Crítica gastronómica de Don Tinto: El Naturista, volver



Por Alvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico.

Hace unos 20 años pasaba enero y febrero completos en Santiago. Y como trabajaba en el centro, se me hizo costumbre durante esos meses almorzar una vez por semana en El Naturista. ¿La razón? Sus porotos granados, que acostumbraba a condimentar con pebre y acompañaba con un jugo de piña. Se trataba de un almuerzo barato y rápido (consumido de pie en su barra), pero por sobre todo muy sabroso. Por lo mismo, el recuerdo gustativo ha perdurado hasta la actualidad.

Así las cosas, por una mezcla de curiosidad y nostalgia, de pronto me vi hace unos días tomando el Metro en dirección al centro. Me bajé en Universidad de Chile y luego caminé por un Paseo Ahumada un poco más ordenado (y con menos gente) que el que vi meses atrás. Luego doblé por Moneda al oriente hasta llegar al Naturista. El local estaba como siempre. La barra a la entrada, el comedor al fondo y en medio de todo esto la caja y la gran pesa que muchos comensales usan antes de pedir algo. Pero había muy poca gente. La verdad, nunca había visto la barra tan desocupada. Por lo mismo, me ubiqué ahí con holgura y… a lo que vinimos: porotos granados ($6.900) más un jugo de piña ($2.700). El jugo llegó junto a una panera con dos hallullas pequeñas y sabrosas, con una masa full manteca, más el tradicional pebre: con mucho tomate y algo de ají verde, bien espeso y delicioso.

Hacía calor así que el jugo -espeso y bien frío, tal como lo recordaba- se fue en dos movimientos, por lo que pedí un agua sin gas ($1.700) cuando llegaron los porotos, con su baño de color por encima y casi saliéndose del plato. Es decir, modalidad “con baranda”. Y a la primera cucharada, sintiendo la combinación cremosa de porotos, zapallo y choclo lo cierto es que retrocedí 20 años. Luego hice lo de siempre, condimentar el plato con una buena cantidad de pebre y -una vez más- los recuerdos se activaron. Como siempre fue, se trataba de un plato lleno de sabores muy balanceados, de una textura exquisita y al que no le faltaba nada. Es decir, los granados del Naturista en toda su expresión.

En tiempos de cocinas y cocineros que pareciera solo buscan inventar nuevamente la rueda, es reconfortante encontrar negocios sencillos y tradicionales como El Naturista que siguen en buen pie y manteniendo un estándar de muchos años. Ojalá el entorno, las modas y las nuevas generaciones de comensales y cocineros no sean obstáculo para que este lugar pueda seguir funcionando como hasta ahora y así poder decir -como Gardel y Le Pera- que 20 años no es nada.

CONSUMO TOTAL:

$11.300

DIRECCIÓN:

Moneda 846, teléfono 223800704, Santiago.

HORARIO:

Lunes a viernes 9 a 21 hrs. Sábado 10 a 16 hrs.

ESTACIONAMIENTO:

No tiene.

PÚBLICO:

Todo público.

EVALUACIÓN:

✮✮✮✮

Calificaciones:

✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.