Las claves del Tratado de Libre Comercio entre Chile y Uruguay

El acuerdo permitirá la reducción de los aranceles establecidos al mercado internacional y no presentaría una amenaza para industrias nacionales como la ganadera, sector en que el país del Río de la Plata se caracteriza.




Este martes 4 de octubre, Uruguay se sumará a la lista de países que mantienen un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Chile, medida que busca fortalecer la relación económica entre ambos, independiente de que ya exista un diálogo comercial por su participación en el Mercosur.

"El acuerdo busca establecer un lazo directo entre las dos economías, actualizando las condiciones bilaterales e incluyendo el comercio de bienes y servicios, reglas de origen, medidas fitrosanitarias y medioambiente, entre otros temas", aclara el docente de Agronegocios y Comercio Internacional en Agronomía de la Universidad del Pacífico, Juan Esteban Ramos.

En términos concretos, uno de los efectos importantes de este tipo de acuerdos es la reducción de los aranceles establecidos al comercio internacional.

Si bien el arancel general a las importaciones chilenas está fijado en 6%, gracias a los acuerdos se ha logrado bajarlos a 0% para algunos productos extranjeros, lo que permite disminuir el costo de los bienes importados provenientes de economías con las que nuestro país mantiene algún tipo de convenio comercial, con un menor precio para el consumidor final, entre otros beneficios.

El nuevo socio de Chile está pasando por un buen momento financiero. La economía de Uruguay, caracterizada por la fuerte actividad ganadera y agrícola, ha presentado un crecimiento sostenido en torno al 5%, alcanzando un Ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita de US$16.350 el año 2014, según datos del Banco Mundial.

"El comercio entre Chile y Uruguay ha presentado un crecimiento sostenido durante los últimos años, a pesar de que en términos consolidados presentó una reducción de 2% entre 2014 y 2015, acumulando US$349 millones durante el año pasado", detalla Ramos.

Lo anterior se ve reflejado en el incremento promedio de 7% en el valor de las exportaciones chilenas entre 2009 y 2014, las cuales acumularon US$148 millones durante 2015, cifra por debajo de los US$183 millones exportados a Uruguay durante 2014.

Dentro de los principales productos exportados se encuentran los purés y jugos de tomate, además de filetes de salmón y mezclas de vinos no orgánicos.

"Los envíos desde Uruguay se encuentran encabezados por carne de bovino, leche en polvo y maderas contrachapadas, además de algunos medicamentos", comenta el especialista.

¿MÁS VARIEDAD DE CARNE?

Aunque Uruguay es un país fuertemente agropecuario, según el académico de Agronomía de la Universidad del Pacífico, "la firma del TLC no presentaría por sí sola una amenaza hacia las industrias nacionales y no implicaría el fin de las explotaciones ganaderas nacionales, ya que, por ejemplo, los productores locales tienen ventajas en los costos de transporte, entre otros".

En la misma línea, Ramos plantea que "si bien los distintos países se especializan y se concentran en explotar las ventajas para producir algunos bienes o servicios, mantienen algunas industrias, de tamaño reducido, pero en las que no son tan eficientes como otros países, tal como ocurre en la industria textil chilena, que si bien ha reducido su tamaño, aún mantiene algunas producciones nacionales a pesar de las dificultades que se presentan en la actualidad para competir con las empresas chinas e indias".

Considerando que el origen de la carne de bovino importada por nuestro país está encabezado por Paraguay, Brasil y Argentina, quedando Uruguay en el 5° lugar, con un 3,9%, la firma del acuerdo bilateral podría generar un potencial aumento de la competencia en la industria de la carne, lo que presentaría una oportunidad para que los consumidores accedan a menores precios. 

"Sin embargo, es necesario tener en cuenta que la reducción de las barreras al comercio internacional no deberían presentar un salto sustantivo para las importaciones de carne, ya que por un lado, las importaciones de carne de bovino desde Uruguay han registrado una disminución durante las últimos años, cayendo desde casi 10 mil toneladas el año 2013, hasta 6 mil toneladas el 2015", concluye Ramos.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.