El millonario pago que hará Argentina por un vencimiento del bono Boden 2012 fortalecerá la posición de otros papeles soberanos del país y podría impulsar la primera emisión en los mercados internacionales desde la monumental cesación de pagos del 2001 y 2002.
  
El Gobierno argentino pagará el martes US$2.300 millones, su más fuerte obligación financiera del año, correspondiente a la amortización de capital e intereses del Boden 2012, un título creado para reprogramar deuda.

El pago puntual del Boden 2012 es otro paso clave dentro del repunte de las finanzas de Argentina, que en junio concretó una nueva reestructuración de su deuda impaga, logrando normalizar un 92% de su deuda en 'default'.

La expectativa con bonos "sigue siendo muy positiva a causa de la fuerte revalorización que vienen acumulando; creemos que hay argumentos desde los fundamentos, la muy buena 'performance' que está teniendo la economía argentina, en términos de mejora de su capacidad de pago, para extender esa valorización", dijo el analista Gustavo Ber de la consultora Estudio Ber.

Analistas opinan que con el pago del Boden, que se concretaría con reservas internacionales, según sugirió la presidenta Cristina Fernández, los inversores reinvertirán en el mismo papel y también en otros títulos soberanos como el Bonar 2013 o el Boden 2015, de más alto rendimiento.

En tanto que operadores dicen que la bolsa argentina se podría ver beneficiada con parte de la reinversión del Boden 2012, en particular en sectores como el financiero, petrolero y de servicios.

"Parte del pago del Boden 2012 podría ir hacia las acciones, lo que se podrá ver en el volumen", dijo Jorge Alberti, analista del portal Elaccionista.com.

¿CLIMA PARA EMITIR?
La cancelación del vencimiento del bono ha elevado además las conjeturas sobre el clima positivo que hay para una pronta nueva emisión de deuda que se sumaría a la que han hecho otros países emergentes como Brasil, Colombia, Chile o México.

La segunda mayor economía de América del Sur busca colocar capital en los mercados internacionales por primera vez desde que dejó de pagar su deuda de US$100.000 millones hace ocho años.

El economista Eric Ritondale, de la firma Econviews, cree que aunque sea de manera simbólica, el Gobierno de la presidenta Fernández está trabajando para hacer una colocación en los próximos meses.

"Como señal, para decir bueno, se salió del default y además para establecer una tasa de referencia para las colocaciones privadas en el exterior que puedan llegar a venir", opinó.

"Sin lugar a dudas, hay todas las condiciones tanto internas como externas para que la emisión se concrete en el corto plazo", agregó por su parte Ber.

En el mercado financiero de Buenos Aires se piensa que esa posibilidad surgirá al término de las vacaciones de verano del hemisferio norte.

Pero el ministro de Economía argentino, Amado Boudou, ha negado una pronta emisión y ha planteado en las últimas semanas que el techo que tiene el país para emitir nueva deuda es que la tasa de interés esté por debajo del 10%, tomando como referencia el Global 2017.

Para junio ese papel tenía un rendimiento anual de más del 12%, aunque éste retrocedía parcialmente el lunes a la zona del 9,90%.

Pero analistas creen que esa condición ya no es suficiente y que el Gobierno apunta a que se acerque al 9%.

"Creo que van a ir a más, a una reducción de 100 puntos (base) más", dijo Ber, quien cree que en un contexto internacional en que hay un enorme apetito de rendimientos el Gobierno buscará emitir cuando esté más cerca del cupón del 8,75%.

"Si el contexto internacional sigue ayudando de manera tan positiva y el apetito por el rendimiento no cae y sigue a este ritmo, puede ser muy pronto", agregó.