Histórico

Los correos que vinculan a ME-O con los dineros de SQM

Están escritos por su ex mano derecha, Cristián Warner. Es un intercambio entre el periodista y la ex secretaria de Patricio Contesse, Katherine Bischof, quien le informa, en enero de 2012, sobre un aporte de US$ 250 mil y le pide modificar un contrato de servicios. Warner deja en evidencia en una serie de correos electrónicos que Marco Enríquez-Ominami habría convenido esa cifra con el ex gerente general de SQM.

En el sexto piso de calle El Trovador 4285 hay una sala de reuniones y un living donde los máximos ejecutivos de la Sociedad Química y Minera de Chile, SQM, reciben visitas. Patricio Contesse, gerente general de la empresa entre 1990 y marzo de 2015, y Julio Ponce, presidente desde 1987 a abril de 2015, acostumbraban utilizar esas instalaciones. Ambos, Contesse y Ponce, eran, hasta hace poco, atendidos por la misma secretaria, Katherine Bischof Sepúlveda, de profesión ingeniera en administración de empresas. Bischof, quien ya dejó la compañía, llegó en julio de 2007 al sexto piso de SQM. Programaba viajes, distribuía las agendas de reuniones e ingresaba pagos al sistema. A Julio Ponce le recordaba cumpleaños, reuniones y hasta visitas al médico.

Durante sus años en SQM, Bischof vio pasar a mucha gente, y en su taco anotaba cada reunión relevante del ex gerente general de la minera. “En el período en que yo he trabajado en SQM, han ido al piso 6 Pablo Longueira, Marco Enríquez-Ominami, Carlos Ominami, Marcelo Rozas, Pablo Zalaquett, Jovino Novoa, quienes se reunían con Patricio Contesse”, declaró Bischof el 7 de abril ante los fiscales Pablo Norambuena y Emiliano Arias.

Marco Enríquez-Ominami admitió, dos días después, haberse reunido con Contesse. Aclaró que se juntó dos veces con él -nunca con Julio Ponce, a quien dijo no conocer-: una vez como dirigente del Partido Progresista (PRO) y otra ya como precandidato presidencial. “Me reuní con él para exponer mi posición sobre la estatización del litio”, dijo a La Segunda Enríquez-Ominami el 9 de abril.

El litio, precisamente, es parte del negocio central de una de las principales filiales de la minera no metálica: SQM Salar. Y desde esa empresa, que además está hoy enfrascada en un conflicto con Corfo, que exige el término de un contrato que entregó en concesión 81 mil hectáreas del Salar de Atacama hasta 2030, salieron pagos millonarios a uno de los asesores más relevantes de Enríquez-Ominami.

SQM Salar realizó hace un mes ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) una reliquidación tributaria y elaboró una lista de proveedores sujetos al proceso de rectificación. Los mayores destinatarios de pagos sin suficientes respaldos eran dos. Uno, Asesorías y Negocios, la empresa creada por Giorgio Martelli, el operador oficialista que declaró haber recibido dineros de SQM y del grupo Angelini tras gestiones de Jorge Rosenblut.

Dos, Cristián Warner Comunicaciones Publicidad y Marketing EIRL. La empresa fue creada por el periodista Cristián Warner Villagrán, ex secretario general del PRO. La fundó en 2007, cuando tenía 31 años, y es una sociedad unipersonal, cuyo giro, según su constitución, era efectuar “toda clase de realizaciones audiovisuales y radiales”. Un informe ingresado a la fiscalía el 27 de mayo por el abogado Carlos Cortés, defensor de Patricio de Solminihac, actual gerente general de SQM, y Ricardo Ramos, vicepresidente de finanzas, enumera los montos involucrados. En total, el reporte lista 34 boletas emitidas por la empresa de Cristián Warner a SQM Salar, por un monto total de $ 362 millones en tres años.

Varios de esos pagos fueron formalizados en monto y forma en contactos directos entre Bischof y Warner. Pero en el medio habrían estado Contesse y ME-O.

Los computadores de SQM

Los correos, en la historia del caso Penta, fueron varias veces esenciales. En el caso SQM no existe esa misma evidencia. Pero han intentado conseguirla.

En su declaración de comienzos de abril, Katherine Bischof autorizó a la fiscalía a acceder a sus dos cuentas de correo corporativo entre 2009 y 2015. La fiscalía ha incautado computadores de ejecutivos y personal de SQM.

