Histórico

Ahora es cuando

La carrera comenzará recién este jueves y parece difícil tener certezas de lo que pueda pasar. Lo digo pensando no sólo en este arranque ante Brasil y Perú, sino en la suerte que pueda correr el combinado rojo en su aspiración de clasificar al Mundial de Rusia 2018.

Con todo, es una tranquilidad que los dos encuentros iniciales de estas clasificatorias sorprendan a Alexis Sánchez en la forma en que se vio ayer ante el Manchester United. Los goles que marcó -dos golazos- en la victoria por 3-0, sumado al despliegue ofrecido a lo largo de los minutos que estuvo en la cancha, volvieron a dibujar sobre el campo de fútbol a la mejor versión del tocopillano.

Tener a Sánchez en plenitud de forma, con la confianza que ofrece el haber celebrado en dos ocasiones frente a un rival de la envergadura del Manchester, es un aval sustantivo para el primer choque con los brasileños. Esto en el entendido que si Sánchez anda bien, todos andan bien: y si no está iluminado, los caminos al gol se complican.

A este nivel puede parecer exagerado enfatizar la influencia de Sánchez en el equipo de Sampaoli, pero no cabe duda que su estabilidad emocional -en términos futbolísticos, claro- es mucho más significativa en el rendimiento de sus compañeros que lo que puede transmitir al resto del equipo un jugador como Arturo Vidal. Sobre todo si pensamos que el factor emocional puede terminar siendo clave para romper los equilibrios que existen entre las selecciones de Dunga y de Sampaoli.

Más allá del amistoso jugado a fines de marzo -en el Emirates Stadium, donde Brasil ganó por la cuenta mínima-, en la cabeza de los hinchas nacionales sigue dando vueltas la dramática eliminación a manos brasileñas en octavos de final de la Copa del Mundo.

Si bien muchos alentamos la posibilidad de que Chile se resarciera de ese trance en una hipotética final de la Copa América contra los brasileños, ésta no alcanzó a consumarse. Los paraguayos eliminaron antes al team de Dunga; y Argentina terminó pagando los platos rotos al mirar atónita cómo Chile celebraba en casa.

Nadie puede saber qué ocurrirá este jueves, pero con Neymar fuera y con Sánchez de vuelta a su mejor momento, es posible alentar esperanzas de superar el trauma. La venganza es un plato que se sirve frío, dicen, y a pesar de que no olvidamos el palo de Pinilla ni el penal de Jarita, el tiempo ha templado la calentura . Ahora es cuando, señores.

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