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Terminar el CAE como se le conoce, pero con cambios profundos al proyecto: las conclusiones tras seminario clave del FES

Con más de cinco horas de exposiciones de rectores de universidades y especialistas se dio inicio a la discusión en la Comisión de Educación del Senado del proyecto del gobierno que quiere dejar atrás el Crédito con Aval del Estado. El ministro Cataldo reconoció que si el Ejecutivo quiere que la propuesta vea la luz deberá abrirse a aceptar observaciones. "Pensar que el FES va a salir sin modificaciones sustantivas es no tener los pies puestos en la tierra, eso es evidente", señaló.

El seminario para abordar el Proyecto de Ley de Financiamiento de la Educación Superior (FES) organizado por la Comisión de Educación del Senado estaba pactado para finalizar a las 13:30 horas, pero terminó extendiéndose en 71 minutos para escuchar a un total de 15 expositores, entre rectores y especialistas, que fueron a invitados por los senadores para entregar sus puntos de vista sobre el proyecto emblema del gobierno que pretende dejar atrás el Crédito con Aval del Estado (CAE).

Desde antes de las 10 de la mañana tanto los invitados como los senadores miembros de la comisión, así como representantes del Ejecutivo, fueron llegando hasta la sala de sesiones de la Cámara Alta, que contó con la presencia de varios exministros de Educación, como Raúl Figueroa, Yasna Provoste y Sergio Bitar. En general, el ambiente fue cordial y primó el buen trato en una instancia en que todos los expositores concordaron, al menos, en que al CAE no puede seguir como está planteado.

El cronograma decía que a las 10 de la mañana debía arrancar el seminario, lo que ocurrió casi puntual con las palabras iniciales del senador Gustavo Sanhueza (UDI), presidente de la comisión. “Es una instancia para que la racionalidad técnica y la deliberación política superen cualquier sesgo ideológico que afecte el resultado de este trazado común”, dijo inicialmente, sumando a ello que el proyecto ha recibido críticas.

Abrió los fuegos Bruce Chapman, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la U. Nacional de Australia y creador del primer sistema de créditos contingentes al ingreso de su país, quien contextualizó su rol en el sistema australiano, destacando los, a su juicio, beneficios para el Estado que traería el FES, al que dijo que no hay que llamarle impuesto, que lo correcto es una contribución del graduado contingente al ingreso.

Tras él vino Santiago Montiel, investigador de Horizontal, quien detalló los problemas actuales del CAE, como que el pago no es efectivo, aunque exponiendo que en la búsqueda de soluciones el FES tiene tres riesgos: que será un impuesto a los graduados todo lo que se contribuya por encima del costo de la carrera; que habrá un desfinanciamiento universitario por la diferencia de los aranceles regulados versus los reales, y que tendrá un impacto fiscal. Destacó, eso sí, algunos avances que se proponen con el FES, como la automatización de cálculo de la cuota, la contingencia al ingreso, la progresividad de pagos y apartar la banca de la ecuación. Como centro de estudios proponen un Crédito Contingente al Ingreso.

A Montiel le siguió María Paz Arzola, investigadora de Libertad y Desarrollo. Ella contextualizó los problemas del CAE, pero también los del FES: incertidumbre para beneficiarios, el impacto sobre las instituciones, y los riesgos para finanzas públicas. “El FES no resuelve completamente los problemas del CAE”, dijo, aunque valoró que la propuesta tiene un mecanismo de cobranza más eficaz. ¿La propuesta? Un crédito subsidiado por el Estado, con pagos contingentes al ingreso, que tienen plazo máximo de pago. “No es CAE o FES, hay respuestas intermedias”, sumó en otro momento de la jornada.

Tras ella expuso Lorraine Dearden, experta en modelos de financiamiento estudiantil y académica de University College London, en conjunto con el chileno Héctor Ríos, quien es parte de su equipo investigativo. Ellos presentaron lo que mejora el FES, apuntando a la recaudación, que reduce carga financiera de la deuda, protege a deudores y elimina la deuda individual. Pero también expusieron que hay cosas que se pueden mejorar del proyecto, como limitar aun más el sobrepago, dejándolo en 2 o 2,5 veces, así como incrementar el tiempo de gracia de 1 a 2 años, o incrementar el periodo máximo de retribución de 20 a 25 años. Dearden cerró señalando: “Creo que es un buen sistema”.

Así llegó el turno de Carlos Williamson, director de CLAPES UC. “Hay una necesidad imperiosa de transformar el CAE”, dijo casi al inicio de su exposición. “Es un impuesto, es injusto”, señaló en referencia al FES, agregando que no entendía poner cupos máximos de beneficiarios por año, como dice el proyecto hoy. Su propuesta, como ya lo había señalado en entrevista con La Tercera el rector de la PUC, Juan Carlos de la Llera, es reformar el CAE. “El FES apunta en otras direcciones, es un mal proyecto”, aseveró, sumando en su presentación que eliminar el copago “es lo más parecido a una expropiación de recursos”.

