La solución agrícola que reutiliza el pelo humano y animal

Mattia Carenini, director de operaciones de la fundación Matter of Trust en Chile. Fotos: Pablo Sanhueza.

Con un método importado desde Estados Unidos, la Fundación Matter of Trust funciona en Chile como la organización que reutiliza pelo humano y animal para el mejoramiento agrícola en el norte del país. En base a planchas especiales que reducen el uso de agua, mezclan este y otros residuos no populares para soluciones sustentables que cambiarán la cara del reciclaje.


La idea suena casi increíble, pero es completamente posible. El pelo humano tiene muchas funciones y se puede transformar en múltiples cosas. Mattia Carenini, director de operaciones de la fundación Matter of Trust en Chile, las enumera como si no fuesen a acabar: “Cada kilo de pelo humano o animal es capaz de sustraer de 5 a 8 kilos de crudo de petróleo. En el caso de la agricultura se puede disminuir en un 50% el uso de agua, además se puede usar como aislante en construcción”.

Son algunas de las iniciativas que se propusieron cuando la organización llegó a Chile: usar la idea principal extranjera para dar soluciones locales a problemas locales. Hace tres años, Mattia y sus colegas eran miembros de un grupo de WhatsApp de innovaciones sustentables a nivel latinoamericano. Un día, cuando hubo un derrame grande de petróleo en el Amazonas, comenzaron a conversar sobre algunas soluciones, hasta que llegaron al dato: se podía recuperar petróleo con pelo.

“Fue algo que nos llamó mucho la atención. Me sonó como algo atractivo así que decidí escribir a Matter of Trust, una organización en Estados Unidos que lleva 23 años trabajando específicamente en el reciclaje de pelo para contención de derrame de petróleo. En esa línea, pensé que podíamos aplicarlo a otras cosas aquí en Chile, así que me puse en contacto de inmediato”, comenta Mattia.

En Matter of Trust los recibieron con entusiasmo. Les comunicaron que si querían ser parte de la organización debían enviarles una máquina especial (con la que se hacen las planchas de pelo) para poder comenzar a trabajar, y que los primeros meses iban a recibir ayuda para saber cómo se manejaba la nueva tecnología. Después de ese paso tenían libertad de poder experimentar con más.

Durante la pandemia, mientras Mattia estaba esperando que la máquina llegara a Chile, él y su grupo de trabajo comenzaron a plantearse opciones de trabajo y cómo podían aplicar esta tecnología para el beneficio nacional. “Nos dimos cuenta que hay muchos residuos que hoy no se están aprovechando, y que podíamos darle un vuelco con la solución del pelo”, dice.

La innovación comenzó rápidamente. Básicamente constituyeron la experiencia de Estados Unidos en el campo chileno, cuando vieron que en el norte había un gran problema de sequía que estaba afectando a la agricultura local. Así nació Agropelo, un proyecto sustentable que utilizaba el pelo como un acolchado que disminuía el uso de agua en la agricultura. “Pudimos llegar a ese producto después de muchas pruebas y logramos hacer una validación formal de la utilización del producto en ese rubro. Luego, le dimos otra vuelta de innovación y en la actualidad estamos certificando las planchas de pelo de Matter of Trust para aislante de vivienda, algo que ya tiene los primeros datos de laboratorio que demuestran que es mejor aislante que los tradicionales, así vamos creciendo”, afirma el director.

Matter of Trust envió desde Estados Unidos la primera máquina para hacer planchas de pelo en Chile.

La tecnología detrás de la plancha

La idea del pelo es una a la que varios actores se han adherido. Actualmente hay una comunidad de 120 peluquerías a nivel nacional que están trabajando con Matter of Trust, quienes participan de la recolección de la materia prima para su posterior uso. “Hablar del pelo te hace hablar de los residuos desde otra mirada, porque es algo que llevas contigo y lo tienes pegado a ti toda tu vida, está alrededor tuyo y nadie piensa en qué pasa cuando se corta”, comenta Carenini. Bajo ese pensamiento, la fundación decidió tomar residuos de alguna empresa, entidad, municipio, entre otros, que hoy sean una molestia innecesaria, para transformarlo en un producto.

En el caso de las planchas de pelo, el proceso técnico no es difícil de entender tanto en sus motivaciones como en sus especificaciones. Ese residuo va todo junto con otros residuos de la peluquería y termina en un relleno sanitario, que fundamentalmente trabaja como cualquier otro residuo orgánico. Produce gases de efecto invernadero en un espacio anaeróbico, y le hace mal al planeta.

Para solucionar eso, el método es el siguiente: el producto nace de un proceso de recolección que parte en las peluquerías o centros de acopio que reciben pelo humano o animal (hay más de 14 entre la Región Metropolitana, la Quinta Región y Antofagasta), luego pasa por un proceso de limpieza y de separación, el que luego se guarda para que mueran todas las bacterias. Finalmente, pasa por la tecnología de una máquina especial, que usa un punzonado de agujas que entrelaza las fibras de pelo y lo hace más compacto, creando una plancha dura y firme.

Este proceso crea planchas parecidas a una alfombra pequeña, de características de peso específico bastante alto, algo que se logra en este entrelazado de pelo liviano, haciendo que se transforme en una plancha tupida. “En el caso de la agricultura lo que pasa es que cuando hay emanación de agua, el agua no es capaz de pasar a través de esa plancha entonces vuelve a caer, y en esa caída arrastra nitrógeno, sustancia que está contenida en el pelo, y eso también aporta a la mejora de la tierra”, explica Carenini. Además, como es muy espeso no deja pasar la luz, lo que evita que crezcan malezas alrededor.

