En mayo del año pasado, la erupción del volcán Chaitén se conviritó en una tragedia nacional. Un pueblo entero debió ser evacuado mientras un manto de cenizas tóxicas y lava encendida caían sobre el ahora desaparecido pueblo.

Pero no sólo tragedias resultaron desde aquel hecho, ya que según el estudio realizado por la investigadora chilena Vilma Sanhueza, la ceniza arrojada por el vocán Chaitén contiene zeolitas, que son sustancias capaces, entre otras cosas, de purificar el agua de manera más eficiente.

Sanhueza, miembro del Instituto de Geología Aplicada y doctora en Ciencias Químicas, señaló que "los materiales zeolíticos se utilizan como intercambiador iónico y se pueden emplear en aguas residuales que contienen, por ejemplo, metales pesados, como cadmio y plomo".

Con este material, que actualmente se encuentra en aproximadamente tres kilómetros cúbicos en torno al volcán, se podría purificar agua antes de enciarla al medio ambiente, o para canales de regadío y tratamiento de metales o en cualquier parte donde se generan aguas contaminadas.

Indicó que por su estructura y composición química, las zeolitas pueden ser utilizadas en procesos industriales de intercambio iónico, de absorción y como catalizador.

El descubrimiento está en proceso de ser patentado en Chile y más tarde se hará otro tanto en el extranjero, dijo la investigadora, que añadió que también falta instalar una planta piloto para utilizar el material zeolitico, ya que hasta ahora solo se han hecho ensayos a escala.

En Chile "estamos llenos de volcanes. Si tenemos la suerte que también podemos convertir esas cenizas en zeoliticos, se pueden abaratar aún más los costos", agregó la investigadora, recordando que en el territorio chileno existen unos 1.500 volcanes, de los que 55 están activos.