El exministro Bitar, y uno de los padres del CAE, prosiguió con el seminario, recordando primero anecdóticamente su etapa como senador entre 1994 y 2002. Él optó por valorar los inicios del CAE, que consideró “trascendental” para la educación chilena. “Hoy las circunstancias son diferentes”, añadió luego, sin embargo. Por eso sugirió legislar, pero implementando la ley progresivamente. “Mi consejo es aprobar en general en sala y dar tiempo a las indicaciones, pero dejar marcada la voluntad; no conviene dejar cosas pendientes. Un rechazo en general a la ley generará retardos excesivos, abrirá espacio para un proyecto indefinido. Sería un error político importante”, dijo.

El último exponente antes del intermedio fue Nelson Vásquez, rector de la UC de Valparaíso. Él aseveró que el proyecto “quiso resolver materias de alta complejidad” que se podrían haber resuelto de otras maneras. A modo de sugerencia puso sobre la mesa la idea de dividir el proyecto de la solución del CAE, propuesta que, en todo caso, luego otro rector le retrucó evidenciando que no era un acuerdo entre instituciones.

Antes del receso, el senador Felipe Kast (Evópoli) hizo algunas valoraciones y señaló que el FES es un impuesto a los graduados y que era “bien importante no transformar esto en una reforma tributaria”.

Tras casi 20 minutos de pausa comenzó el segundo bloque, al que se sumaron como oyentes los senadores Rodrigo Galilea (RN) y Javier Macaya (UDI), ambos integrantes de la Comisión de Hacienda, a la que también le tocará revisar el proyecto.

Pero antes de ellos expuso José Antonio Guzmán, rector de la U. de los Andes. “Agradezco la buena disposición del ministerio por tratar de entender esto, aunque eso no se ha traducido en mejoras. Este proyecto como conocemos nos preocupa porque puede afectar la vocación de excelencia y el derecho a la autonomía universitaria”, señaló, entre otras cosas.

Después de Guzmán vino el turno de Juan Yuz, rector de la U. Federico Santa María y presidente de la Red G9 de universidades, quien planteó inquietudes, como la pérdida de autonomía y el aumento de dependencia de fondos públicos, la gratuidad y los aranceles regulados, que las condiciones del FES determinarán la adhesión de los alumnos, y el copago. Y él, en alusión al rector Vásquez, aseguró que la propuesta de separar la solución al CAE no es de consenso ni en el G9 ni en el Consejo de Rectores.

Osvaldo Corrales, rector de la U. de Valparaíso y presidente del Consorcio de Universidades Estatales, también fue parte del seminario. “El CAE está agotado”, manifestó, valorando algunos aspectos del FES, pero apuntando a que se necesitan cambios: como que no se debe eliminar el copago porque puede producir un detrimento económico; que haya límite de obligación de pago, y que se aseguren las transferencias desde el Estado a las casas de estudio.

Y mientras Julio Castro, rector de la UNAB, aventuró que el FES afectará la autonomía, la diversidad y el financiamiento -“¿Es un buen proyecto? No. Beneficia a estudiantes? No.-, Matías Acevedo, exdirector de la Dipres, recordó que las proyecciones fiscales en diversos aspectos, como CAE y gratuidad, han fallado. “¿Y qué pasa si volvemos a equivocarnos y no dimensionamos el comportamiento estratégico? Estamos tomando un riesgo que no conocemos", expuso, además de decir que el dilema no es CAE o FES.

Por su parte, el rector de la U. Central y presidente de la Corporación de Universidades Privadas, Santiago González, habló de los impactos del FES y que como para ellos el 82% de sus ingresos proviene de los aportes estatales, entonces el impacto al eliminar el copago es “significativo”, proponiendo ampliar el copago a los deciles 7, 8 y 9; establecer tope de pago o ampliar la cobertura a otras modalidades de enseñanzas, como la online.

El último de los expositores fue el rector Carlos Saavedra (U. de Concepción). “No hay ninguna posibilidad de que el CAE siga existiendo en la forma que hoy opera”, aseveró. Y sumó: “El FES constituye un avance, pero presenta desafíos. “Como Comité Ejecutivo (del Cruch) hemos indicado la relevancia de que se pueda avanzar en la discusión legislativa del proyecto”.

Sobre el final se le dio la palabra al ministro de Educación, Nicolás Cataldo, quien llegó al seminario junto al subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana. “No somos un gobierno ni un ministerio enamorado de su propuesta. Pensar que el FES va a salir sin modificaciones sustantivas es no tener los pies puestos en la Tierra, eso es evidente”, señaló, al tiempo de asegurar que tras el seminario se consolida la idea de que continuar con el CAE así como está no se puede, y que el mecanismo que lo reemplace tiene que depender de la capacidad de pago o contingente a los ingresos. Asimismo, aseguró que la propuesta es “más barato que lo que cuesta el CAE”, y les dijo a todos los presentes que como gobierno revisarán el plazo y tope de pago, el copago y escenarios alternativos de simulación. “Hay voluntad del Ejecutivo de modificar los aspectos sustantivos”, cerró.

Después del secretario de Estado le dieron la palabra al senador Macaya, quien aseguró irse “mucho más preocupado de lo que llegué a este seminario. Quiero hacer una reflexión respecto del optimismo del ministro, de llegar a un acuerdo. Si bien hay un diagnóstico compartido de que el CAE fracasó, cuando uno vota la idea de legislar no vota algo abstracto, entonces salvo que veamos un cambio sustancial que se haga cargo de errores de cálculo que son manifiestos...”.

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