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Festival Nube: arte, juego y creatividad

Este fin de semana se realizará el Festival Nube en el Parque Padre Hurtado, un encuentro abierto y gratuito que reúne esculturas-juego, talleres, charlas y actividades para todas las edades. Aquí, la historia de cómo nació este proyecto y el camino que lo convirtió en un laboratorio que lleva el arte a las comunidades y a las salas de clases como herramienta de aprendizaje.

19.11.2025 Paula de Solminihac de NubeLab y NubeLab, Parque Padre Hurtad Festival Nube Foto Pablo Vásquez R. Pablo Vásquez R.

Nube Lab nació en 2012, en el contexto de la crisis de la educación pública posterior a la revolución pingüina, por la convicción de un grupo de artistas de que el arte podía aportar a la educación pública y de calidad. Una de ellas, Paula de Solminihac, junto a algunos colegas, comenzó a probar distintas fórmulas. “Había un alcalde en la Municipalidad de Las Condes que fue el que nos dio la oportunidad y nos dijo que tenía un espacio en el parque (Padre Hurtado), un quincho que en ese momento se usaba para actividades que no tenían nada que ver con el arte”, recuerda Paula.

Desde entonces han pasado quince años y hoy el proyecto está completamente instalado: cuentan con una metodología propia, un programa curricular activo en escuelas y un equipo de artistas-profesores que sostienen ese trabajo.

Paula de Solminihac de NubeLab. Foto Pablo Vásquez R. Pablo Vásquez R.

A lo largo de estos años, dice Paula –actual directora ejecutiva de Nube Lab–, el aprendizaje ha sido constante. Uno de los más importantes ha sido trabajar codo a codo con los profesores y conectar el mundo del arte con el de la educación. Ese cruce se consolidó en 2019, cuando publicaron el Método Nube, resultado de años de observación junto a antropólogas que registraron cómo interactuaban niños, artistas y materiales en los talleres.

En esa observación descubrieron que la manera en que los niños y niñas se acercan a la creación es distinta a la de los adultos. “Los niños se enfrentan al trabajo creativo sin deseo ni propósito; sin esa idea adulta de ‘quiero ser un artista bacán’, sino que quieren hacer”, explica. “Solo viendo cómo interactúan con los materiales, con las pinturas, nos dimos cuenta de que a veces quieren simplemente echar pintura y tocarla”.

19.11.2025 Paula de Solminihac de NubeLab y NubeLab, Parque Padre Hurtad Festival Nube Foto Pablo Vásquez R. Pablo Vásquez R.

A partir de esas escenas, fueron incorporando el juego como estrategia de aprendizaje y también una idea que, según Paula, se volvió central en los últimos años: “el valor de sensibilizar nuestras vidas”. Lo resume así: “El arte es la educación de los sentidos, y hoy, con esta emergencia de las redes sociales y de las inteligencias artificiales, nos preguntamos dónde está la humanidad. Hemos entendido que la humanidad es consustancial a los sentidos y que es algo que hemos perdido por el scroll, la pantalla brillante, por esta inmediatez del delivery”.

Ese proceso, agrega, también ha sido personal. “Hoy no hacemos diferencia entre preparar una hamburguesa en la casa y pedir una del McDonald’s. Pero cuando empiezas a cultivar tus sentidos, te das cuenta de que hay diferencia entre cocinar o comprarte cualquier cosa solo por rellenar el estómago; que escuchar una música te puede generar algo, te puede parar los pelos”. En el equipo, estas observaciones terminaron convirtiéndose en pequeñas certezas. “Los niños la tienen clara”, dice. “O ‘el cuerpo sabe’. Son frases que empezamos a repetir porque, de verdad, son ciertas”.

19.11.2025 Paula de Solminihac de NubeLab y NubeLab, Parque Padre Hurtad Festival Nube Foto Pablo Vásquez R. Pablo Vásquez R.

