Espacio: Mundo propio
El lugar que habita este artista es una invitación a descubrir parte de su obra, subyacente en cada rincón. Aquí Martín Eluchans da rienda suelta a su mundo y, como si se tratara de una de sus creaciones arma una escenografía perfecta.


El imaginario
de Martín Eluchans está lleno de animales, colores, miniaturas y pequeños personajes que cobran vida a través de sus trabajos. Entrar a su departamento en Providencia es como abrir un baúl hacía un mundo lleno de ironía y humor, en donde cada rincón habla un poco de él, de sus gustos, sus preferencias, fetiches y su personalidad. Se reconoce un verdadero amante de la estética y mobiliario de los años cincuenta, y esto se comprueba al sentarse en uno de sus sitiales escandinavos. Algo de Mad Men, algo de naturalismo y mucho de tendencias es lo que aquí se respira. Todo tiene una historia, nada ha sido comprado al azar. “La lámpara de bronce me la traje de un anticuario de Washington ¡no sé cómo!, y por eso mismo la quiero tanto, no pienso mucho en cómo voy a traer las cosas sino en cuánto las voy a disfrutar”, explica, agregando que la gracia de las cosas que ha ido adquiriendo es que cada una tiene su cuento, han sido regalos o las ha traído de viajes, con la dificultad que eso implica. También tiene elementos heredados, como el sillón tapizado escocés, que era de su abuelo paterno.
Estudió artes visuales y reconoce que el fallecido artista Pancho de la Puente fue su amigo y mentor, y quien le presentó a Isabel Aninat. Participó en ArteBA y Chaco el año 2009 y de la escultura entró a explorar el mundo escenográfico. El 2011 se fue a Buenos Aires a estudiar escenografía en el Teatro Colón para preparar su exposición individual, Ficciones, que presentó el año pasado en el Centro Cultural Las Condes.
¿Y ahora en qué estás trabajando? Estoy haciendo litografías antiguas intervenidas en Photoshop e impresas en papel 100% algodón; sobre eso las pinto con acuarela y agrego personajes en miniatura. Son descontextualizaciones a través de la ironía y el humor. Juntar diferentes épocas y por lo tanto diferentes miradas. Lo clásico versus mi mirada.
¿Cómo te fue en ArteBA? Fue una experiencia increíble, agradezco la oportunidad de la Galería Aninat, porque imagínate llevar a Iván Navarro y también a mí. Vendí todo y es muy rico el feedback que se dio, poder conocer a coleccionistas, artistas jóvenes, hacer contactos allá con otras galerías, en fin.
¿Crees que tu obra trasciende a tu vida cotidiana, y al mundo que habitas? Obviamente mi obra es parte de mí como esencia, por lo tanto mi ojo se ve reflejado en todo ámbito estético, sea artístico o a la hora de proyectar y armar mi casa. Ambos hablan de un imaginario común y de una mirada única.
¿Cómo fue el proceso de ir armando los espacios, dónde has ido comprando las cosas? Si bien yo tengo un estilo bien ecléctico, he ido armando de a poco, no pensar tanto que esto va a combinar con esto otro, si al final te gusta vas generando un ambiente. Me gusta ir recolectando cosas de ferias, mercados.
El departamento tiene 140 m², se trata de un edificio antiguo de Providencia, con un maravilloso piso parqué, en perfectas condiciones, y espacios luminosos que Martín configuró con pinceladas propias.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
3.