Opel Mokka: el rey le saca brillo a su doble corona

Ganador de los premios Mejor SUV 2022 y Mejor de los Mejores 2022, esta vez pasó por nuestras manos el flamante Opel Mokka, el nuevo SUV más chico de los alemanes, que ciertamente a nadie deja indiferente a su paso. El Mokka se ve muy bien, gusta a la mayoría, pero en MT La Tercera quisimos probar en extenso si esta apuesta también cumplía en el resto de los apartados. Nos fuimos.




Si hubo un vehículo que bien podría decirse arrasó en Los Mejores 2022 -el premio de la prensa especializa del motor de Chile- ese fue sin duda el Opel Mokka. El SUV de la marca alemana no solo se coronó como Mejor SUV 2022, sino que también se alzó como Mejor de Los Mejores 2022, el galardón donde solamente participan los ganadores de las diferentes categorías elegibles en pista. Así, la pregunta es simple y directa: ¿Qué tiene este modelo del segmento B que parece encantar?

Lo primero que habrá que decir, es que, pese a que existe casi una regla consuetudinaria en las marcas generalistas, que consiste en facilitar a la prensa siempre el modelo tope de gama, en esta oportunidad -de forma intencionada o no- Opel prestó el Mokka de acceso: el llamado Elegance, impulsado por el motor turbo PureTech 1.2 litros y gestionado por una caja manual de seis marchas. Nadie podría decir si esto es bueno o malo, pero lo que sí es un hecho de la causa es que en Chile los modelos ‘desde’ terminan siendo precisamente los más vendidos. Cosas de costos. Economía pura…

Dicho esto, llegó la hora de comenzar la prueba del familiar más chico de Opel, el primero nacido 100% con el sello del clan Stellantis y que como tal se diseñó en Rüsselsheim, en Alemania, pero hoy se ensambla en Poissy, Francia.

Un look puramente europeo

Del Mokka por fuera habría poco y también mucho que decir. Poco, en el sentido que todo podría resumirse en que es un SUV dueño de líneas muy bonitas, audaces y dinámicas, y mucho porque uno podría ir deteniéndose en cada detalle estético para plasmar en argumentos cada una de las citadas cualidades. En el ejercicio de probar diferentes autos, de distintos tamaños, segmentos y usos, uno va adquiriendo un feeling; sabiendo percibir e interpretar con los sentidos, por ejemplo, cuándo se pasa desapercibido o cuándo se es el centro de atención. Con este Mokka pasa más lo segundo que lo primero. Lo noté desde el día 1: la gente se queda mirando este Opel, el primero en Chile con el look y ADN Vizor.

El frontal del Mokka asoma como muy imponente, moderno y aerodinámico. Contrario con las tendencias de la industria de poner grillas cada vez más grandes, este SUV enfocado en familias jóvenes opta por el recato, el minimalismo y en definitiva el buen gusto. De inmediato destaca el mencionado diseño Opel Vizor (también lo integra el Astra, pero aquel modelo no está en los planes para venderse localmente), que consiste en una banda negra piano black por debajo de la cubierta del capó, adornada en el centro -como corresponde- con la longeva Z de Opel. Este motivo dark está enmarcado en líneas cromadas continuas que envuelven también los dos faros principales full LED, que a su vez proyectan una L acostada para la circulación diurna y la función de señalización (cambia de blanco a naranjo intermitente).

Más abajo, en los costados hay dos tomas de aire de borde cromado y formato vertical que canalizan el flujo de viento a los frenos delanteros; mientras que por el centro recién aparecen casi desprovistas de protagonismo dos grillas negras que permiten respiración al conjunto interno del capó. Precisamente en la parrilla más cerca al piso hay un par de faros antiniebla redondos y tan chicos que apenas se notan. La impresión de esta particular trompa es la que proyectan habitualmente los vehículos 100% eléctricos. Pero hay más: la tapa del motor tiene una peculiar elevación céntrica, como un cerro pequeño, que atraviesa todo el capó en sentido longitudinal.

De costado está quizá la vista menos diferenciada del Opel Mokka, respecto del resto de los SUV-B disponibles en el país. Así y todo, se plasman ciertos rasgos particulares y bien logrados, como unas cubiertas de espejos negras -que hacen juego con el techo del mismo tono-, unos pasos de ruedas con molduras plásticas y un notorio pilar C también en color negro, que aporta ese sello de dinamismo que se mencionaba al principio de este review. Las llantas bicolores de 17″ también piden la palabra con un diseño muy audaz.