El Método Nube se sostiene en cuatro pilares. El primero es el contexto como recurso, que plantea que cualquier lugar, por más precario que parezca, tiene materiales y posibilidades si se observa con creatividad. El segundo son los artistas-profesores, personas que entienden su práctica creativa a la par de su labor educativa. El tercero es el diseño pedagógico, el puente entre el arte contemporáneo y la sala de clases, del que han surgido más de cien actividades disponibles en su web. Y el cuarto es la evaluación, que ha permitido demostrar la efectividad del programa a lo largo de estos doce años.

El gran salto: hacer un festival

“Hace dos años pensamos en cómo hacer que al taller llegara más gente y que los niños lo pasaran mejor. Y alguien dijo la palabra ‘festival’”, recuerda Paula.

Esa palabra fue el punto de partida para diseñar una experiencia pública que reuniera lo mejor del trabajo de Nube Lab. Uno de los primeros acuerdos fue que, si iban a instalar esculturas, tenían que ser esculturas-juego: obras que pudieran tocarse, usarse y transformarse con el público. Para eso convocaron a artistas jóvenes recién egresados, dispuestos a experimentar. “Los invitamos a tomar sus obras de egreso y a meterlas en esta juguera incierta para convertirlas en esculturas juego”, cuenta.

19.11.2025 Paula de Solminihac de NubeLab y NubeLab, Parque Padre Hurtad Festival Nube Foto Pablo Vásquez R. Pablo Vásquez R.

Desde el comienzo, la cocreación ha sido la base del proyecto. Paula lo explica con claridad: “Acá no hay autorías personales. Nada sería posible si no es por este gran equipo de artistas-profesores que hay detrás”. Esa lógica colaborativa no solo marcó las primeras ediciones, sino que se ha ido profundizando con el tiempo.

Este fin de semana es la tercera edición, que marca un punto de inflexión para Nube Lab. Por primera vez cuentan con el apoyo de una empresa privada, SURA. Para el equipo, este respaldo significa un paso clave hacia la sostenibilidad del festival a largo plazo. A eso se suma una noticia que los tiene especialmente motivados: gracias al apoyo de la Fundación UNEU podrán itinerar el festival a distintas regiones del país y promover la cohesión social desde la experiencia artística.

19.11.2025 Paula de Solminihac de NubeLab y NubeLab, Parque Padre Hurtad Festival Nube Foto Pablo Vásquez R. Pablo Vásquez R.

La lógica detrás de esta expansión es coherente con el espíritu del proyecto: todo se construye junto a las comunidades. Este año, el proceso de cocreación se profundizó. “Empezamos a ir a las plazas a cocrear con la gente de la plaza, nos metimos en la empresa SURA a cocrear con los trabajadores”, cuenta. Y el próximo año, el trabajo se trasladará a El Quisco, donde el festival se desarrollará desde las preguntas y elementos propios del territorio: su flora, fauna, sonidos, viento y mareas. “La idea es que entre todos cocreemos las estéticas del festival y luego instalarlo en un lugar público que sea de alto interés para ellos”, explica. El proceso se completa con talleres para las escuelas locales, gratuitos y disponibles para toda la comunidad.

¿Qué encontrarán quienes asistan al festival este fin de semana?

El Festival Nube reúne esculturas-juego creadas por artistas que han transformado sus propias obras en piezas participativas, pensadas para que niños, niñas y adultos las toquen, recorran y usen libremente. A eso se suman talleres abiertos —de masa, dibujo, compostaje, percusión con materiales cotidianos, huertos y exploración sensorial—, además de una programación de charlas sobre infancia, diseño, ciudades y cuidado comunitario. Cada jornada finaliza con música en vivo y todas las actividades son gratuitas, previa inscripción.

Más información en: Nubelab.cl

19.11.2025 Paula de Solminihac de NubeLab y NubeLab, Parque Padre Hurtad Festival Nube Foto Pablo Vásquez R. Pablo Vásquez R.
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