Historia de iluminadas
<img alt="" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200911/586906.jpg" style="padding: 0pt; margin: 0pt;" width="60" align="left" border="0" height="13"> Taller Maíz, de Pilar Izquierdo y Sofía Marty, se ha transformado en un referente para el mercado local en diseño de lámparas y pantallas decorativas.

Caen en cuenta de que han pasado 20 años. Miran a su alrededor y piensan en las anécdotas y recuerdos acumulados. Se ríen. Mientras, una teje un modelo en rafia a la vez que le habla a la otra, quien electrifica una lámpara en el cuarto de al lado. Así, con relajo y fluidez, con una complicidad que sólo dan los años; aunque reconocen que ha sido lo mismo desde siempre. Desde que Sofía Marty y Pilar Izquierdo se hicieron amigas, desde que decidieron emprender y ser ellas las que gobernaran su destino, sus ideas y su creatividad tras graduarse de Diseño de Equipamiento, y desde que por fin instalaron en Bellavista su Taller Maíz, donde cadames reciben cerca de 200 pedidos para restaurar, fabricar o diseñar toda clase de lámparas, apliqués y luminaria.
Pero la historia dio una vuelta para llegar a lo que son hoy. Una que se remonta a una época en la que Chile prácticamente era una isla, donde no existían muchas posibilidades para el diseño nacional y donde el mercado de la estética y decoración estaba gobernado por unos pocos nombres. Fue en ese escenario, y desde una pequeña pieza que los papás de Sofía les prestaban, donde comenzaron a lacar, pintar e intervenir toda clase de objetos de decoración, los que cargaban en un auto recorriendo casas de amigas y conocidas. "Pusimos 30 lucas cada una para empezar a hacer cosas. De ahí se empezó a correr la voz, nos fue bien y pudimos arrendar un taller muy cerca del actual, en Bellavista. Fue en ese momento que comenzamos a fabricar lámparas de papel", comentan. Tanto éxito alcanzaron con ellas que incluso comenzaron a fabricarle a una multitienda, período en que se desdoblaban para trabajar en los pedidos y además crear nuevosmodelos y técnicas para abastecer su taller. "Era verano, yo –Sofía– estaba de vacaciones y nos llamaron para hacer un nuevo y numeroso pedido. Todos corríamos cuando eso pasaba, pero esta vez fue la Pilar la que se decidió y dio el primer paso. Les dijo que no íbamos a seguir con ellos, casi se mueren, pero en realidad fue un alivio, el taller estaba como apagado en esa época y después de eso florecimos, hicimos cosas superbonitas y a la larga todo fluyó", cuenta.
: EL TALLER
Diseños atemporales salen desde TallerMaíz. Un lugar habitado sólo pormujeres. En total son nueve y entre ellas se reparten las tareas del armado de las pantallas, la electrificación, la pintura y losmoldes. Alexandra Bles lleva cerca de 15 años compartiendo con Sofía y Pilar, y entre papeles y estructuras de alambre nos cuenta que aprendió el oficio de un maestro que trabajó por muchos años en el taller y le heredó sus conocimientos. De ahí el traspaso de información ha sido espontáneo entre las integrantes deMaíz, lomismo que la aplicación de nuevas técnicas, formatos y la integración de nuevos, materiales. "Lo entretenido de trabajar en el taller es que todo es superdinámico, porque siempre hay alguien que llega con diseños nuevos a los que tenemos que buscarles una solución y si no la podemos hacer exactamente igual, inventamos algo", cuenta Pilar entre tafetanes, rafias, sedas, arpilleras, cintas y lanas. En resumen, de un cuanto hay para realizar sus proyectos. Finalmente eso es lo que más las satisface, el no ponerse límites, premisa que las ha llevado a transformarse en un clásico dentro del mundo de la decoración made in Chile.
Melchor Concha 50, Bellavista. www.tallermaiz.cl
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