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Datos públicos del Mineduc evidencian que 22.949 docentes menores de 40 años desertaron del sistema

Un análisis del centro de estudios Horizontal eleva a casi 30 mil los profesores que han optado por irse de las aulas, número que, al mismo tiempo, podría ser una de las soluciones al déficit actual.

Tras meses de disputas y argumentos cruzados de diversos actores, el martes de la semana pasada la Cámara de Diputados aprobó en general el proyecto de ley que busca modificar la regulación de exigencias para ingresar a carreras y programas de pedagogía, y con ello no concretar el incremento para la Admisión 2026 del puntaje mínimo para estudiar pedagogías, alza establecida en la Ley 20.903 de Desarrollo Docente de 2016 que buscaba mejorar la calidad de los profesores.

Uno de los argumentos que se puso durante la discusión es que el alza en puntajes es extemporánea a cuando se discutió la ley y hoy provocaría que miles de personas no pudieran siquiera postular a carreras pedagógicas en momentos en que el país atraviesa un déficit de docentes, tanto en cantidad como en idoneidad.

En ese contexto y considerando que el proyecto ahora pasó al Senado para continuar su discusión, lo que supone la inclusión de nuevos elementos, un análisis del centro de estudios Horizontal -ligado a Evópoli- busca alternativas para suplir el déficit, apuntando a quienes ya son profesores, pero están fuera de las salas de clases.

En tal sentido, el análisis cifra en 22.949 los docentes menores de 40 años que están fuera del sistema educativo. Eso, acorde el estudio, equivale a un 14% de la dotación actual de 169.115 docentes de aula que existen en el sistema de educación básica y media científico-humanista, lo que incluye a establecimientos públicos y privados.

Para elaborar el documento se utilizaron los datos abiertos del Centro de Estudios del Mineduc entre 2003 y 2025, considerando a los docentes de aula -en función principal o secundaria-, con título en educación, que dictan clases en enseñanza básica o media científico-humanista. Del mismo modo, se considera desertor a un docente que abandona la profesión por tres o más años consecutivos y el abandono es definitivo, es decir, no retornan nunca al sistema.

Así, de esos casi 23 mil profesores menores de 40 años que salieron, el 76% lo hizo sin superar los cinco años de experiencia. Esto, se añade, va en línea con la evidencia que logró este año el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la U. de Chile, que estableció que sólo el 47% de los docentes chilenos tiene más de 10 años de experiencia.

Otros datos del análisis señalan que un 80% de los profesores salidos del sistema tiene título para realizar clases en enseñanza básica, media, o ambos; o que un 36% hacía clases en el sector público -municipal o SLEP-, un 54% en el particular subvencionado, y un 10%, en el particular pagado.

Además, se da cuenta de que los docentes que han salido del sistema tuvieron un rendimiento mayor en las pruebas de selección universitaria que aquellos que permanecen, aunque no ocurre lo mismo al analizar el portafolio docente necesario para avanzar en la carrera docente: quienes han salido tienen un rendimiento levemente inferior a los que se han quedado.

A Juan José Obach, director ejecutivo de Horizontal, le llama la atención que esos casi 23.000 docentes fuera del sistema y cuyo rendimiento en la PSU fue superior a los vigentes, “no estamos haciendo nada por atraerlos”. Por el contrario, dicen, “bajar los requisitos de pedagogía a costa de sacrificar calidad, no es el camino a seguir para fortalecer la carrera docente”.

Asimismo, Santiago Montiel, autor del estudio, dice que si bien la introducción de la carrera docente en 2015, disminuyó la tasa de deserción, “parece no haber sido suficiente para frenar la salida de docentes jóvenes del sistema”. Por eso, cierra, “es necesario volver a abrir una discusión sobre aspectos como la autonomía de los directivos y docentes para fomentar la permanencia de los docentes altamente efectivos”.

Propuestas

Con las cifras a la vista, Horizontal propone medidas para disminuir la deserción docente, pero también de atracción de los que hoy están fuera del sistema.

Para esto último, de hecho, apunta a un plan de recuperación docente, inspirado en la experiencia de Australia con su programa “Teacher Re-Engage”, donde contactaron a 1.500 docentes que habían salido del sistema en los últimos cinco años para atraerlos. Por eso piden un equipo especializado del Mineduc que junto a los profesores que han salido del sistema se diseñen políticas acordes a sus necesidades.

Además, entre otras cosas, sugieren eliminar el requisito de antigüedad para progresar en el sistema de tramos establecido en la ley. Hoy, para alcanzar los de alta remuneración, a los docentes se les pide desde 8 años de antigüedad y sólo un 13% de los docentes alcanza esos umbrales. Por ello, se propone que la progresión responda únicamente a los resultados en las evaluaciones.

Para Ana Luz Durán, exdecana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la U. San Sebastián, la deserción demuestra “que no tenemos elementos atractivos para que los profesores se mantengan en el ejercicio”. Por ejemplo, suma, en la carrera docente “tenemos que acelerar el tránsito entre un tramo y otro, tenemos que mejorar los incentivos, los sueldos de los profesores, porque si no, los buenos profesores se van a otras áreas donde les pagan mucho más. Hay que abordar dos temas: la carrera docente y las condiciones de ejercicio docente”.

Mientras, Lorena Medina, académica de la Facultad de Educación de la PUC, dice que hay diversos ámbitos a destacar a la hora de pensar cómo disminuir la deserción: la posibilidad de acceder de mejor manera al sistema de mentorías, que disminuyen el abandono; reformular la Ley 20.903 que hace referencia a la carrera docente, acompañado de un sistema de desarrollo profesional directivo apuntando a una mejora real en las condiciones laborales; mayor horas de libre disposición para que los profesores se desarrollen intelectualmente; “y, sobre todo, necesitamos tener una valoración social de la profesión docente que realmente haga que la gente se sienta valorada en aquello que decidió hacer”.

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