Yendo hacia atrás, otra vez dan ganas de tomar el teléfono y hacer más y más fotos. Se combinan nuevamente el negro del techo -en este caso se apodera de la mitad superior, desde la luneta hacia arriba, incluyendo un elegante alerón-, y el gris grafito del resto de la carrocería. El protagonismo de la zona media otra vez se lo llevan los faros de tipo LED de la L acostada (aquí los señalizadores van independientes) y la leyenda ‘MOKKA’ que va inserta en la zona más baja del portalón. Más abajo, en los lados hay dos láminas reflectoras que siguen los patrones verticales de las tomas de aire delanteras mientras que en la zona más cercana al piso está justo al centro un faro antiniebla. Hay dos salidas de escapes cromadas cargadas sobre el lado del copiloto.

En diciembre, cuando Opel lanzó localmente el Mokka, los ejecutivos resaltaron una estrategia que se ha impulsado con fuerza: coincidiendo con su nuevo paraguas, la marca experimentó un profundo cambio. Se quiso dejar en el pasado aquella imagen de ser ‘un alemán frío y aburrido’ para pasar a la de un alemán moderno, audaz y rupturista. From cold to cool, es el nombre de la nueva identidad de marca que debutó en Europa en 2020. El Mokka es por supuesto piedra angular en ese planteo. Lo son también el compacto Astra y el subcompacto Corsa, uno que encarna el estilo Vizor y el otro que está en proceso de incorporarlo (lo sumará con un restyling en 2023).

Primer vistazo interior

A bordo del familiar más chico de la casa alemana se sacan varias conclusiones. Primero, es cierto que el volante parece bastante tradicional, o al menos no va en la línea de las osadas formas exteriores del vehículo. Asimismo, en la consola central se percibe -y es natural que así sea- una influencia clara de los diseños de otros modelos del grupo, como los más recientes Citroën y Peugeot. Por otra parte, no dejan de llamar la atención las dos pantallas del tablero: de instrumentos y de infoentretención, que son particularmente chicas -de 7″ ambas-. Evidentemente no cuajan y no se ven armoniosas en los moldes pensados evidentemente para displays más grandes (la marca detalló que a contar de enero los embarques llegarían con pantallas de 12″, lo que resulta mucho más lógico desde todo punto de vista). Los asientos, si bien se sienten muy cómodos, son de ajuste completamente manual.

Antes de arrancar, y en el entendido de que se trata de la versión más barata del Mokka ($ 17.590.000), se agradece un espejo interior antirreflejo que hace muy amable la conducción por la noche. Otra cosa bien resuelta es que la pantalla táctil cuenta con una perilla con botón central que permite o poner la radio en mute o controlar el volumen en un solo paso.

Más abajo hay un climatizador de perillas y botones análogos que funciona perfecto, salvo por el hecho de que le falta una tecla: la de elegir la salida del viento (abajo, al medio o al parabrisas). De este modo, si uno quiere acceder a esta función, lo debe hacer obligatoriamente desde la pantalla. Más pasos.

Desde la posición de manejo -que resulta fácil de encontrar gracias a la infinidad de combinaciones que permiten la butaca con reglaje en todas direcciones y el volante de cuero de ajuste telescópico- se percibe fácilmente el capó, producto de esa elevación que el modelo lleva en el centro. Un punto a favor para conductores que se sienten más seguros teniendo todo a la vista.

La materialidad de puertas, tablero y consola central en general es buena. Se percibe un armado firme y hay superficies blandas sobre todo en los paneles y el tablero. La consola es predominantemente en piano black, un imán para el poco de polvo que entre al habitáculo.

Atrás hay dos espacios para sistemas de retención infantil, mientras que adelante también existe una tercera plaza que puede albergar un SRI (aunque en Chile esto está prohibido).

Un punto negativo del flamante Opel Mokka en su corte Elegance, es que acceder al maletero solo es posible con el botón del comando. Sería muy útil un gancho junto con el switch de apertura del capó, como es casi la regla en la industria.

Hora de conducir

Como buen vehículo europeo, el Opel Mokka no escatima en alertas cuando de seguridad se trata. Detecta la presencia de pasajeros ya sea en el asiento del copiloto o en cualquiera de las tres plazas traseras y acusa de inmediato si alguno se ha desabrochado el cinturón durante la conducción. Primero se emite una alerta sonora y visual que se repite cada un segundo, para luego volverse más molesta y reiterativa. Solo se calla haciéndole caso.

