Rio de Janeiro busca un nuevo modelo para su fiesta de fin de año debido a la pandemia

En una "nota aclaratoria", la oficina de turismo de la ciudad, Riotur, afirmó que "nunca divulgó una nota sobre la cancelación del 'Reveillon'", como se denominan las celebraciones para recibir el año nuevo.


La alcaldía de Rio de Janeiro aclaró este sábado que busca un nuevo modelo para su famosa fiesta de fin de año, que atrae a millones de personas a la playa de Copacabana, para adaptarlo a la “nueva realidad de la pandemia”, pero descartó la “cancelación” de uno de los mayores atractivos turísticos de Brasil.

En una "nota aclaratoria", la oficina de turismo de la ciudad, Riotur, afirmó que "nunca divulgó una nota sobre la cancelación del 'Reveillon'", como se denominan las celebraciones del paso de año.

Riotur, prosiguió, discute con otras instancias, inclusive con el sector hotelero, "la construcción de un modelo alternativo al Reveillon tradicional", que reúne a millones de personas en Copacabana para asistir al lanzamiento de fuegos artificiales.

Por la mañana, Riotur había dicho en un comunicado que el modelo tradicional "no es viable en este escenario de pandemia, sin que haya una vacuna", un anuncio que generó duras críticas de la poderosa Asociación Hoteles de Rio por las potenciales perdidas económicas.

"Riotur presentará en los próximos días al alcalde Marcelo Crivella diferentes formatos posibles para la celebración del fin de año, sin presencia directa de público, en un modelo virtual, donde podamos llegar al público a través de la televisión o de plataformas digitales", agrega la nota por la mañana.

Un responsable de Riotur dijo a la AFP que "no hay grandes motivos para celebrar, con más de 86.000 muertos" por coronavirus en Brasil. La idea es dar a esas celebraciones "una perspectiva de esperanza", agregó.

“Un absurdo total”

Algunos residentes de Rio aplaudieron la decisión, mientras otros la criticaron. El presidente de la Asociación de Hoteles de Rio, Alfredo Lopes, calificó la medida de "unilateral" y alertó sobre su impacto en el sector y en el turismo.

"La cancelación es un absurdo total, en una decisión tomada unilateralmente, sin conversar con la iniciativa privada del sector hotelero, que tiene más de 20.000 millones de reales (4.000 millones de dólares, este año) en inversiones y soporta unos 100.000 empleos", dijo Lopes, citado por el portal de noticias G1.

Lopes relató que se negociaba con Riotur la posibilidad de hacer el espectáculo de fuegos artificiales en otros puntos emblemáticos como el Cristo Redentor, el Pan de Azúcar o algunas de las 20 playas de la ciudad para "evitar la aglomeración" en Copacabana.

"Creo que dentro de la coyuntura actual fue una decisión correcta", dijo a la AFP Helena Marisa Rollau, una funcionaria pública de 49 años.

Antonio Marcelo Pires, vendedor de helados de 52 años, también se resignó: "Para nosotros, que trabajamos en la playa de Copacabana, era bueno porque venía mucha gente, pero sin la vacuna está mal".

¿Febrero sin carnaval?

Respecto del popular carnaval de la ciudad, Riotur indicó que "espera la próxima asamblea de la Liga Independiente de las Escuelas de Samba, que definirá el rumbo de los desfiles y lo comunicará a la alcaldía de Rio".

Varias de esas escuelas se pronunciaron este mes por el aplazamiento de esos fastuosos desfiles.

Por ahora, el presidente de Hoteles de Rio dijo que está "de acuerdo con aplazar" el carnaval.

Rio de Janeiro, un cóctel de problemas económicos y sociales, es el segundo estado con más muertos por coronavirus de Brasil, después de Sao Paulo.

De los 86.449 decesos registrados hasta el sábado en este país de 212 millones de habitantes, 12.808 ocurrieron en Rio de Janeiro, incluidos 8.004 en la región metropolitana de la capital del estado.

El alcalde de Sao Paulo, Bruno Covas, también tomó medidas sobre los grandes eventos en esta ciudad de 12 millones de habitantes. El viernes aplazó sin nueva fecha el carnaval de 2021, uno de los más importantes de Brasil.

Esta ciudad también canceló las fiestas de fin de año, así como el desfile LGBTQ+, de los más famosos del mundo, y postergó de julio a noviembre la Marcha para Jesús, un evento religioso que concentra tres millones de personas.

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