Columna de Nicolás Fernández: Congreso Futuro, laboratorio de ideas

Congreso Futuro 2022.


Por Nicolás Fernández, cientista político, director ejecutivo de Fundación Encuentros del Futuro (coorganizadora de Congreso Futuro)

Al cierre de esta versión de Congreso Futuro, que convocó a 80 expositores y expositoras de los más variados ámbitos del conocimiento, creo importante compartir una breve reflexión. Estos 11 años de Congreso Futuro han sido un período de muchos cambios en los que la “distancia” entre el presente y lo que llamamos futuro se ha ido acortando. En sus inicios podíamos ver charlas que describían la frontera del pensamiento, pero no era sino hasta tres o cuatro años después que estos avances o conversaciones se hacían parte de la cotidianeidad. Hoy, ese tiempo se ha reducido al punto que, por ejemplo, estamos exponiendo sobre los Neuroderechos, la protección frente al ciberespacio, mientras ya la tecnología está completamente trenzada con nuestras vidas y realidad. Es en este contexto que se vuelve fundamental encontrar la forma de acelerar la transferencia de los contenidos y aprendizajes emanados de iniciativas como ésta hacia la sociedad, de manera abierta y transversal para que contribuya al desarrollo de una mejor ciudadanía.

Como hemos visto este año en las exposiciones de Antony Fauci asesor jefe de la Casa Blanca para la crisis de Covid-19, o el virólogo uruguayo Gonzalo Moratorio, la pandemia en sí ha sido un gran experimento de laboratorio que prueba la relevancia de la participación del conocimiento científico en las decisiones del Estado. Sin lugar a duda, los países que mejor entendieron el virus fueron capaces de contrarrestar de mejor forma la amenaza a la salud y economía de la población.

Asimismo, la participación de mujeres economistas fue clave durante este año. Esther Duflo, Premio Nobel de Economía 2019, planteó que es una falacia que el aumento de políticas de ayuda hacia la población fomenta “la pereza”, pues “las personas quieren tener un sentido de que pertenecen a una comunidad, que tienen un trabajo significativo, que su aporte les provee no sólo de dinero, sino que dignidad”. Por otro lado, la reconocida economista Mariana Mazzucato, fue quien expresó la importancia del desarrollo basado en una estrategia intersectorial y la importancia de impulsar políticas públicas en favor de la reducción de la huella de carbono y del plástico de los océanos.

Timnit Gebru, la controvertida ex funcionaria de Google nos abrió una vez más la cortina para ver con más claridad la sombra tras los algoritmos, la enorme brecha que tenemos como especie para hacer de ese universo digital uno libre de sesgos y que resguarde los Derechos Humanos. Además, en el panel de “Niñez al centro” se revivió el urgente desafío de avanzar desde un mundo adultocentrista hacia uno que integre a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho, aprovechando el aporte que hacen para visibilizar dimensiones en que los adultos hemos sido mucho más lentos, como la valoración de la diversidad o la conciencia sobre la crisis climática.

Congreso futuro es literalmente un regalo de estas mentes brillantes para que el Congreso Nacional, el Gobierno y la Convención Constitucional puedan discutir con base científica y el más alto nivel del pensamiento las fórmulas para el nuevo Chile. Hago este punto porque fueron sorprendentes las innumerables alusiones de los expositores al proceso chileno, tanto de la existencia de este espacio, como de los diversos hitos que han marcado a nuestro país: un estallido social que desencadena la postergada discusión de una nueva Constitución y una pandemia que provocó una estrategia de vacunación y el desarrollo de un aparato de control que ha sido un ejemplo para muchos países del mundo.

Porque realmente creemos que el conocimiento empodera a las sociedades y hoy más que nunca los ciudadanos y ciudadanas debemos ser protagonistas en la toma de decisiones, tanto Fundación Encuentros del Futuro como el mismo Congreso Futuro seguirán invirtiendo en esfuerzos, alianzas e innovaciones para poner el valor del conocimiento al servicio de la construcción de una sociedad ecológica y socialmente sostenible, para finalmente alcanzar nuestro anhelado lema: Aprender Convivir.

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