La “formalidad”, el gran desafío de la seguridad laboral en Chile

24 Marzo 2020 Gente con mascarillas por Coronavirus en feria libre de calle Ventura Laballe en Santiago centro Foto : Andres Perez

El problema no son sólo los trabajadores del delivery o de plataformas. Feriantes, conductores de taxis, entre muchos otros, son trabajos que, en algunos casos, están expuestos a más riesgos que gran parte de los que trabajamos de manera dependiente, pero que no acceden a la protección social ya que son “informales”.



No es una novedad decir, que ya desde hace algunos años, las instituciones privadas que formamos parte del sistema de seguridad social nos hemos visto desafiadas o cuestionadas. Frente a la mismo, como Mutual de Seguridad nos parece necesario preguntarnos: ¿Qué nos pide o exige hoy la sociedad? Estamos ciertos que no sólo debemos cumplir con el mandato legal o el marco normativo que regula nuestra industria, ese mínimo hoy no es suficiente.

En los últimos años hemos debatido y opinado en profundidad sobre los cambios en el mundo del trabajo, producidos por la revolución tecnológica 4.0 y entendimos que el trabajo era muchísimo más que un contrato que regula las relaciones entre una persona que presta un servicio y su contraparte empleador. La robotización nos ha impuesto nuevos desafíos y nuevas competencias que desarrollar y, por otra parte, la globalización nos permite acceder y también ofrecer bienes y servicios desde y hacia cualquier parte del mundo. Así, por ejemplo, un diseñador gráfico puede prestar sus servicios a una agencia de publicidad (contrato como trabajador dependiente), a diferentes empresas en Chile (entregando boletas de honorarios o factura por servicios) y, al mismo tiempo, a través de diversas plataformas hoy disponibles, participar en licitaciones internacionales para cumplir requerimientos de cualquier empresa en el exterior. En este caso, es el mismo trabajador, que hace exactamente la misma tarea; sin embargo, en el primer caso está protegido por el sistema de seguridad social, en el segundo depende de su nivel de ingresos y habitualidad en la entrega de boletas de honorarios y en el tercero, probablemente sea considerado un trabajador informal.

Pero no es sólo el cambio tecnológico. La pandemia, las cuarentenas y el trabajo a distancia durante este año nos han mostrado la necesidad de reinventarnos. Muchos perdieron sus puestos de trabajo, otros descubrieron oportunidades en nuevas actividades, los repartidores de delivery aumentaron en más de 50% y la informalidad laboral fue relevada nuevamente como un tema central del análisis del mercado laboral y de la protección social.

Es aquí donde creemos que está el principal desafío para la Salud y Seguridad Laboral: ¿ser independiente es lo mismo que ser informal? Lamentablemente, pareciera que desde la mirada general país la respuesta es sí. Pero desde nuestra vereda como Mutual de Seguridad, creemos que debemos propender a dar soluciones, a buscar con flexibilidad el cómo entregar los beneficios del sistema de seguridad laboral a este universo importante de trabajadores, hoy en un aparente limbo de la definiciones normativas y regulatorias. Todo trabajador debe acceder al sistema de seguridad social. Es responsabilidad de todos nosotros enfrentar esta problemática y como Mutual de Seguridad creemos que nuestro desafío es proteger a todas las personas en su contexto laboral, independiente de su situación contractual.

No puedo dejar de reconocer que la cotización obligatoria para los trabajadores independientes que tributan bajo la modalidad de boletas de honorarios es un importante avance en esta dirección, pero sabemos a la vez que la mayor parte de este perfil de trabajadores “independientes” son trabajadores dependientes del Estado, que por el sistema de contrataciones del sector público son trabajadores “a honorarios”. Sin embargo, hacemos vista gorda día a día con cientos de situaciones que, por lo complejo del problema, preferimos no cuestionar la flexibilidad y modernización del concepto de trabajo. Las soluciones al sistema tienen que abrazar las mismas.

El problema no son sólo los trabajadores del delivery o de plataformas, sino que el universo es mucho más grande. Feriantes, conductores de taxis, entre muchos otros, son trabajos que, en algunos casos, están expuestos a más riesgos que gran parte de los que trabajamos de manera dependiente, pero que no acceden a la protección social ya que son “informales”.

A eso se agrega la integración de extranjeros en nuestra fuerza laboral, que normalmente comienzan su trabajo en Chile de manera informal, si llegaran a emitir boletas de honorarios, no logran alcanzar la continuidad de un año, por lo que no son sujetos de la cotización obligatoria de independientes, y efectivamente están expuestos a riesgos relevantes en la realización de sus funciones, tanto por un accidente del trabajo o enfermedad profesional.

Por eso debemos avanzar en este camino y alcanzar la cobertura de todos los trabajadores de Chile, independiente del concepto que hoy entendemos por “formalidad”.

-El autor es gerente general de Mutual de Seguridad

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