Cuando la realidad supera la ficción

medicamentos


Hoy existe un cierto conceso en que la política de bioequivalencia no ha tenido el impacto que se esperaba en relación a la baja de precios. Esto ha sido ratificado por distintas instituciones y ex autoridades, entre ellas el Subsecretario Jaime Burrows, quien señaló que la Ley de Fármacos 1 "no tuvo impacto en disminuir el gasto de bolsillo, porque la promesa que se hizo no tenía asidero. Al poner la exigencia de la bioequivalencia, asegura un estándar de calidad, pero no baja el gasto". Algo similar se prevé en relación a la Ley de Fármacos 2, ya que estamos en un momento crucial de la discusión, donde todo lo expuesto y discutido en el legislativo puede tener un "nuevo rumbo" en la comisión Mixta, algo que ya ocurrió en la discusión de la Ley de Fármacos 1 donde se modificó todo lo acordado en materia de prescripción por nombre genérico y su obligatoriedad (pese a estar avalado por la literatura y por OMS).

Las políticas públicas deberían estar basada en evidencia. No por un anhelo tecnocrático, sino más bien para resguardar que estas respondan a lo que requiere y se ha demostrado mejor para los objetivos de la política pública: La ciudadanía. El camino al desarrollo que se ha planteado Chile hace años, se vincula más con mejorar la eficiencia del Estado y sus políticas públicas que por alcanzar una meta de ingreso promedio por persona. Los datos estadísticos y los promedios ocultan muchas cosas, incluyendo las inequidades que desde el 18 de octubre han ido siendo descubiertos por la clase política.

Es así como una revisión del Departamento de Economía de Salud del Ministerio de Salud en base a datos del Instituto Nacional de Estadísticas encuentra datos sobre el aumento del gasto de bolsillo en salud, y medicamentos particularmente. Sin embargo, la campaña comunicacional desde el Ministerio apunta a que las personas elijan medicamentos bioequivalentes, sin distinguir aquellos con denominación genérico y aquellos con marca. Por otro lado, tenemos a Hospitales como el Gustavo Fricke alertando por "posibles daños en pacientes por falta de medicamentos". En promedio en cada hogar se destinan $25.700 para cubrir tratamientos, cerca de $10.000 más que en 2012, lo que nos debería hacer revisar en donde están nuestras prioridades sanitarias como país, más que la búsqueda de disminuir precios sin identificar el origen de la compra.

Necesitamos urgentemente una Política Nacional de Medicamentos real, no un listado de medidas acotado, sino más bien una hoja de ruta hacia donde avanzaremos como país: ¿Requerimos producción nacional de medicamentos? ¿promoveremos el uso de medicamentos genéricos en la población y en la prescripción? ¿modificaremos el sistema de farmacia actual desde un retail a un real centro de salud? ¿necesitamos estándares de acreditación para farmacias que entregan medicamentos GES?, entre otras…

Es hora de preguntar hacia dónde vamos y que camino tomamos. Nosotros desde la academia esperamos que sea por medio de la evidencia y el dialogo, ya que ha demostrado ser la mejor manera de crear políticas públicas como políticas de estado, que no se vean mermadas por los vaivenes políticos.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.