El pequeñito panel de 7".

En ese mismo apartado de la seguridad, el Opel Mokka destaca por contar de serie con seis bolsas de aire (frontales, laterales y de cortina), controles de estabilidad y de tracción, asistente de arranque en pendientes (más útil por cierto en esta versión manual), monitoreo de subinflado de neumáticos, asistente de mantenimiento de carril y frenado de emergencia autónomo con detector de peatones. En los cinco días de manejo no probé la eficacia del AEB (Autonomous Emergency Braking), pero sí su paso anterior que es la última alerta antes de que uno no reaccione y el vehículo emplee toda la fuerza de frenado (aparece un testigo rojo y emite un pitido desde el panel). En carretera los sensores detectan de inmediato -y avisa con una alerta naranja- si es que se está demasiado cerca de otro automóvil.

Espejo antirreflejo y testigos de pasajeros con cinturón desabrochado.

Lo que eché de menos en esta versión fue el control crucero adaptativo. Se da la particularidad que gracias al mencionado asistente de mantenimiento de carril el vehículo es capaz doblar solo en curvas, pero al carecer de la función adaptativa en el control crucero (solo lo integra el corte GS Line), hay que estar muy atento para pisar el freno en caso de que se incorpore otro vehículo en la trayectoria. De todos modos, es un hecho de la causa que ese sistema funciona casi siempre ligado con cajas de cambio automáticas (y esta es manual de seis marchas).

Las sensaciones de conducción resultan satisfactorias. El Mokka bencinero de caja manual está lejos de ser animado en las salidas, pero una vez que se alcanzan las 1.500 rpm responde de forma muy contundente. En carretera llama la atención la elasticidad que se logra en cuarta, el cambio que permite el rango de aceleración más lineal de todos los recorridos. En rutas de una vía por sentido resultan muy seguros los rebases cuando se va entre 70 y 100 km/h, precisamente por la rapidez con que el vehículo gana en velocidad.

Tanto la dirección como la suspensión las percibí de un tacto más bien medio, enfocadas en ofrecer sensaciones algo deportivas más que en la comodidad cabal que se palpa en otros familiares. Aquí los sobresaltos del camino se perciben, pero ocurre exactamente lo contrario con potenciales balanceos en curvas, que no son competencia de este Mokka.

En materia de consumos, el Opel Mokka no escapa de su nueva naturaleza de motores compartidos con Citroën, DS Automobiles y Peugeot. Así, este corazón bencinero tricilíndrico 1.2 litros con turbo -de 130 Hp y 230 Nm- se presenta como una alternativa muy noble. En condiciones reales de manejo por carretera, a 120 km/h constantes llega a un rendimiento que roza los 20 km/l. A esa velocidad máxima permitida en el país, el motor trabaja a un régimen exacto de 2.650 rpm. Hoy los vehículos eficientes se agradecen, y este es uno de ellos.

Cámara que permite el funcionamiento del frenado de emergencia autónomo.

En suma, el Opel Mokka de nueva generación responde con fuerza a esa nueva impronta que la marca quiere proyectar. Adiós a lo aburrido, para ser ahora más vanguardista y cool. ¿Quién se atrevería a decir que este SUV más chico de la firma alemana no es un verdadero atrevido? Lo mejor: conjuga esa jugada apuesta de diseño con una motorización eficiente como pocas y una seguridad al más puro nivel europeo.

Recuerdo el antiguo Mokka, una copia más cara del veterano Chevrolet Tracker, y concluyo lo muy bien que le vino esta vuelta de tuerca a Opel, después de todo la cuarta marca de autos más longeva del mundo...

Ficha Técnica Opel Mokka Elegance 1.2 MT6 130:

  • Motor: 1.2 litros turbo PureTech de tres cilindros
  • Potencia: 130 Hp
  • Torque: 230 Nm a 1.750 rpm
  • Caja: MT 6 velocidades
  • Tracción: simple delantera
  • Largo x ancho x alto: 4.151 mm / 1.986 mm / 1.523 mm
  • Distancia entre ejes: 2.557 mm
  • Maletero: 350 litros
  • Capacidad: cinco ocupantes (2+3)
  • Estanque de combustible: 44 litros
  • Llantas: 17″
  • Neumáticos: Michelin Primacy 4 215/60 R17
  • Airbags: 6
  • Origen: Francia
  • Precio: $ 17.590.000

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