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Marc Coma: "Probablemente Quintanilla gane un Dakar"

Marc Coma, ex campeón de la prueba y actual director deportivo, analiza la edición 2016 de la competencia, explica las novedades de la ruta con su confección, habla de la ausencia de Chile y analiza al piloto nacional.

El Dakar creó leyendas en sus años en África y Sudamérica. Uno de ellos es Marc Coma, de 39 años, considerado uno de los mejores pilotos de raid de la historia. Cinco títulos en la prueba, seis veces campeón del mundo de cross country y varias victorias más en otras carreras luce el palmarés del español, que cambió el asiento de la moto por el de director deportivo de la competencia.

El catalán afronta la nueva experiencia con una presión inusitada pensando en la caída de Perú de la edición 2016, pero se da tiempo para atender a La Tercera y hablar de su nuevo estatus, así como de las novedades de este Dakar, el primero sin Chile.

¿Qué tal ha sido la experiencia de estar al otro lado del Dakar?

Ha sido un período intenso y lo está siendo todavía. Todo lo que lleve el nombre Dakar significa intensidad, trabajo duro y exigencia. Sabía que había mucho por hacer, pero la verdad es que me he sorprendido con la calidad de trabajo de ASO.

¿Por qué aceptó ser director deportivo de la prueba?

Estaba en un punto donde había corrido más de diez años, conseguido cinco victorias en Dakar y llegaba al momento más difícil, que es acabar tu carrera. Mi intención era seguir un año más en motos y después intentar el salto a autos. Pero tampoco esperaba que por parte de ASO me ofrecieran un cargo de tanta importancia y eso hizo cambiar lo que tenía pensado para mi futuro.

¿Extrañará el Dakar, como ex piloto y campeón?

Cerré un libro, que es toda mi historia en moto. Ahora estoy empezando otro. Seguramente cuando esté en la salida o vea a los otros pilotos salir será nostálgico, pero para mí esto es un círculo bien cerrado y con orgullo.

¿Podremos ver el sello Coma en su primer diseño de ruta?

No vamos a cambiar la carrera de un día a otro, pero intentaré de a poco dejar mi forma de entender la carrera. Todos los detalles que quería cambiar los llevé a cabo y es un buen comienzo. Por ejemplo, cambiamos el tiempo de salida de las motos, de dos a tres minutos, volvimos con una etapa maratón con parque cerrado al terminar, algo que no sucedía desde 1998, hicimos una navegación difícil, entre otras cosas. Creo que se empieza a interpretar cuál es mi filosofía de carrera.

¿Qué fue lo más difícil a la hora de confeccionar esta edición?

Este año fue muy complicado por la bajada de Perú. Tuvimos que rearmar un Dakar nuevo en un período cortísimo, y sin la experiencia de los equipos de trabajo y de ASO de todos estos años en Sudamérica no hubiese sido posible. Seguimos hablando de un Dakar al mismo nivel que las otras ediciones. No estamos produciendo un evento de menor calidad.

En esta edición no hay especiales muy largas y aumentan las etapas maratón. ¿Qué se busca con esto?

Los kilómetros totales son parecidos a años anteriores. Intentamos hacer un rally más duro para los que sufren menos, los autos y los camiones. Para las motos es un nivel parecido. Hay una etapa (la segunda) en que las motos harán menos kilómetros que los autos. La idea es un rally difícil para todos, pero no inhumano.

¿Cómo recogieron las críticas de varios pilotos sobre los problemas que tuvieron en Bolivia, con el frío y la sal?

Es cierto que se vivieron unas condiciones un poco al límite y tuvimos muchos problemas. Estaremos en Uyuni pero no en el salar. La postal es muy bonita, pero el precio es muy alto para los competidores. Y el frío ahora será para todos, porque será el primer año que sube toda la caravana. En Bolivia serán días sensibles y tenemos que tener mucho cuidado.

¿Preocupa la baja de inscritos en comparación al anterior Dakar?

No. Bajaron, pero es porque aumentó el nivel de exigencia que pedimos. En motos, por ejemplo, necesitamos gente muy bien preparada. En el Dakar no podemos aceptar que vengan a correr sin experiencia. Sacrificamos cantidad por calidad. En los autos se juntan varias cosas. La situación económica en muchos países no es la mejor y ha repercutido. La baja de Perú también puede que haya influido.

¿Se extrañará la presencia de Chile en este Dakar?

Si pensamos un poco en los países que se han identificado con el Dakar, éstos son Argentina y Chile, que fueron los pioneros. Es una pena que Chile no esté, pero el Dakar es una carrera que va evolucionando. Espero y me encantaría que en un futuro volviéramos.

¿Qué aspecto de Chile es el más difícil de reemplazar?

Cada país nos aporta algo especial. En Chile, las dunas de Copiapó se convirtieron en un sitio mágico en el Dakar. Es como Fiambalá en Argentina. Son sitios que quedaron asociados al Dakar para toda su historia. Además, al no estar Chile, hay menos pilotos chilenos y eso es lo que más extrañaremos. Los chilenos habían llegado a un nivel muy alto. Pero está, por ejemplo, Pablo Quintanilla, que puede ser un ganador del Dakar. Sería una pena que un chileno pueda ganar el Dakar y no estuviese Chile en el recorrido.

Como ex piloto y actual director deportivo, ¿el Dakar debe volver a Chile en 2017?

A ver, para mí es muy fácil aquí sentado decir que tenemos que ir, pero hay muchas cosas detrás que no son fáciles ni para ASO ni para el gobierno. Pero yo creo que sería muy bueno retornar a Chile.

¿Cómo ve a Pablo Quintanilla en las motos?

Me gusta hablar poco de los pilotos porque estoy en otra situación. No quiero que se malinterpreten las palabras, que piensen que alguien es mi preferido. Lo que ha hecho Pablo es un proceso lógico. Una generación abre la puerta, la siguiente lo mejora y la tercera, que es la de Pablo, llega mucho más rápido y con ideas claras. Por eso decía que probablemente Pablo gane un Dakar. No me extrañaría que lo hiciese y sería una pena que no lo haga en Chile.

¿A quiénes ve como favoritos en las motos?

La carrera está más abierta que nunca, no hay ningún ganador anterior. Cada marca, cada equipo tiene uno o dos pilotos que son capaces de ganar. Creo que estamos hablando de una lista como de seis, siete pilotos, sin dar nombres. Después la carrera decidirá. Para mí, el favoritismo es el mayor enemigo.

¿Y en autos? Por nombres se ve peleada la competencia, con Peterhansel, Roma, Sainz, Al Attiyah y la llegada de Hirvonen y Loeb.

Deportivamente está interesante. Ha bajado el número de inscritos, pero la calidad de los nombres ha subido mucho. Hay pilotos reconocidos del WRC este año. Está muy abierto.

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