También en SQM han hecho revisiones. Cuando se destapó el caso, en febrero, la empresa creó un comité ad-hoc de tres miembros, que contrató múltiples asesores: como secretario de actas tiene a Bernardo Alamos Zegers, abogado del área de derecho corporativo del estudio Vermehren, Varela, Puga, Canales; como asesor legal fichó al Grupo Vial Serrano, y como penalistas, a Insunza Abogados. En Estados Unidos, por las implicancias del caso ante la Securities & Exchange Commission (SEC), el comité contrató a Shearman & Sterling y a la empresa internacional FTI Consulting.

El 13 de abril, los consultores internacionales informaron a los directores del comité ad-hoc que estaban revisando 11 computadores de ejecutivos de SQM. A esa fecha habían ya recopilado 1,5 millones de mails y habían reducido el campo de análisis a 400 mil correos. Un dato no menor fue revelado en esa reunión, cuyas actas están en manos del Ministerio Público: habían detectado la eliminación de algunos archivos del computador de la secretaria de Contesse, Katherine Bischof, pero los investigadores dijeron que podrían recuperarlos. El fiscal Emiliano Arias pidió el 9 de junio a SQM una copia de esos mails. Seis días antes, el fiscal Sabas Chahuán había oficiado al Servicio de Impuestos Internos pidiendo el envío de las “carpetas con documentación de respaldo” enviadas por SQM Salar sobre las empresas de Giorgio Martelli y Cristián Warner.

"Marco me comentó..."

Katherine Bischof es un personaje clave. Todos los pagos aprobados por Patricio Contesse pasaban por ella. Y muchos se contactaban con ella por correo electrónico para enviar información sobre RUT, boletas y cuentas corrientes. Así lo hizo Cristián Warner, quien el 5 de diciembre de 2011 le pidió agendar, para algún día de enero de 2012, una reunión entre Patricio Contesse y Marco Enríquez-Ominami.

Cristián Warner Comunicaciones y Servicios EIRL emitió 11 boletas en 2011 a SQM Salar. Cada una de ellas -entre la número 11 y la número 31, no correlativas- era por $ 4 millones. Entre fines de ese año y comienzos de 2012 se produjo la reunión entre ME-O y Contesse solicitada por Cristián Warner vía correo. En el encuentro no habría participado el periodista.

Tras la cita entre el candidato y el máximo ejecutivo de la minera no metálica, Katherine Bischof informó a Cristián Warner en un correo electrónico, fechado el 16 de enero de 2012, sobre un “nuevo aporte”. La secretaria de Contesse precisó el monto: US$ 250 mil, en 12 pagos mensuales. Además, le pidió a Warner gestionar los cambios al contrato de servicios vigente.

Ese mismo día, por escrito, Cristián Warner le preguntó a la secretaria si los US$ 250 mil eran adicionales a los $ 4 millones que SQM ya le pagaba.

Bischof dijo no saberlo. “Don Marco debe tenerlo claro o no?”, le preguntó de vuelta la secretaria.

Warner le respondió poco después y le comunicó que Enríquez-Ominami le había informado que los dineros eran extras. “Marco me comentó claramente que eran adicionales”, escribió Cristián Warner a Bischof. Y agregó: “Es decir, mantenemos los 4 millones mensuales y le agregamos este adicional dividido en 12 meses. Era solo para confirmar con usted, pero eso fue lo que me transmitió Marco textual”.

El periodista se comprometió, además, a realizar una adenda al contrato, detalló que ese mes, enero de 2012, facturaría $ 4 millones, y agregó que el nuevo monto comenzaría a ser documentado a partir del siguiente mes, hasta completar 12 meses en enero de 2013.

En febrero de 2012, la empresa de Warner comenzó, efectivamente, a facturar el nuevo monto convenido a SQM Salar, según queda graficado en la lista entregada por la empresa al Ministerio Público. Ese mes, la empresa de Cristián Warner emitió una factura por $ 14.300.000, la que fue pagada el 2 de marzo.

Ese mismo monto, según la información de SQM Salar, se repitió mes a mes, hasta diciembre de 2013. Es decir, 23 pagos.

