Editorial: Política deportiva con criterios de evaluación
Culminan los Juegos Olímpicos y queda la sensación en el ambiente de que la delegación de deportistas chilenos -salvo contadas excepciones- no estuvo a la altura de las expectativas. No obstante, todos los juicios y evaluaciones al respecto terminan sometidos al escrutinio subjetivo de la opinión pública y a las diferentes metas o escalas de medición que esgrimen tanto deportistas como dirigentes.
Esta dificultad para establecer criterios comunes de evaluación constituye la primera traba al momento de definir una política pública de incentivo al deporte de alta competición. Como consecuencia, los ejemplos de éxito en algunas disciplinas, terminan siendo el resultado de esfuerzos personales, tanto en el aspecto físico como en el monetario.
Pero está bien que así sea. El hecho de que algunos deportistas chilenos consigan ubicarse en posiciones de avanzada en sus respectivas disciplinas, recurriendo a aportes fiscales limitados, engrandece sus logros y los motiva a construir carreras que también atraigan el interés de los patrocinadores privados.
Lo anterior no significa que el país no deba avanzar en una política deportiva capaz de incentivar la actividad física en la población y la generación de representantes de alto nivel. Pero con límites y estándares de evaluación conocidos y transparentes.
Lo Último
Lo más leído
3.
4.
Contenidos exclusivos y descuentos especiales
Digital + LT Beneficios$1990/mes por 5 meses SUSCRÍBETE