La jugada de lujo que Arturo Vidal utilizó para eludir a Gary Medel en el partido entre Juventus e Inter de Milán, por la Serie A, puede sintetizar plenamente la filosofía de vida del astro del equipo turinés. Y, a partir de ahora, aplicarse a sus inversiones. Su fastuoso matrimonio con María Teresa Matus había dado otra señal. Al enlace en la iglesia San Ignacio, y al que asistieron connotados invitados encabezados por Michelle Bachelet, el mediocampista llegó en una vistosa limusina Chrysler 300 C, la más moderna en su clase.

El vehículo es parte de la empresa de la esposa del mediocampista. Constituye una ampliación de giro de la boutique Sei Brava, propiedad de Matus. Es un automóvil del año, modificado para que adoptara su actual formato y  dotado con un motor 3.0. Cuesta 140 mil dólares (casi $ 88 millones) y cuenta con capacidad de 10 a 12 pasajeros. 

Está equipada con un completo bar. La barra es de caoba y los asientos son de cuero. Tiene, además, un poderoso sistema de sonido y pantallas led. Mide 7,5 metros de largo y su techo es de cuero, uno de sus elementos diferenciadores. Sus  llantas Velice también pueden iluminarse.

La flota crecerá con una limusina idéntica y otros dos automóviles de menor tamaño -entre ellos, un Cadillac-, pero de prestaciones igualmente atractivas, enfocadas en un público  exigente y de alto poder adquisitivo. También se apuntará a las empresas que desarrollan eventos veraniegos.

El negocio está a cargo del suegro del futbolista, Carlos Matus, quien trabaja junto con su hijo Felipe. En su sitio web (www.limusinavip.cl) se le promociona como "la limusina de Arturo Vidal". La imagen del Rey Arturo, con el traje que utilizó en su boda, aparece en la página principal y es el principal gancho para atraer clientes.

Utilizar durante una hora el medio de transporte que ocupó Vidal en el festejo más importante de su vida cuesta 200 mil pesos. El uso mínimo es de 120 minutos y por tres horas se puede conseguir en $ 500 mil. El servicio, que incluye bar abierto, ya ha sido reservado para un par de matrimonios. También ha sido cotizado por grupos de amigos. 

La evaluación es óptima. Los arriendos partieron inmediatamente después de la boda. "La demanda es bastante buena. Incluso hemos rechazado algunas propuestas. Nos habían pedido llevarla a Pucón en febrero, pero está la opción de sumar otros compromisos. Tenemos  un par de matrimonios agendados. Después, está la posibilidad de llevarla al Derby y de que sea utilizada por la reina del Festival de Viña del Mar", explica Carlos Matus.

Hay más planes. Empresas como CCU han manifestado su intención de alquilarla para los teams de sus principales marcas durante el período estival.

Una línea de vestuario

El equipo que asesora las inversiones de Vidal, que encabeza su primo Carlos Albornoz, trabaja permanentemente en la búsqueda de nuevas ideas. Todos tienen estudios universitarios y son especialistas en la generación de nuevos productos y servicios.

En varias de las propuestas se trabaja sobre conceptos similares a los que inspiraron a la empresa de transporte, que también reflejan a Vidal: lujo e innovación. Al último hay que agregar la aspiración de generar valor con negocios, que impliquen una inversión baja y un escaso riesgo. "La idea es convertir los hobbies de Arturo en negocios rentables. El de la limusina nació porque Arturo, a quien le gusta ir de vacaciones a Miami, le llamaron la atención los automóviles que vio ahí", comenta Albornoz, académico de la Escuela de Negocios de la Universidad del Desarrollo y socio, junto con su hermano Víctor, del astro de la Roja en Club Chicureo, el complejo deportivo que adquirieron en mayo pasado.

Mauricio Acuña, gerente general de Inversiones Vidal, adelanta una nueva línea de negocios. La imagen del volante incursionará en el mercado del vestuario. "Hemos tenido conversaciones con el retail para desarrollar una marca con el nombre de Arturo Vidal", dice.

La marca ya tiene logo y se está recibiendo el apoyo de expertos en diseño que sugerirán los modelos y los productos que estarán asociados a este emprendimiento. Ya hay algunas definiciones: se apuntará al mercado masculino en el rango de los 17 y los 55 años y se confeccionarán prendas que cumplan altos estándares de calidad. "Será comparable a Zara, H&M y Calvin Klein, por mencionar a algunas de las más conocidas. En algún momento nos propusieron asociar la imagen de Arturo a una marca ya existente, pero concluimos que su nombre es lo suficientemente potente como para salir al mercado y convertirse en un referente. La marca Arturo Vidal es concebida por los especialistas como un plus, por la credibilidad que despierta", añade el ejecutivo.

Inicialmente, se buscará conquistar a la clase media. Los valores serán accesibles para ese segmento. Posteriormente, se intentará crecer hacia el sector  de mayor poder adquisitivo.

El catálogo inicial incluiría jeans, polerones y camisas. Se evalúa la opción de incursionar, después, en el vestuario formal. En todos será una norma reflejar el concepto de modernidad y estilo que Vidal ha adquirido en su paso por Italia, considerada como una de las principales referencias mundiales de la moda.