A través de un punzonado de agujas se entrelazan las fibras de pelo y crean una plancha dura y firme.

Gracias a su acción, Matter of Trust recupera hoy de 120 a 150 kilos de pelo mensuales, y está abriendo una segunda sede en Antofagasta. Con esa cantidad de material, además de otros proyectos que constituyen el reciclaje de otros residuos, han podido colaborar con diferentes entidades públicas y empresas. En el caso de Agropelo, están en el norte trabajando con Aguas de Antofagasta, su principal inversionista, que en conjunto han podido ayudar a los agricultores a seguir cultivando en una zona desértica. También trabajan con CORFO Antofagasta y Nestlé, que a través de un premio les han ayudado a construir una nueva máquina para abrir esta nueva sede en la zona norte.

“En el caso de los otros usos del pelo, estuvimos con un fondo de la Universidad Católica que nos permitió hacer el primer desarrollo del uso del pelo como aislante para casas”, agrega el fundador.

Otras innovaciones

A nivel comercial, Agropelo es el proyecto que ha tomado más relevancia por el problema de sequía en el país, sin embargo, en Matter of Trust trabajan con diferentes procesos de innovación. “En este caso tenemos una mirada diferente respecto a los residuos, la primera es identificar cuales son los residuos que no se valoran desde la industria, ver empresas que puedan tener esos residuos en gran cantidad y después empieza un proceso de innovación donde se ocupa ese residuo para una necesidad de la sociedad y el medioambiente”. Desde esas fases de metodología han logrado ampliar su campo de reciclaje y creación.

Para dar un ejemplo, recientemente ganaron un concurso de innovación con Antofa Innova por la reutilización de una mantas térmicas aluminizadas para Enel GreenPower, un proyecto llamado Rebolux, que nace desde la necesidad de Novofarma, una empresa farmacéutica que tenía residuos aluminizados llegados desde la importación de medicamentos. Estos, al ser reciclados por Matter of Trust son convertidos en mantas que mejoran los campos solares, ya que hacen rebotar los rayos de luz y aumentan la producción de energía de las plantas. “Así hacemos que la industria farmacéutica, desde sus residuos, ayude a la mejora de energía verde”.

Al mismo tiempo, la organización ha estado trabajando en la recuperación y reciclaje de baterías con Wallmart, y en la transformación de filtros de camiones en soluciones para limpiar los hidrocarburos del mar, junto a Volvo, la Universidad Diego Portales y los pescadores de Puchuncaví.

Gracias a su metodología, Matter of Trust en Chile ha logrado ampliar su campo de reciclaje y creación a otras áreas más allá de la agricultura.

El futuro del reciclaje en Chile

Actualmente Matter of Trust ha podido seguir creciendo gracias a los actores con los que se desenvuelve, en varias modalidades. Colaboraciones sin compensación económica y proyectos que venden como servicio. Esto se logra a través de espacios y ayuda de diferentes municipios, por ejemplo la Municipalidad de Providencia, quienes, después de ver sus proyectos, accedieron a aportarles espacios, contactos y financiamiento para poder testear diferentes soluciones innovadoras. También tienen un vínculo con la Municipalidad de Vitacura, la que les ofreció un espacio de la feria de reciclaje, donde logran llegar a clientes finales y cerrar tratos.

Si bien la organización entrega el servicio de asesorar a empresas para su cumplimiento normativo de lo que tienen que hacer en términos de medioambiente, además de innovar con los residuos presentes en esas empresas, la idea es poder extender la iniciativa a algo mucho más grande.

“A nivel práctico es algo muy complejo todavía. Nosotros estamos en un espacio que no está normado, fuera de la gestión clásica de residuos, así que sigue siendo difícil innovar, y aunque Chile está avanzando rápidamente, falta meter creatividad en los procesos, para hacer un cambio de mentalidad generalizado sobre el reciclaje y medioambiente”, afirma Mattia Carenini.

El desafío entonces es, primero, intentar a través de diferentes campañas, concientizar a la población para que se haga parte de esta nueva visión de los residuos. El segundo paso es poder tener a más gente trabajando dentro de Matter of Trust, ahora que su versión chilenizada de lo que es la organización madre en Estados Unidos le ha interesado a tantas compañías que incluso están en conversaciones para poder exportar estas ideas a otros países, quienes quieren replicar el modelo.

Es un futuro que ven auspicioso, sobre todo por el trabajo voluntario de la gente, que llega a aportar a los puntos de acopio en el caso del pelo, y que van a las peluquerías que adhieren al programa. En otros casos llegan por llamados específicos. “A veces hacemos campañas por redes sociales y recibimos baterías o plumavit de envases de comida, la gente así se hace parte del proceso”.

Mattia Carenini explica que la única forma de llevar esto adelante es pensando un poco más allá. En las primeras cuarentenas, él, en su casa, creó desde los residuos cítricos de su cocina, una especie de limpiador antigrasa que fue lo que terminó de convencer a la Municipalidad de Providencia de ayudar con la organización a gran escala. Creatividad que siguen buscando hasta el día de hoy, en todo quien quiera aportar, para cambiar la cara del reciclaje.

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