Global NCAP choca un Hyundai Grand i10 contra un Hyundai Accent para evaluar su seguridad

Latin NCAP dio a conocer un test “auto a auto” entre los sedanes de entrada de la firma coreana que se venden en Estados Unidos y México.




Latin NCAP es una entidad privada que ha destacado en los últimos años por su trabajo hacia una mayor seguridad en los vehículos que se comercializan en Latinoamérica, entregando con cierta periodicidad resultados de pruebas de impacto que realizan a modelos que compran en diferentes mercados de la región.

Eso sí, hasta ahora, las pruebas que hemos visto corresponden a evaluaciones individuales de automóviles, lo que cambió con el último ejercicio, puesto que la entidad dio a conocer una prueba “auto a auto”, realizada por Global NCAP, entre un Hyundai Grand i10 que se vende en México con un Hyundai Accent que se comercializa en Estados Unidos.

Pese a que se trata de modelos diferentes, que incluso en Chile tienen diferencias importantes de precios en sus versiones de entrada ($ 10.890.000 vs 13.090.000), para Global NCAP el punto de comparación es que se trata de los sedanes más económicos que ofrece el fabricante coreano en los respectivos países.

Eso sí, no se hace mención si las exigencias en seguridad por ley son las mismas en ambos lugares, un factor clave a la hora de definir por las marcas el equipamiento con el que se venderá. Si bien la idea del ejercicio de Global NCAP es dar a conocer las desventajas de modelos de entrada de la misma marca que se tiene entre un país y otro, queda en el aire la sensación de que con solo mirar la ficha técnica el resultado sería muy desigual.

Según indica Latin NCAP, los resultados que muestran las opciones más económicas a las que pueden acceder los usuarios en sedanes de Hyundai en ambos países demuestran “el doble estándar en seguridad vehicular que se aplica en dos lados de la frontera”.

Tal como indica Latin NCAP, el Hyundai Accent producido en México para el mercado de Estados Unidos se vende con seis airbags y control electrónico de estabilidad (ESC) como equipamiento estándar.

El Grand i10 producido en India para el mercado mexicano y otros países de América Latina y el Caribe es ofrecido sólo con dos bolsas de aire y sin ESC (igual que en Chile).

El resultado indica que la protección ofrecida por el Accent a su conductor durante la prueba de choque fue buena y el modelo mostró estructura estable.

El Grand i10, por su parte, mostró estructura inestable y protección pobre al conductor, con probabilidad alta de lesiones de riesgo de vida. El Hyundai vendido en México hubiese obtenido una calificación de cero estrellas en las pruebas de Latin NCAP.

Tras los resultados, Alejandro Furas, secretario general de Latin NCAP, dijo que “esta prueba es un llamado de atención para los consumidores, reguladores y fabricantes de vehículos. Todos los consumidores, sin importar en dónde vivan, tienen el derecho a recibir el mismo nivel de seguridad en sus vehículos. La brecha de seguridad transfronteriza ya no debería existir. Hacemos un llamado a los fabricantes para que detengan las estrategias del doble estándar en el mundo”.

David Ward, Presidente de Towards Zero Foundation y de Global NCAP dijo, “es muy decepcionante ver tanta diferencia en la seguridad vehicular entre México y los Estados Unidos. Una de las razones principales ha sido el “lobby” incesante de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz para retrasar la aplicación de las normas mínimas de seguridad de la ONU en vehículos. Esto sucedió primero para las pruebas de choque frontal, lateral y Control Electrónico de Estabilidad y ahora nuevamente para la protección de peatones. El doble estándar en la seguridad de los vehículos es con demasiada frecuencia un elemento de negociación de las asociaciones de la industria automotriz. Y es por eso que la Reunión de Alto Nivel de la ONU de esta semana en Nueva York debe enviar un mensaje claro a la industria automotriz para que detenga sus tácticas dilatorias y aplique las normas de seguridad vehicular más importantes en todo el mundo”.

Stephan Brodziak, Presidente de la Comisión Directiva de Latin NCAP comentó que “duele ser testigo una vez más del terrible doble estándar con que opera parte de la industria automotriz en los países de la región de América Latina y el Caribe, lo que inevitablemente nos obliga a pensar en sufrimiento que, vehículos construidos bajo este esquema, terminan causando en nuestras familias, sociedades y economías. Además, deja ver el gran pendiente para lograr que el mercado latinoamericano de autos madure: la ausencia de un etiquetado de seguridad vehicular que alerte a usuarios y consumidores acerca de los riesgos de los autos de baja seguridad, y que nos permita transitar a una lógica comercial que inserte a la industria automotriz establecida en nuestros países en una competencia por el desempeño de seguridad ofrecido que vaya más allá del marco regulatorio de un país”.

Desde Automotores Gildemeister, representantes de Hyundai en Chile, prefirieron no emitir comentarios sobre esta prueba y solo señalaron que al tratarse de autos y versiones que no son los mismos que se comercializan en Chile, no se pronuncian al respecto.

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