Opinión

La debacle

Juan Carlos Avendano/Aton Chile

Jeannette Jara no llegó al 27% y José Antonio Kast estuvo cerca del 24%. Una brecha que es casi un empate técnico y que ninguna encuesta pudo anticipar. Resultado insólito e inesperado que pone a la izquierda y a la centroizquierda en un lugar inimaginable hasta hace muy poco tiempo. El 38% del Apruebo en el plebiscito de salida del primer proceso constituyente era ya un fracaso rotundo. El gobierno con un promedio del 30% de aprobación y 60% de rechazo durante más de tres años, fue un karma permanente. Pero esto es la epifanía de una tragedia histórica.

Que la candidata de la izquierda y la centroizquierda hoy esté lejos del 30% devela una realidad política inédita. No era fácil conducir a las fuerzas progresistas a un lugar como el que ahora exhiben. Hubo que hacer grandes esfuerzos; en primer lugar, apoyar un estallido social que socavó el Estado de derecho y el orden público. Contemplar en silencio cómo se incendiaban decenas de estaciones del Metro, se quemaban iglesias y museos, mientras eran saqueados pequeños y medios comercios. En rigor, se tuvo que dañar muchas cosas, durante mucho tiempo, para que este resultado fuera posible. Eso fue lo que hicieron las fuerzas políticas que hoy gobiernan, el Presidente de la República y sus incondicionales.

Todos ellos son los padres y madres de esta criatura. Sin el esfuerzo de Gabriel Boric y su séquito, sin la complicidad de la izquierda y la centroizquierda, ese Chile que derrotó a Pinochet en las urnas con un 55% no podía terminar hoy en un 26%. Lograron un milagro: demoler todo lo construido desde el retorno a la democracia, validar la violencia durante el estallido social, imponer un proceso constituyente con una pistola sobre la mesa. Tuvieron también que multiplicar por dos el peso de las AFP en el sistema previsional, darle un balón de oxígeno financiero de 13 años a las isapres, normalizar los estados de excepción en la Araucanía, acabar de destruir los liceos emblemáticos.

En resumen, si la candidata del oficialismo hoy puede sacar apenas un 26% es porque el gobierno y sus partidarios han hecho algo inimaginable: renegado de todo lo que alguna vez defendieron y entregado sus convicciones al mejor postor. Seguramente Gabriel Boric y sus amigos dejarán el poder en marzo olímpicos, sintiéndose totalmente inocentes, culpando a la oposición y al empedrado de la escuálida herencia que dejan en la historia. Pero, al final, no podrán evadir su responsabilidad frente a esta histórica debacle, en la que tuvieron de cómplices a todos y a cada uno de aquellos que los han acompañado en esta travesía.

No era fácil; hubo que ponerle mucho empeño. Había que destruir muchas cosas para que este resultado fuera posible. Y para hacer también previsible lo que ahora viene por delante.

Por Max Colodro, filósofo y analista político.

Más sobre:EleccionesOficialismoizquierdaBoricJara

⚡Black Sale: información real + ventajas exclusivas

Digital + LT Beneficios$1.990/mes SUSCRÍBETE