Desde sus comienzos en la música    Marcelo Moura ha debido lidiar con las críticas y cierta incomprensión. Primero, como parte de Virus, que pese a su indiscutible legado enfrentó cierta resistencia inicial, por una propuesta irónica y vanguardista  que parecía no encajar en una Argentina que recién dejaba atrás la dictadura videlista. Por ese entonces pocos sabían que un par de años antes los Moura habían sufrido el asesinato de su hermano Jorge, a manos de la policía militar de la época. Luego, cuando el Sida le ganó la batalla al legendario Federico Moura, en 1988, fue Marcelo quien asumió las voces y el liderazgo del conjunto, lo que durante tres décadas le ha costado más de alguna crítica y comparaciones.

Pero si hay algo que ha caracterizado al clan Moura es esa capacidad de bailar y reír en medio de la tragedia, eso que en la época de Virus bautizaron como la “estrategia de la alegría”, y que el menor de los hermanos ha perpetuado durante todos estos años en ácidas entrevistas, en una cuenta de Twitter plagada de chistes y juegos de palabras, en la celebrada biografía del grupo que publicó hace dos años -donde relata todos estos episodios sin demasiado sentimentalismo- y también en su carrera solista, que comenzó  formalmente el mes pasado con el lanzamiento de Disculpen la demoura: un álbum de diez canciones de simple y directo pop rock radial, en el que el músico de 57 años hace convivir las baladas románticas con las frases ingeniosas y uno que otro dardo.

Y aunque no faltan las críticas a las redes sociales, a las compañías discográficas y a sus propios detractores, Moura asegura que su debut discográfico en solitario está lejos de ser una revancha o un tapabocas. "Sólo tengo que demostrarme cosas a mí, ese es el punto de partida de este disco, que está dedicado a toda la gente que creyó en mí y que me supo esperar", dice a La Tercera sobre el LP, trabajado en conjunto con el omnipresente productor "Cachorro" López.

En este primer mes tanto el disco como el single (Donde quiera que estés) han funcionado muy bien en su país. ¿Esperaba esa respuesta?

Estoy muy sorprendido, porque me han comentado que en distintas provincias es la canción número uno en las listas. Es curioso,  todo esto ocurre en un momento en el que el tiempo ha puesto a Virus en su lugar. Virus fue un grupo bastante resistido, bastante castigado, un grupo que nunca jamás tuvo un premio o una nominación a nada. Ahora hay un reconocimiento de la gente, de la prensa y de personas tal vez arrepentidas de haber estado en la vereda del frente y no haber entendido ciertas cosas. Yo mismo tuve cierta resistencia cuando reemplacé a Federico, era una cosa muy lógica. Estaba seguro que me iba a llevar tiempo porque esas cosas sólo se aprenden arriba de un escenario.

En Todos no me quieren parece hablarle a esas personas, cuando dice “si nadie cree en mí me da igual” y frases por el estilo. 

Mucha gente me ha comentado lo mismo pero no estoy pasando una factura, estoy contando una realidad. Cuando empezamos con Virus yo tenía 17 años y todo el mundo y las compañías discográficas nos decían “cambiá la musiquita que nadie la va a entender”. Eso está contado en el libro, y recién cambió cuando lanzamos Agujero interior, que tuvo mucho éxito. Para este disco lo mismo, decidí no ir a ninguna compañía, producirlo yo mismo, contactar a los músicos. Todo mi entorno me decía que estaba loco y que iba perder la plata pero esto no es suerte, en la vida hay que asumir riesgos.

¿Fueron los sellos los que postergaron este debut solista?

Hace un tiempo saqué un disco a  dúo con Ale Sergi de Miranda! (Choque, 2012). En ese momento las compañías no confiaron en mí. Iba a ser un disco solista mío pero no confiaron porque no tenían antecedentes de mi música y finalmente terminó siendo elegido el mejor disco pop del año.

¿A quién está dedicada Donde quiera que estés? Hay quien la ha   interpretado como un mensaje a algunos de sus hermanos. 

Alguien me dijo por ahí en Twitter “dejá de robar dedicándole temas a tu hermano”, pero no es así. En realidad es uno de los dos temas que trabajamos con Cachorro para un programa de televisión que se llamaba así, pero que al final no quedó. Sólo hemos hecho una canción para Federico, Despedida nocturna.

¿Este álbum y la gira promocional significan un paréntesis para Virus?

Por supuesto, porque ahora estoy con un nivel de compromisos importante, armando el show y obviamente ansioso de ir a presentarlo a Chile con la banda que he armado. Pero Virus sigue, aunque decidimos este año levantar un poco el pie del acelerador. Son muchísimos años de estar siempre juntos y girar todos los fines de semana, a veces es bueno parar un poco la pelota.