiempo llegar allí.

Peor aún, él y sus seguidores están reaccionando a la acusación con tácticas desagradables y peligrosas. Durante mucho tiempo ha apelado al racismo, por lo que no sorprende que se haya referido al fiscal de distrito, que es afroamericano, como un “animal”. En las redes sociales publicó una foto de sí mismo sosteniendo un bate de béisbol junto a una foto del fiscal de distrito. La amenaza de violencia era obvia. Ha llamado la atención sobre el origen colombiano del juez, y su hijo compartió un artículo con una foto de la hija del juez, exponiéndola potencialmente a un ataque.

Estados Unidos tiene muchas cosas de las que estar orgulloso. Donald Trump no es uno de ellos.

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