Desde 2011, un tercio de las facturas emitidas por la empresa de Cristián Warner tuvieron como contraparte al grupo SQM. Y en 2013, Warner emitió facturas correlativas, desde la número 83 a la número 94, a SQM Salar. De ello se desprende que Warner no emitió en 2013 facturas a otras compañías y todos sus ingresos provinieron, por esa vía, de SQM. La filial de la minera y la firma de Warner tenían un contrato por servicios de marketing, pero hasta ahora SQM no ha entregado a la fiscalía documentación sobre ese convenio.

El 2 de abril, cuando el nombre de Warner ya circulaba entre fiscales y periodistas, ME-O emitió una declaración pública. El ex candidato presidencial negó todo vínculo con financiamiento irregular proveniente desde SQM. “Pedí a mis colaboradores más cercanos, en el PRO y entre aquellos que tuvieron un rol destacado en mis campañas presidenciales, así como a mi familia y amigos, que me informaran si han efectuado servicios profesionales para empresas como Penta, SQM y Caval, que se han visto involucradas en investigaciones recientes”, publicó en su página en Facebook hace más de dos meses. ME-O hizo pública, acto seguido, la situación de su asesor. “Una empresa de comunicaciones de Cristián Warner ha efectuado servicios profesionales para SQM. Los servicios fueron contratados, realizados, rendidos y debidamente informados al SII en su momento”, escribió. Warner fue definido por el ex candidato como “empresario, periodista de profesión, con una reconocida carrera como consultor en comunicaciones y en la producción de televisión y cine”. Warner tuvo un rol central en su candidatura presidencial en 2009 y 2013.

Esta semana, el ex diputado volvió a referirse al caso SQM y dijo que él respondía por su empresa y no por asesorías que Warner haya realizado a SQM. “Pregúntenle a él”, dijo sobre los servicios de Cristián Warner en una entrevista con Radio Qué Leo. “Yo respondo por lo que sé: Rivas y Rivas Limitada; Partido Progresista; Fundación Progresa; 13.436.389-4, mi RUT. Respondo por mi contabilidad”, agregó.

Ni Warner ni Enríquez-Ominami quisieron responder preguntas para este reportaje. El ex candidato transmitió que ya había dicho lo que tenía que decir.

El señor Lee y Chile 21

Así como descartó vínculos con el caso Warner y SQM, ME-O también ha negado relación con los aportes que la minera habría hecho a su padre, Carlos Ominami, en 2009. El camino fue Milton Lee Guerrero, ex compañero de Ominami en el MIR. Dejaron juntos ese movimiento en 1978 e ingresaron a Convergencia Socialista. Lee fue, años después, tesorero del PS, entre 2003 y 2005, y se hizo dueño exclusivo de Alerce Talleres Gráficos, una imprenta que ha trabajado con numerosos candidatos.

En 2009, Carlos Ominami decidió apoyar a su hijo como candidato presidencial y postuló como independiente a senador por la V Región. Lee le ayudó con su propaganda. “Le dije que iba a necesitar mucho dinero para que la campaña fuera competitiva. Le hablé de alrededor de $ 200 millones. A la semana me dijo que el tema de la imprenta lo había resuelto. Me dijo que todo lo de la imprenta lo iba a pagar Soquimich”, dijo Lee al fiscal Carlos Gajardo.

En total, la empresa de Lee emitió ocho facturas a SQM entre junio de 2009 y febrero de 2010. Total: $ 178 millones. Sobre este tema, Enríquez-Ominami tomó distancia. Sobre Lee, dijo en abril a Qué Pasa: “Lo conozco desde niño en el exilio y le tengo mucho afecto (...). Su imprenta ha trabajado para muchas campañas de distintos sectores. Pero no trabajó con nosotros ni en las campañas presidenciales de 2009 ni en 2013”.

También Marco Enríquez-Ominami ha sido consultado por los dineros que, desde SQM, llegaron a la Fundación Chile 21, que encabeza Ominami. Un reporte de SQM cifró los pagos en $ 410 millones de 2009 a 2014. “Chile 21 no participa como institución de campañas políticas”, declaró la entidad en marzo. Enríquez-Ominami negó que hubiese recibido dinero de Chile 21.

Más sobre:portada

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

¡Oferta especial vacaciones de invierno! ❄️

Plan digital $1.990/mes por 4 meses SUSCRÍBETE