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Editorial

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Hace algunos años

hicimos nuestro primer número inclusivo. No fue fácil esa vez, y esta tampoco. Sin embargo, creemos que mientras más hablemos del tema, menos tendremos que tratarlo como una ‘temática especial’.

Tampoco es sencillo llevar al eje central de la revista -que es la decoración y el rodearse de cosas bonitas- estos contenidos, aunque desde el sentido común sean más importantes o válidos. ¿Por qué si tengo un modo de desplazamiento distinto al resto no puedo acceder a los mismos lugares? O si mi manera de ver y entender el mundo tiene filtros y perspectivas únicas, no puedo ser parte de él en un 100%.

Hace algunos días vi en la BBC la noticia de que SAP, multinacional alemana experta en desarrollo de software, quiere de aquí al 2020 contar con quince mil empleados que estén en el rango del autismo, ya que las características que los hacen únicos son las mismas que SAP valora. La BBC entrevistó a una mujer con Asperger -que también cae en el rango del autismo- para entender cuáles eran los ajustes que SAP debería realizar para el buen desarrollo de sus nuevos empleados: evitar la iluminación fluorescente y permitirles usar audífonos eran parte de ellos.

Sé que es un tema que da para bastante más que una editorial, pero muchas veces es la voluntad por conseguir la inclusión lo que pone las ruedas en movimiento.

En este número tratamos de entender cómo la ciudad acoge a las personas con dificultades de desplazamiento, cómo al hacer pequeños ajustes de la casa podemos permitir la mejor movilidad de todos. También el ejemplo de una casa, un ícono de la arquitectura y la accesibilidad. Conseguimos entrevistar a Michael Graves, quien no solo es uno de los ‘starchitects’ más importantes de los últimos 30 años y recientemente nombrado por Obama como consejero nacional para el tema de la inclusión. Graves ha dedicado parte importante de sus últimos años al desarrollo de soluciones simples para hacerles la vida más fácil a muchos.

Hemos puesto énfasis en que la inclusión es no dejar fuera a alguien solo por ser o moverse de modo diferente, pudiendo ser una silla de ruedas, una madre con el coche de su hijo o un adulto mayor. Como leí en la puerta de un baño en un viaje a India: “Baño para gente con capacidades distintas”. Pensar en la importancia de una rampa con la pendiente adecuada o una puerta algunos centímetros más ancha puede ser indiferente a algunos, pero es la diferencia entre ser parte o no para muchos otros.

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