SEÑOR DIRECTOR

Las sociedades se enfrentan a problemas sociales complejos y cambiantes. Detectarlos y remediarlos oportunamente requiere de notables habilidades por parte de quienes gobiernan. Hacer vista gruesa y no enfrentarlos es sencillo, pero provoca que los mismos crezcan y causen estragos aún más profundos.

Nicolás Maquiavelo, en su obra El Príncipe, reflejaba esta situación haciendo una analogía con la enfermedad denominada Tisis. La misma, según Maquiavelo, cuando comienza es “fácil de curar y difícil de conocer”; pero cuando se propaga, es “fácil de conocer, pero difícil de curar”.

Estos postulados aplican a lo que ha ocurrido en nuestro país en relación con la desobediencia a la ley sin que existan consecuencias por ello. En efecto, no fuimos capaces de detectar a tiempo que, en forma paulatina, muchos comenzaron a quebrantar o burlar la ley comprobando ausencia de sanciones por ese obrar. Detectarlo a tiempo habría permitido una cura bastante más fácil. Hoy, esta “enfermedad” se ha propagado con fuerza y es fácilmente reconocible en nuestra sociedad, pero muy difícil de curar. Hemos llegado tarde en este punto, pero debemos actuar. Seguir desviando la atención de la ciudadanía a otras materias solo agudizará y multiplicará problemas como los que hoy nos aquejan.

Gerardo Ovalle M.

Abogado

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