Tal como pasó previo al Mundial de Fútbol, manifestantes comenzaron una masiva protesta contra la presidenta Dilma Rousseff y la clase política en general salpicada por los escándalos de corrupción de la estatal Petrobras. A las 20.30 hrs. del pasado domingo, cuando Rousseff iniciaba una cadena nacional, en barrios acomodados y de clase media de grandes ciudades como São Paulo, Belo Horizonte o Río de Janeiro, ciudadanos iniciaron un masivo “cacerolazo” en señal de protesta. La actividad fue concertada en las redes sociales por los grupos VemPraRua (Sal a la calle) y Revoltados online (Cabreados online), movimientos que datan, justamente, de las masivas manifestaciones días antes del Mundial. Para este domingo está convocada una protesta nacional, que espera reunir a más de 100 mil personas y cuyo mensaje será impulsar la destitución de la presidenta Rousseff. Este mismo ímpetu será aprovechado por la oposición que estudia presentar ante el Congreso una acusación constitucional contra Dilma, la cual busca destituirla. De fructificar, la reelecta presidenta de Brasil correría la misma suerte que Fernando Collor de Mello, que hace 22 años, fue también removido de su cargo por un escándalo de corrupción y financiamiento irregular de la política.