Pulso Trader

Silicon Valley se adapta a la nueva realidad a medida que se evaporan US$100 mil millones

Los valores en picada de WeWork, Uber y otros unicornios provocan un examen de conciencia entre los inversionistas.

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Los acuerdos de financiación están tomando más tiempo, dicen empresarios, capitalistas de riesgo y asesores de startups. Los acuerdos para empresas de tecnología de consumo que hace solo seis meses se habrían cerrado en una o dos semanas ahora están tomando un mes o más, dicen los capitalistas de riesgo. Los inversores dijeron a las startups, que planeaban recaudar entre US$80 y US$100 millones, que deberían esperar una recaudación más cercana a un rango de US$20 millones a US$30 millones, precisó Adam J. Epstein, quien asesora a los CEO de startups y sus juntas directivas.

La caída de WeWork, que se encendió cuando We Co., la matriz de la empresa de oficinas compartidas, se hizo pública, revelando en detalle sus fuertes pérdidas, la laxitud del gobierno corporativo y los múltiples conflictos de intereses, fue particularmente sorprendente. Cuando fue rescatada por su inversionista mayoritario, SoftBank Group Corp., el mes pasado, tenía un valor de alrededor de US$8 mil millones, en comparación con los US$47 mil millones de su última ronda de financiación privada.

La capitalización de mercado de Uber está aproximadamente en US$33 mil millones, por debajo de la valoración en su oferta pública inicial de mayo, y Lyft ha perdido alrededor de US$10 mil millones en valorización de mercado desde que salió a bolsa en marzo. La compañía de cigarrillos electrónicos Juul Labs, que una vez ocupó el segundo lugar detrás de WeWork en la valoración del mercado privado, dijo a principios de este mes que está reduciendo en alrededor del 16% su fuerza laboral. Su mayor inversionista recortó el valor de Juul en US$14 mil millones después de que la compañía archivara sus productos de vapeo más vendidos en medio de una ofensiva regulatoria.

"Cada pocos años sucede algo que golpea a la gente en la cabeza", señaló el Sr. Epstein. "El impacto de WeWork en el mercado de financiación ha sido material. Lo he visto en tiempo real".

En las reuniones con empresas de capital de riesgo en los últimos dos meses, algunos socios limitados expresaron nuevas preocupaciones sobre la devolución de su dinero, según los inversionistas. El número de OPI de EEUU, una forma en que se paga a los inversionistas de socios limitados, disminuyó en más de un tercio del segundo al tercer trimestre de este año, según el administrador de fondos y la firma de investigación de OPI, Renaissance Capital. El número de rondas de financiación recaudadas por las llamadas startups "unicornio", o aquellas valoradas en US$1.000 millones o más, y el valor promedio en dólares de esas rondas, cayó en el tercer trimestre de este año a su nivel más bajo desde el segundo trimestre de 2018, según la firma de datos PitchBook.

En los casos en que los inversionistas han optado por imponer controles o demandas más estrictas a las empresas, los efectos han sido rápidos.

Lime, con sede en San Francisco, fue presionada para enfocarse en volverse rentable en las ciudades. Esto después de que la quema de efectivo, la competencia y los desafíos regulatorios causaron tanto escepticismo de los inversionistas, que la última ronda de financiamiento de la compañía durante el primer trimestre de este año, tomó aproximadamente el doble de tiempo del que los ejecutivos de Lime habían planeado, explicó una persona familiarizada con el asunto. La rentabilidad ha llegado en algunas ciudades, en parte, al hacer que sus scooters sean más duraderos y las reparaciones más rápidas, expresó la persona. Los ejecutivos de la compañía dieron a los accionistas dudosos recorridos por sus almacenes para mostrar nuevas eficiencias, según la persona.

Lime está recaudando fondos nuevamente, buscando un par de cientos de millones de dólares para diciembre o enero, agregó la persona. Más allá de eso, la compañía planea depender más de la deuda para financiar sus scooters. Lime dice que espera ser rentable sobre una base ajustada, excluyendo ciertos gastos como impuestos, en 2020.

Vitaliy Katsenelson, director ejecutivo de Investment Management Associates Inc., compara el momento actual con la corrección de las acciones de Internet hace dos décadas.

"Estamos en la burbuja de las puntocom 2.0, excepto que no está sucediendo en los mercados públicos sino en los privados", afirmó. La firma de inversión de Katsenelson en Colorado vendió su participación en SoftBank en octubre por las preocupaciones sobre los planes del inversionista japonés para un segundo megafondo tecnológico.

Incluso los signos sutiles de moderación son notables en una industria que ha tenido un gran éxito durante la última década, con una inversión anual de capital de riesgo de EEUU que saltó de US$27 mil millones en 2009 a US$138 mil millones en 2018, según PitchBook.

La startup UiPath, con sede en Nueva York, que vende software de automatización a empresas, despidió a unos 400 empleados en octubre en medio de un nuevo enfoque de rentabilidad, según una portavoz de la compañía, aunque dijo que UiPath todavía está contratando. Los despidos se produjeron después de que la compañía incumplió ciertos objetivos que sus inversionistas esperaban, señalaron personas familiarizadas con el asunto.

Fair, con sede en Santa Mónica, California, despidió a unas 290 personas en octubre con un mes de pago y una semana de seguro médico. También reemplazó a su CEO, después de gastar la mayor parte de una ronda de financiación de US$380 millones en menos de un año en marketing, contratación, bienes raíces y otras iniciativas de crecimiento. Fair, respaldado por el Vision Fund de casi US$100 mil millones de SoftBank, compra autos y los arrienda a los consumidores, así como a los conductores de la compañía de transporte Uber, otra inversión de Vision Fund.

Fair muestra el riesgo de una estrategia centrada en el crecimiento que muchos inversionistas respaldaron con entusiasmo. En las operaciones de Fair en Florida, las altas tarifas de los concesionarios no se calcularon adecuadamente en el costo de los automóviles y provocaron una pérdida de aproximadamente US$300.000 en un solo trimestre, dijeron ex empleados. Casi el 60% de los arrendamientos de autos de Fair estaban bajo el agua, porque pagó en exceso por los autos, los alquiló a bajo precio y no siempre los cobraba cuando los clientes dejaban de pagar, manifestaron.

Cuando Scott Painter, el ex CEO de Fair, fue a SoftBank para pedir más dinero cuando WeWork retiró su OPI, SoftBank envió un equipo de auditores a la sede de Fair para una revisión conjunta de sus finanzas, según ex empleados.

A raíz del colapso de WeWork, SoftBank está presionando por un tiempo más corto hacia la rentabilidad y buscando estándares de gobierno más estrictos para las nuevas empresas que respalda.

Painter, que sigue siendo presidente de la junta, está buscando más capital para mantener a Fair funcionando, menos de un año después de que SoftBank valoró a la compañía en US$1,2 mil millones.

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