El arte de iluminar
Si son lámparas o esculturas, candelabros o instalaciones, es algo que muchos siguen discutiendo. Lo cierto es que de estas galerías y estudios -donde los límites del diseño y el arte son difusos- salen algunas de las propuestas más innovadoras en iluminación, y los amantes de lo exclusivo, lo único, e incluso lo raro, pagan pequeñas fortunas por ellas.


En 2005, dos empresarios y fanáticos del arte francés convirtieron un recinto industrial en Chelsea, antiguamente ocupado por un taller de carpintería, en un espacio de exhibición. Carpenters Workshop Gallery pasó tres años ahí. Luego cambió de dirección dentro de Londres, abrió una casa matriz en París, pero conservó su nombre y su aproximación fresca y dinámica. Hoy son reconocidos por un amplio catálogo de obras únicas y ediciones limitadas de artistas y diseñadores, emergentes y consagrados. Stuart Haygarth y Charles Trevelyan son dos de sus representados.

El interés de Stuart Haygarth por la luz viene desde sus inicios como fotógrafo, así como su habilidad para modelarla. Desde que pasó a la tridimensionalidad, en 2003, utiliza sus manos y una metodología precisa para crear piezas de mobiliario y especialmente candelabros. Comienza siempre con la recolección y clasificación exhaustiva de un tipo de objeto desechado; pueden ser anteojos, envases plásticos o algo más kitsch. Continúa con el ensamblaje de un gigantesco puzzle que termina conectado a la electricidad. “Prairie King” (2013), por ejemplo, contiene siete caballos vintage de metal cromado y cientos de ampolletas de carrusel.
Charles Trevelyan es ingeniero en ciencias y materiales, pero también escultor, filósofo y músico. Esa diversidad de inquietudes se refleja en obras que juegan con el esquema tradicional del mobiliario, que conservan la funcionalidad pero la llevan a una dimensión escultural. Sus materiales recurrentes son acero, madera, gasa y polvo de mármol. Este último reviste las estructuras de aluminio en su serie de luminarias Circumspect.

La firma de diseño y arquitectura Nendo concibe cada proyecto como una nueva oportunidad para provocar en la gente un pequeño momento “!”. En sus oficinas de Tokio y Milán desarrollan desde utensilios de cocina hasta pabellones e interiores de boutiques con la intención de sorprender, y normalmente lo logran.
En febrero, el fabricante de grifería de lujo Axor le encargó a Nendo crear un producto que combinara las funciones de una ducha con las de una lámpara. En lugar de lo obvio -simplemente agregar una luz-, ellos mezclaron las propiedades de ambos objetos en un hibrido con valor práctico y afectivo. “Water Dream” derrama luz sobre el chorro de agua y en sus distintas versiones -colgante, de muro y de pie- saca a la ducha de su confinamiento, para llevarla a otros lugares de la casa y a exteriores, como terrazas y balcones. Los primeros en tener un momento “!” con “Water Dream” fueron los asistentes al encuentro de diseño “Maison&Object Asia”, en Singapur.
Un poco antes, Nendo se asoció con el único productor artesanal de washi tridimensional en Japón para crear otra lámpara extraordinaria. Washi es un tipo de papel tradicional japonés que se obtiene secando la pulpa de una planta. Una vez más, en lugar de lo obvio -unir las hojas-, crearon un volumen desde el principio, cuya calidad es tan buena que se puede confundir con plástico o vidrio blanco. A pesar de la tensión, el material conserva sus arrugas características en la parte superior, y gracias al sistema de iluminación estas adquieren un efecto único.

Primero, Zaha Hadid imagina cuatro segmentos tubulares que se abren verticalmente como algunas flores colgantes y compone un candelabro escultural y dramático que bautiza “Luma”. Luego, un grupo de expertos maestros venecianos sopla cada segmento manualmente en un cristal de Murano que difuminará sutilmente la luz de focos led. Así es como el estudio de diseño-arte Wonderglass reúne diseño contemporáneo, tradición artesanal y tecnología en las instalaciones lumínicas y candelabros que ha presentado en el Salone Internazionale del Mobile estos dos últimos años.
Otras renombradas figuras del diseño y la arquitectura que han hecho colaboraciones para Wonderglass son Claesson Koivisto Rune, John Pawson y Nao Tamura. Este último acaba de presentar una nueva versión blanca de su icónica “Flow [T]”. La pieza se inspira en Venecia y, tal como en esa ciudad, dentro de ella coexisten dos mundos, la superficie y el fondo.
Cristina Grajales Gallery
Las primeras obras del francés Christophe Côme eran esculturas y joyas de bronce. Hacia 1990 comenzó a experimentar con piezas de mobiliario, y cinco años más tarde incorporó el vidrio en su trabajo. Inspirado en estructuras arquitectónicas de hierro forjado y elementos de la naturaleza, actualmente crea luminarias de piso y de mesa que a través de su materialidad y su diseño aspiran a trascender en el tiempo. Su proceso comienza dando forma y textura a las bases de metal con técnicas esculturales y distintos acabados. Cada una soporta un bloque de cristal moldeado.
Christophe Côme es uno de los artistas y diseñadores que representa la galería de Cristina Grajales en Nueva York. En su catálogo de iluminación, la reconocida dealer y consejera de diseño también cuenta con obras de John-Paul Philippe y Sebastián Errázuriz.d
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