Las reservadas gestiones de Jackson a favor de que la DC pueda presidir un año el Senado

Giorgio Jackson y Francisco Huenchumilla

La posibilidad de que el senador falangista Francisco Huenchumilla lidere la corporación ha sido abordada en las últimas reuniones por los representantes de Apruebo Dignidad. Además, el futuro ministro secretario general de la Presidencia llamó a los senadores PPD Jaime Quintana y Ricardo Lagos Weber preguntando por el margen que habría para que un DC encabece por un tiempo la Cámara Alta.


¿Qué hacer con la DC? Esa duda se transformó en un tema recurrente en las conversaciones que han tenido en estos días representantes de todas las bancadas y que buscan un entendimiento de gobernabilidad en el Senado para los próximos cuatro años.

Aunque ya existe un acuerdo marco que repartirá dos años de presidencia de la corporación para la derecha y otros dos para la centroizquierda, el debate (de si le corresponde a la DC presidir por un tiempo la Cámara Alta) afloró nuevamente en la ronda de negociaciones realizada el lunes en la mañana en las dependencias del Senado en Santiago.

Sorpresivamente, el planteamiento no ha sido realizado exclusivamente por los negociadores de la Falange, el punto ha sido abordado en las últimas tres reuniones por los representantes de Apruebo Dignidad, el senador Juan Ignacio Latorre (RD) y la senadora electa Claudia Pascual (PC), quienes han abogado especialmente por el nombre de Francisco Huenchumilla, actual jefe de la bancada democratacristiana.

A ello se suman, además, llamadas telefónicas que efectuó a inicios de marzo el ministro secretario general de la Presidencia, Giorgio Jackson (RD), a los senadores PPD Jaime Quintana y Ricardo Lagos Weber, preguntando por el margen que habría para que un DC liderase por un lapso de tiempo la testera de la Cámara Alta.

A modo de broma, en los pasillos del Senado se comenta que esta suerte de lobby del Frente Amplio y de los comunistas por la Democracia Cristiana se convirtió en otra “rareza más” que ha dejado el actual proceso de negociaciones por la gobernanza del Congreso, que se suma a la vía despejada que les dejó la UDI a los socialistas para que eventualmente Álvaro Elizalde presida la Cámara Alta durante el 2022, o el recado del senador electo de la DC, Iván Flores, quien en declaraciones a Radio Bío Bío no descartó apoyar al RN Manuel José Ossandón para liderar la corporación.

Como van las tratativas hasta el momento, la pregunta de quién presidirá en 2022 el Senado: Elizalde, Ossandón o Huenchumilla, se resolverá probablemente el jueves 10 o el mismo 11 de marzo, cuando se deba elegir la mesa en la sala.

En todo caso, las gestiones del futuro gobierno de Gabriel Boric y de sus representantes tienen una explicación política. Los votos de la DC en la Cámara son cruciales para que la nueva administración gubernamental tenga mayoría, mientras que en el Senado permiten al menos mantener el empate e impiden que la derecha imponga sus términos al futuro oficialismo.

Estas gestiones surgieron a petición de los propios legisladores de la DC, que en conversaciones privadas con Jackson le plantearon la inconveniencia de que el sentimiento de exclusión que hoy existe en la Falange siga creciendo.

Ese resquemor se originaba por la misma actitud que asumieron sus exaliados de la Concertación, especialmente el PS y el PPD, que se plegaron al gobierno de Gabriel Boric y dejaron de forma solitaria a la Falange.

“Hay una molestia con nuestros exsocios”, dijo, por ejemplo, la actual presidenta DC, Carmen Frei, el 4 de febrero pasado a La Tercera, advirtiendo al futuro gobierno que para avanzar en las transformaciones sociales, “les guste o no les guste, tienen que llegar a acuerdos con nosotros”.

En vista de que la DC no fue considerada en la conformación del gabinete de ministros, subsecretarios y delegados regionales, según legisladores falangistas, en advertencias públicas y conversaciones con Jackson se ha hecho ver que si la DC era marginada en la repartición de presidencias del Senado y la Cámara, el partido quedaba en libertad de acción para iniciar negociaciones con la derecha en ambas ramas del Congreso, lo que a la larga podría repercutir en la tramitación de la agenda legislativa.

En el caso de la Cámara, la solución era más simple, pues las fuerzas de Apruebo Dignidad y del PS-PPD necesariamente requerían de los diputados DC para lograr una mayoría. Además, en la ronda de reuniones que se realizaron el fin de semana, el lunes y este martes, los representantes democratacristianos garantizaron que ya no negociarían con la derecha.

Según el fraccionamiento que se acordó en las últimas conversaciones, a la DC le correspondería un período de nueve meses y 18 días como presidencia de la Cámara, para que las otras bancadas mayoritarias (el PS, el PPD, el Frente Amplio y el PC) también alcancen a liderar un período equivalente.

Sin embargo, el caso del Senado es distinto, pues las bancadas mayoritarias de la centroizquierda y de la derecha cerraron un pacto para repartirse los próximos cuatro años en forma equitativa.

Así, por la derecha, las bancadas de RN (con 12 senadores) y la UDI (con nueve representantes) se aseguraban un año cada una. Por la centroizquierda, el PS (con siete senadores) y el PPD (con seis legisladores) corrían con preferencia para tener un año de presidencia. Sin embargo, la DC (que tendrá cinco senadores) reclamó que por solo un escaño menos que el PPD quedaba fuera de esa repartición.

Por ello, las gestiones de Jackson y de los negociadores de Apruebo Dignidad causaron especial malestar en el PPD.

En las conversaciones que Jackson sostuvo a inicios de marzo, tanto los senadores Quintana y Lagos Weber le señalaron que lo más justo era ceñirse a un criterio aritmético para repartir las presidencias y que en el comité PPD-independientes hay al menos tres cartas con legítimas aspiraciones de presidir el Senado: Pedro Araya, Ximena Órdenes y Loreto Carvajal.

“Creo que Pancho Huenchumilla es una gran persona y nadie puede dudar de su trayectoria, pero cualquier senador tiene el legítimo derecho a presidir el Senado. En ese sentido, el criterio que se ha usado en las negociaciones es la cantidad de integrantes que tienen los comités (bancadas) para definir las presidencias. Por ello, el PPD ha señalado que aspira a tener un año”, señaló Araya.

La senadora Órdenes agregó que “no hay ningún espacio” a las peticiones que se han hecho desde el futuro gobierno en favor de la DC. “En esto se requiere coherencia, especialmente en materia de equidad de género, porque si habrá una nueva mujer en la presidencia del Senado saldrá desde el PPD y no de las otras bancadas”, dijo.

Por su parte, la senadora Carvajal añadió que “es una mala estrategia la que están siguiendo el futuro gobierno y el ministro Jackson de pirquinear de manera individual para influir en la mesa. Debe respetar las estructuras de los partidos y la conformación numérica de las bancadas”.

En la futura administración recalcan que el ministro Jackson solo se limitó a hacer una ronda de consultas y que las negociaciones corresponden a los senadores de Apruebo Dignidad.

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