Carmen Castillo recibe premio Salvador Allende en Festival de Trieste
Por su defensa de los ideales que marcaron al ex presidente chileno, la documentalista chilena fue honrada en el certamen, donde presentará Calle Santa Fe.
La cineasta chilena Carmen Castillo recibió el premio Salvador Allende que otorga anualmente el Festival de Cine Latinoamericano de Trieste a una personalidad cinematográfica que se haya distinguido luchando por los mismos ideales por los que combatió durante toda su vida el líder de la Unidad Popular.
Militante del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) y asistente de la hija de Allende, Beatriz, en el Palacio de la Moneda, Carmen Castillo fue apresada y torturada durante el régimen militar, donde además fue asesinado el compañero ideológico y sentimental de la realizadora, Miguel Enriquez, cuando su escondite fue descubierto.
Justamente este hecho es el que cuenta la cineasta en su cinta Calle Santa Fe, que hubiera debido exhibirse el domingo, cuando se otorgó el pemio, pero que por problemas técnicos se proyectará recién el sábado próximo.
Carmen Castillo es ahora una documentalista que vive entre Santiago y París, ciudad en la que se refugió al ser expulsada de Chile. En Francia, la directora realizó una serie de películas para la televisión, tres de las cuales serán exhibidas en Trieste en ocasión del premio.
Aparte de Calle Santa Fe, que se proyectó exitosamente en el festival de Cannes del año pasado, en la sección paralela oficial Una Cierta Mirada, se podrán ver José Saramago: le Temps d'une Mémoire (2003) un homenaje a la figura del premio Nobel de Literatura portugués, y La Flaca Alejandra (1994), conmovedora entrevista a una militante del Mir, Marcia Merino, obligada bajo tortura a denunciar e identificar a sus compañeros, entre ellos la misma Castillo y Miguel Enríquez.
"Estoy muy emocionada por este premio que lleva un nombre que amo y admiro -declaró Castillo al recibir el galardón de manos de Meri Lao, experta italiana de cultura rioplatense y jurado oficial del festival-. Yo empecé a hacer documentales muy tarde movida por mi necesidad de contar historias nuestras destruyendo la imagen y el culto de la muerte, asociados con las revoluciones".
"Yo quise demostrar que valía la pena luchar por los ideales revolucionarios que promovieron Salvador Allende y la alianza de partidos y electores que lo llevaron al poder pero sin glorificar la sangre derramada y la pérdida de vidas humanas como hacían tantos filmes que describían las luchas revolucionarias en América Latina" declara.
"Salvador Allende tuvo un tiempo histórico corto que se estira en la vida de todos nosotros que lo amamos y colaboramos con él" agrega.
"Agradeciendo este regalo que me hace este festival que tanto se preocupa por difundir el cine latinoamericano en Italia - prosiguó la directora - no puedo dejar de pensar en la ironía de poder ver más cine de nuestros países en París que en las ciudades donde esas películas han sido producidas", finalizó.
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