Cuestionadas elecciones de alcaldes fortalecen a Maduro en Venezuela

"Ahora a prepararse para grandes victorias en 2018", anunció el Presidente venezolano Nicolás Maduro cerca de la medianoche del domingo, mientras el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) celebraba su más reciente y esperada victoria. El chavismo arrasó en las elecciones municipales, logrando el control de 308 de las 335 alcaldías del país. Con el 71% de los votos, el oficialismo pasará a controlar ahora 20 de las 23 capitales regionales, y la gobernación de Zulia, cuya elección se repitió el domingo, luego que el candidato opositor se negara a juramentar ante la Asamblea Constituyente. Esa gobernación se sumó a las 18 -de 23- que el chavismo ya había ganado en las elecciones regionales del 15 de octubre.

Los resultados no significaron una gran sorpresa para el espectro político venezolano. Se preveía un amplio triunfo del oficialismo luego que tres de los cuatro principales partidos opositores optaran por no participar en los comicios. Sin embargo, la victoria le da un nuevo impulso al chavismo de cara a las elecciones presidenciales de 2018 en las que se espera, según confirmó a fines de noviembre el vicepresidente Tareck El Aissami, que vuelva a postular el Presidente Nicolás Maduro.

A pesar de contar con el apoyo de la comunidad internacional, la oposición venezolana, aglutinada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), no ha logrado tener una ruta clara debido a las fracciones y diferencias dentro de su coalición.

"La fortaleza real (del gobierno) nace en la debilidad de los factores de oposición", explicó a La Tercera el analista político venezolano y director de la encuestadora Delphos, Félix Seijas, quien agregó que las divisiones entre la MUD "no permite una estrategia común que todos respeten y que permita avanzar con claridad hacia una meta definida".

Las primeras fracciones se hicieron más fuertes antes de las elecciones a gobernadores de mediados de octubre. Los distintos partidos que conforman la MUD mostraron distintas posturas y no un frente unido, sobre si participar o no en los comicios. Un grupo encabezado por la dirigenta opositora María Corina Machado decidió desligarse de la coalición, al denunciar que el sistema electoral venezolano no podría garantizar comicios limpios. Así, una oposición dividida decidió finalmente participar y los resultados tuvieron un saldo negativo para ellos: sólo lograron cinco de 23 gobernaciones, dos más de las que ya tenían.

Por otra parte, el proceso de diálogo que se lleva a cabo en República Dominicana también sembró la discordancia en la oposición. Ambas partes comenzaron a inicios de este mes una mesa de negociaciones para busca una salida a la crisis venezolana.

El diálogo, auspiciado por varios países de la región entre ellos Chile, aún es mal visto por un sector opositor.

Ahora, a una oposición debilitada se le suman las nuevas advertencias del oficialismo. Maduro amenazó el domingo con inhabilitar a los principales partidos antichavistas luego de que estos se negaran a participar en las municipales. "Partido que no haya participado hoy y haya llamado al boicot de las elecciones no puede participar más. Ese es el criterio que la Asamblea Nacional Constituyente he esgrimido (…) y yo los apoyo", advirtió el domingo.

La dirigencia opositora y los analistas concuerdan en que Maduro -fortalecido electoralmente- podría aprovechar este momento para adelantar las elecciones electorales, previstas para fines de 2018, para el primer trimestre.

"Es muy probable que se polaricen las posiciones tanto del gobierno, que va a querer seguir avanzando aceleradamente en la profundización de su proceso, como en la oposición que fortalece las posiciones de los liderazgos que siempre han denunciado esta vía (electoral)", aseguró a este diario el analista venezolano Miguel Velarde.