Nativa
Muy de a poco, Puertecillo comenzaba a crecer. Y junto con sus primeros pasos se levantó esta casa, construida con esfuerzo y con las propias manos de los dueños. Algo aquí, algo allá: esta casa es lo que hoy se interpreta como casi una extensión del balneario mismo.


Colores, texturas, amor y recuerdos de viaje. Esta es una de las primeras casas que acogió Puertecillo, hecha de a poco, equivocándose, poniendo una piedra sobre otra. Es un espacio vívido, austero, que recopila la huella de hacer el trabajo con cariño. Por eso que cuando se habla de Puertecillo, se habla también de esta casa, que cuenta además con cuatro cabañas que sus dueños arriendan por el año completo. “Es una casa improvisada, la construimos nosotros. Acá hay muchas cosas que trajimos de un viaje al Oriente y al Sudeste Asiático que hicimos toda la familia durante un año; en general esas son las cosas que tengo más apego, lo demás no. La mayoría de las partes de la casa son de madera de demolición, todo hecho de a poco, con mucho cariño”, explica la dueña.d


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