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Desenchufada

Con una vista única al mar y a un paisaje sobrecogedor, sin nada más a la redonda que acantilados y roqueríos, este lugar en Tunquén es el gran escape de sus dueños. A tal punto se cautivaron, que ampliaron la casa y le dieron un nuevo impulso gracias a la mano de los arquitectos José Ulloa Davet y Delphine Ding.

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La historia partió hace casi 20 años, cuando gracias a un matrimonio amigo conocieron la primavera en Tunquén y simplemente se enamoraron de la mística del lugar y de la imponente vista al océano Pacífico. Entonces fue inevitable para la pareja  construir su propio rincón familiar en la playa, exactamente en Punta de Gallo, un loteo ecológico, totalmente desenchufado y sin urbanizar de la V Región. Su casa, de hecho, funciona con paneles solares, pozo absorbente y agua de pozo.

Poco a poco comenzaron a conocer a sus otros vecinos, armando un grupo muy singular de matrimonios amigos que mantienen hasta hoy, y que por supuesto aparecen cada fin de semana, en especial desde que construyeron el quincho.

Luego los hijos crecieron y se fueron de la  casa. Sin embargo, en esta familia no sucedió eso del nido vacío, por el contrario, nuevos integrantes son los que desordenan la vida familiar: los nietos. Cuatro hasta ahora, entre dos y 10 años. Y vaya que se notó en su casa de veraneo. Para ellos era claro: faltaban unos cuántos metros cuadrados a la vivienda proyectada por el arquitecto Pedro Salas.

Cuentan que en Tunquén la mesa siempre es larga. Fácil hay 20 invitados por ocasión. La casa -explican- debía propiciar panoramas 'a lo grande', tal como les gusta.

Así comenzó la idea de ampliar la vivienda; pero sin duda lo que llevó a apresurar la remodelación fue el hecho de que el sol, el fuerte viento y la lluvia habían deteriorado la fachada norte. La madera se pudrió, los marcos de las ventanas estaban descuadrados y se filtraba agua.

La remodelación se la encargaron al arquitecto chileno José Ulloa Davet -cuyo trabajo ya conocían-, junto a la suiza Delphine Ding. Hablan con entusiasmo del resultado. Nos confiesan que lograron plasmar tanto sus requerimientos como proyectar una arquitectura funcional y un diseño vanguardista. No sólo se trataba de ampliar la casa, añadir un dormitorio para sus nietos y un baño, agrandar las áreas sociales, junto con anexarles la cocina y transformar el acceso, sino de dar una solución al deterioro de la madera.

El concepto nació de un comentario de uno de los hijos del matrimonio, quien contó que desde pequeño siempre se subía al techo para observar la fantástica panorámica cada vez que quería estar solo: utilizar la techumbre como quinta fachada para obtener la mejor vista de Tunquén y tener plena conciencia del lugar.

Fue la relación acceso -la parte más afectada de la casa- y quinta fachada la que permitió establecer un recorrido diferente de la casa, que comienza debajo de un voladizo -la nueva habitación-, y crea una especie de porche, hasta llegar a dos nuevas terrazas panorámicas.

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Esa dinámica llevó a los arquitectos a desarrollar una fachada con pino de la zona (extraído del aserradero que se ubica a tan solo cinco kilómetros) y a trabajar con un constructor que a sólo 500 metros de la casa, enfatizando con esto el carácter sustentable a nivel social. El resultado fue una segunda piel que protege la vivienda del sol de verano y los muros de la humedad del invierno, junto con desarrollar un diseño que se mimetice con el horizonte.

El matrimonio es enfático, para ellos lo mejor de este nuevo refugio es estar sentados en el quincho -el más reciente de los estrenos-, contemplar la vista y disfrutar la sobremesa, esas entretenidas conversaciones de la familia y amigos, mientras sus nietos corren -muchas veces gritando- a la terraza-techo. Algo que disfrutan al máximo. En verdad no hay fin de semana en que las maletas no tengan este destino: Tunquén.


José Ulloa Davet: Consejos para evitar la humedad en casas de madera.

1. Prever una barrera de vapor antes del forro interior, para evitar la condensación dentro del muro por las diferencias de temperatura y humedad entre el interior y el exterior.

2. Instalar una barrera impermeable y transpirable antes del forro exterior.

3. Procurar que el forro exterior esté separado de la última cara del muro estructural e impermeable, dejando un espacio para que circule el aire en forma vertical, sistema conocido como fachada ventilada. Así se evita que el agua llegue al muro estructural, lo que permite que la piel exterior se seque con circulación natural de aire por sus dos caras. También logra una buena aislación térmica en verano.

4. Diseñar las ventanas abatibles para que se abran en sentido opuesto a los vientos predominantes durante un temporal (norte en las costas Chile).

5. Intentar que no queden clavos ni elementos que perforen la madera, expuestos a la lluvia y el viento.

Inspiración

La presencia de colores neutros y de la madera desnuda dan protagonismo a lo fundamental en una casa de playa: las vistas y el relajo.

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