Columna de Rafael Sánchez: Reducir la informalidad laboral con las políticas equivocadas

? Foto: Connected.


El Presidente Boric ha propuesto la meta de reducir la informalidad del 27,5% a un 25%. Cabe señalar que la mayor parte de la informalidad (51,3%) se debe a trabajadores independientes informales, a quienes resulta complicado encontrar trabajo formal, no solo por el alto nivel del salario mínimo (que representa alrededor del 90% de la mediana salarial) sino que -tal como señaló un asesor del Ministerio del Trabajo recientemente- porque el trabajador informal preferiría trabajos más estables, los que, debido a la alta rotación de los empleos formales, no serían atractivos.

¿Porque ocurre esa alta rotación? Por una multiplicidad de razones, por ejemplo, los incentivos por parte de las empresas a terminar la relación laboral antes del año por lo costoso de las indemnizaciones por años de servicio. Otra razón se debe a la baja productividad de los trabajadores, que terminan siendo poco indicados para los empleos para los que fueron contratados, y el deficiente mecanismo de capacitación y reconversión laboral.

A pesar de la importancia de la rotación laboral, lo que omite el asesor del Ministerio del Trabajo es que otra característica valorada por los trabajadores es la flexibilidad, lo que en el caso de los trabajos formales se ve afectado por la rigidez del código del trabajo. ¿Porque ocurre la rigidez laboral? Principalmente porque el código del trabajo está pensado para un mercado laboral de mediados del siglo XX, donde se definen jornadas rigurosas, salarios por jornadas mensuales y una maraña de regulaciones que complejizan la relación laboral (como la proporción de extranjeros), y a la cual habría que sumar nuevas ideas “brillantes” (obligación de contratar una cierta proporción de jóvenes).

A contraposición de los deseos del Presidente, el gobierno está haciendo todo lo posible para no disminuir la informalidad, mediante alzas continuas y significativas en salario mínimo y rigidizando el mercado laboral, siendo que lo que debería hacer es una serie de políticas y reformas que apunten a, por ejemplo, reformar las indemnizaciones por años de servicio y mejorar el seguro de cesantía, permitir un mayor fraccionamiento de la jornada laboral y del salario mínimo, políticas que apunten a aumentar la productividad, racionalizar los feriados y compensarlos con mayores vacaciones, rediseñar la política de gratificaciones para que cumpla efectivamente su objetivo de premiar el esfuerzo, racionalizar la permisología y cualquier traba que afecte la competitividad del mercado laboral (política de cuidados infantiles y adultos mayores), entre muchas otras; que ayudarían a hacer más atractivo el trabajo formal mediante menor rotación y mayor flexibilidad, así como mayores salarios. De esta forma no solo se cumplirá con la meta descrita, sino que, más importante, se mejorará la calidad de vida de los trabajadores.

Por Rafael Sánchez, director del Magíster en Políticas Públicas, UDP

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.