Colegiatura obligatoria
SEÑOR DIRECTOR:
En medio del caso Audio, que tiene en la mira a varios abogados, ha surgido la propuesta de hacer obligatoria la colegiatura de algunas profesiones. Incluso, un par de parlamentarios ya presentó un proyecto de ley al respecto (Boletín 17083-07). Sin embargo, esta es una medida que no soluciona el problema de fondo y, al contrario, puede empeorar la enfermedad.
Primero, la colegiatura obligatoria atenta contra la libertad de ejercer sin depender de una organización gremial, limitando la autonomía profesional. Además, la colegiatura no garantiza una fiscalización ética efectiva. Casos como el de Hermosilla podrán seguir existiendo, pues equivale a romper el termómetro, y no preocuparse de la fiebre. Finalmente, hay que entender que hay oficios liberales, para los que no se requiere título y, por lo tanto, sería impensable obligarlos a colegiarse, por lo que se podría producir una discriminación arbitraria.
Chile necesita soluciones que promuevan la ética, pero la colegiatura obligatoria no parece ser el camino. Añadir una barrera burocrática más al ejercicio de las profesiones podría ser una medida cosmética que nos desvía del problema de fondo. Es necesario contar con controles efectivos, pero estos siempre deben ser ejercidos por las instituciones adecuadas.
Gonzalo Garrido
Serrano Abogados