La Máscara del Fantasma, la mejor adaptación de Batman

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Solo una serie como Batman: La Serie Animada nos pudo haber dado a una verdadera obra maestra de los superhéroes.


No es tan fácil definir cuál es la mejor película de Batman. Mucho de ello depende no solo de la apreciación personal, sino también del contexto. La mayoría sostendrá que es The Dark Knight, los menos elevarán a Batman Returns y un puñado más alocado disparará con Batman v. Superman.

No obstante, a la hora de definir cuál es la mejor adaptación del personaje de Gotham, los argumentos sobran para definir a Batman: La Serie Animada en ese puesto. Quizás por eso, siendo un producto relacionado a esa obra magna, Batman: La Máscara del Fantasma tiene todo el derecho del mundo para reclamar su puesto como la mejor película del hombre murciélago.

Dirigida por Eric Radomski y Bruce Timm, quienes esbozaron y condujeron la dirección de la producción televisiva, esta obra de 1993 fue desarrollada como un producto que originalmente solo sería estrenado en VHS, pero la gran recepción de la serie animada permitió presentar en pantalla grande a la película que mejor ha definido a Batman como personaje y concepto asociado a la tragedia y el deber.

Con una historia en la que colaboraron cuatro integrantes fundamentales de este universo animado (Alan Burnett, Paul Dini, Martin Pasko y Michael Reaves), esta propuesta fue creada en tiempo récord y sirvió de corolario para la primera temporada de la serie original al presentar un misterio neo-noir, con todo y revisión de las femme fatales, que sin duda está entre lo mejor que se ha hecho en términos audiovisuales con los superhéroes.

Utilizando una narrativa no-lineal, con flashbacks que sirven para establecer las bases del pasado que cada vez se vuelve más y más sombrío para el héroe, la historia de La Máscara del Fantasma es bastante simple: un nuevo vigilante asesina a jefes criminales en Gotham, provocando que las autoridades culpen de ese accionar a Batman. De ahí que al hombre murciélago no le queda otra que resolver el misterio de ese fantasmal vigilante, llevándolo a proteger a los criminales que quiere detener.

Esa novedosa dinámica entrega una propuesta que, a la hora de su estreno, se salía de los márgenes habituales de representación del murciélago. Asimismo, la historia también se las ingenia para abordar de forma interesante el origen del héroe, evocando elementos de la clásica historia de Batman: Año Uno y presentando a un Bruce Wayne que recuerda su pasado ante la llegada de un viejo amor (Andrea Beaumont) y el definitorio momento que lo llevó a convertirse en el hombre murciélago.

La historia de La Máscara del Fantasma está plagada de sorpresas, lo que la mucho sabor a su propuesta narrativa, pero también aprovecharon el presupuesto para elevar un poco a la animación y los otros elementos que la conforman. La potente música de Shirley Walker, que de por si ya era una delicia en la televisión, también deja en claro que este no es solo un episodio extendido. El tema principal es notable, mientras que "Birth of Batman" y "Batman's Destiny" están entre las mejores obras musicales asociadas al murciélago.

En esa línea, con La Máscara del Fantasma también sacan partido a los elementos noir y las imágenes inspiradas en el arte deco que ya estaban presente en la serie original, todo esto con el objetivo de expandir al mundo de Gotham. Aunque su apresurada producción no permitió que tuviese una animación más pulida, de todas formas se hace sentir como algo más grande, más arriesgado y más maduro para todos los fans de la serie, incluyendo en el medio a un villano como The Joker que es clave en la resolución de la historia.

Otro punto importante es que generalmente las adaptaciones presentan a un Batman invulnerable, pero en La Máscara del Fantasma vemos a un Bruce de rodillas ante la tumba de sus padres. Su felicidad personal nos explican, ya que durante esta historia se presenta a un Wayne que logró en un momento de su vida encontrar al amor, va en contra de la promesa de vengar la muerte de sus padres.  Y esa interrogante estaba tan ausente de todo lo asociado al murciélago, que la película se las ingenia a la hora de explorar territorios que ni siquiera la trilogía de Christopher Nolan logró hacer del todo bien.

La Máscara del Fantasma no es solo una película sobre el misterio del Fantasma, sino también es una obra que revisa el camino de Bruce Wayne para dejar todos sus ideales atrás, apagar todo optimismo y definirlo como la implacable fuerza que limpia las calles para evitar que la tragedia que lo marcó se vuelva a repetir. Pero al mismo tiempo, también explora las diferencias entre la justicia y la sed de venganza.

De cierto modo, el Fantasma representa lo que podría convertirse Batman de seguir el camino equivocado, ya que el murciélago, tal como lo explica Alfred durante la película, camina al borde del vacío, arriesgando convertirse en lo que juró combatir.

Esta es una verdadera joya animada que se preocupa por exprimir a su personaje, abrirlo de par en par, para analizarlo y exponer sus mejores características. En ese proceso, pone sobre la mesa algo no menor: el hombre murciélago no es un simple héroe callejero. Tampoco alguien que es solo definido por sus gadgets o el dinero. Esta película define no solo a la capucha, sino también al hombre debajo de esta. Ese es un logro que las películas live-action ya quisieran.

La Máscara del Fantasma es un estudio de personaje superior, que está estilizado con todos los elementos visuales que volvieron a la serie de televisión en uno de los mayores logros animados y que, por sobre todas las cosas, es una verdadera carta de amor hacia Batman y lo que lo convierte en uno de los superhéroes definitivos.

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