Gente de ciencia, medicamentos - asequibles
La construcción de la planta de Synthon, así como todo lo que ocurre dentro de ella, responde a una reflexión sencilla: si trabajamos en el mercado de la salud, sería un contrasentido hacerlo de una manera que afecte a los empleados o al medioambiente. Para lograr esos objetivos trabajaron con uno de los grandes expertos, Guillermo Hevia.
Synthon es una compañía farmacéutica que llegó desde Holanda en 2007. Su lema es ‘Science people, affordable medicines’. A partir de esos hechos uno puede inferir políticas de eficiencia y bienestar. Con una visita a la planta uno las comprueba.
La entrada de Synthon en Chile se concretó a través de la compra de una compañía local. Al año siguiente decidieron construir una nueva planta, proceso que comenzó en 2011. Esta tendría dos objetivos: producción y abastecimiento del mercado local, producción y abastecimiento de algunos medicamentos para el mercado global, fundamentalmente Europa. “Como paso previo tuvimos que someternos a una certificación de calidad de parte de la autoridad sanitaria europea, la EMA. Hasta ahora somos el único laboratorio farmacéutico chileno autorizado para exportar a la Comunidad Europea. Contamos con estándares de calidad que nos permiten llegar a ese mercado. Tanto la infraestructura como nuestro sistema de producción y calidad están a esa altura”, dice Christian Rodríguez, farmacéutico, gerente de operaciones de Synthon.
Él estuvo presente en algunas de las reuniones que condujeron a esta infraestructura de alto nivel. Él escuchó cómo los dueños de la compañía expresaron al arquitecto que recibió el encargo a través de un concurso, Guillermo Hevia -con amplia experiencia en el diseño de edificios industriales, como Cristalerías Chile y Carozzi-, su preocupación por cumplir con todas la normativas técnicas y de calidad, pero además por la sustentabilidad del proyecto y la garantía de un ambiente de trabajo grato para sus colaboradores. “Si estamos en la industria de la salud, nuestro proceso no puede ir en contra de esa premisa, debe ser a lo menos neutro con respecto al medioambiente”, resume Christian.
En términos de hacer grato el lugar se privilegiaron las transparencias. Todas las oficinas son vidriadas, reflejando a la vez uno de los valores fundamentales para la empresa, la transparencia y honestidad. “Como valor agregado nos aporta la ventaja de contar con luz natural en prácticamente todos los espacios de trabajo. Ganamos en estado de ánimo y eficiencia energética”. Christian cuenta que los paneles solares ubicados en los techos entregan una parte significativa de la energía que requiere calentar agua para los procesos de la planta, y que así como la tecnología led usada en la iluminación, los elementos de frío también son energéticamente eficientes. “Es una característica general del edificio: la piel de metal permeado tiene el doble objetivo de ser estéticamente imponente y por otro lado filtra parte de los rayos del sol. La laguna de la entrada tiene un fin estético paisajístico; pero a la vez es un reservorio de agua para el sistema de control de incendios y, finalmente, la evaporación de agua refrigera toda la fachada más expuesta al sol durante el verano”.
En estos 13 mil m² -entre oficinas, bodegas, áreas de producción y técnicas-, en dos y tres niveles, dentro de un terreno de 22 mil m², trabajan alrededor de 400 personas (descontando la fuerza de venta, que no está en la planta), haciendo algo un poco distinto a sus símiles de República Checa, Holanda y Argentina. “Synthon no va al mercado directo en Europa, tiene partners comerciales. Estos cumplen con ciertas certificaciones que nosotros también tratamos de lograr en Chile. En diciembre esperamos la auditoría y convertirnos en pioneros en certificación de seguridad y medioambiente. Solo en Chile y México vamos directo al mercado, y eso es solo desde el año pasado”, explica Christian.
Aunque tiene medicamentos en otras áreas, a nivel global Synthon se enfoca en dos líneas terapéuticas, cáncer y esclerosis múltiple, esta última una enfermedad de alta prevalencia en los países nórdicos. Synthon Chile adopta esas dos líneas y además agrega terapias para el sistema nervioso central, urología y analgesia, lanzando el año pasado con mucho éxito una alternativa genérica bioequivalente al celecoxin, llamada celedox; hoy su producto estrella.
“La idea es innovara a través de la cadena productiva completa de manera de obtener un medicamento de alta calidad al mejor precio posible. Es el balance que buscamos. No significa que sean medicamentos baratos. La terapia contra el cáncer siempre tiene un costo, pero tratamos de que sea asequible sin disminuir la calidad”, concluye. Christian.
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