Oposición se divide y no logra beneficiarse de crisis de Maduro

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En medio de un clima de alta tensión, el antichavismo suspendió ayer una marcha cuyo propósito era condenar la Asamblea Constituyente, que se instala hoy.




En declaraciones a la cadena Globovisión, el dirigente opositor Henry Ramos Allup instó el miércoles a los venezolanos a imaginar cómo sería un escenario futuro en donde la gobernación del estado de Miranda, que actualmente lidera Henrique Capriles, quedara, por ejemplo, "en manos" de Héctor Rodríguez, uno de los hombres fuertes del chavismo.

El ejercicio mental lo realizó para anunciar que el partido que lidera, Acción Democrática, sí participará de los comicios regionales para elegir a los gobernadores. Esas elecciones se llevarán a cabo el 10 de diciembre, después de que el proceso, previsto para el año pasado, fuera suspendido. Durante los últimos meses este ha sido uno de los principales reclamos de la oposición que exige en las calles un calendario electoral.

"Si no nos inscribimos en las elecciones de gobernadores, el chavismo ganaría 23 gobernaciones y regalaríamos 335 alcaldías", aseguró Ramos Allup. Este tema no estaba instalado en la agenda y refleja las fisuras que ha tenido históricamente el antichavismo, a pesar del "escenario favorable" o las contundentes señales respecto del deterioro democrático en Venezuela registradas esta semana.

Aunque la oposición se mostró unida al tildar de "fraudulento" el proceso electoral del domingo, día en que se escogieron los miembros de la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente, los expertos sostienen que podría haber utilizado a su favor todo lo que ha ocurrido esta semana. Como la fuerte condena de las potencias regionales, las constantes críticas de Estados Unidos y el desconocimiento al proceso del domingo de entes como la Unión Europea o la OEA.

Lo mismo en el caso de la denuncia de Smartmatic, la empresa encargada del sistema de votación desde 2004 en Venezuela y que el miércoles denunció que hubo manipulación y que se inflaron hasta un millón de votos. Y también el nuevo arresto de dos líderes de la oposición: Leopoldo López y Antonio Ledezma.

Por eso, muchos venezolanos esperaban grandes manifestaciones para esta semana, en medio de una alta tensión a la espera de que la Asamblea Constituyente se instale hoy en el mismo palacio donde opera la Asamblea Nacional.

Pero ocurrió todo lo contrario. Ayer, la oposición volvió a cancelar una marcha que se debería haber llevado a cabo contra la Constituyente, generando malestar en las redes sociales.

En medio de este clima, el particular anuncio de Ramos Allup, ex titular de la Asamblea Nacional, recibió una lluvia de críticas.

La dirigente opositora María Corina Machado aseguró en una conferencia de prensa que era "inconcebible" participar en las elecciones regionales. "Estamos en una dictadura, a los magistrados presos hay que sumarles los alcaldes. Esto puede pasar también con los gobernadores que se elijan", aseguró. Por su parte, el diputado de Voluntad Popular, Armando Armas, aseguró que ir a los comicios para gobernadores "sería avalar el fraude".

"El tema de las elecciones regionales es un tema que complica tremendamente a la oposición. Yo diría que hay posiciones bien diferentes, las de sí participar y las de no participar. El desafío será asumir una posición conjunta", aseguró a La Tercera la analista política venezolana Elsa Cardozo.

Para el economista Miguel Velarde, la postura de Allup solo abre nuevas fracturas en la oposición. "No solo divide a la oposición, sino que legitima al gobierno de Maduro, incluido el Consejo Nacional Electoral", aseguró a este diario.

Y como si fuera poco, ya han surgido comentarios respecto a por qué Lilian Tintori, la esposa de Leopoldo López, se encuentra en Miami, en una semana especialmente compleja y tensa.

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