Críticas infundadas


SEÑOR DIRECTOR

Luis Larraín y César Barros lanzan duras andanadas a Boric y la Convención Constitucional (CC).

Larraín ve una disonancia entre los desafíos que enfrenta el país (la delincuencia, la migración y los déficits del sistema de salud) y los que releva el primer discurso del Presidente: feminismo y los pueblos originarios. Ello pese, a que Boric destaca los sufrimientos de los ancianos cuyas pensiones no permiten una vida digna, de quienes enferman y de los chilenos sobre los que recae el drama de los migrantes. Insinúa Larraín que Boric no está preocupado de la caída de la participación laboral de la mujer, en circunstancias que la recuperación del empleo, en particular del femenino, es prioridad del equipo económico. ¡Qué duda cabe de la urgencia de abordar la crisis en La Araucanía y que las estrategias aplicadas han fracasado! ¿No es razonable que Boric y la CC busquen nuevos caminos a partir del reconocimiento recíproco?

César Barros sostiene que Mussolini se reiría en su tumba al observar que en la CC priman los intereses “estamentales” de las mujeres, los indígenas y los medioambientalistas. Tratar de interés “estamental” la catástrofe medioambiental, la opresión histórica de la mujer y el abuso de que han sido objeto los pueblos originarios y sostener que Hitler inspira a la CC, pues la nueva Constitución reconocerá a los pueblos originarios como parte del Estado, es ignorancia o mala fe.

Eugenio Rivera

Fundación Chile 21 y Casa Común

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