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El “retiro” de Julio Ponce, a su manera

El accionista más relevante de SQM en tres décadas prometió en una carta dejar atrás su protagonismo, pero “en el momento, lugar y forma en que yo así lo he decidido”. Entronizó a su hija Francisca como su sucesora y autorizó una reorganización que dejará dos vehículos sobre SQM. “Es el fin de un capítulo”, dicen cercanos. Su mapa de confianza ha cambiado, pero mantiene su ascendencia sobre quienes manejan SQM, la futura socia de Codelco. Un “retiro” a la manera de Julio Ponce Lerou.

19 Marzo 2024 El empresario Julio Ponce Lerou junto a su hija Francisca Ponce Pinochet en seminario Latam Focus 2024 organizado por BTG Pactual. Foto: Andres Perez Andres Perez

Al cumplir los 79 años, en noviembre de 2024, Julio Ponce Lerou organizó una celebración en su parcela en Curacaví. No suele festejar, y algunos de los concurrentes se extrañaron del evento. Pero hasta allá llegaron los cercanos y la cúpula casi completa de SQM. Fue un almuerzo donde los suyos lo celebraron. Su nueva pareja, de 50 años, y algunos de sus hijos. La mesa en la que se sentó daba cuenta de sus afectos más estrechos: ahí estuvieron su hermano menor, Eugenio, y el histórico exgerente general de SQM, Patricio Contesse González, gerente general de SQM desde 1990 hasta 2015, cuando salió acorralado por los casos de financiamiento irregular de la política.

Entre los invitados hubo también abogados de alto perfil, como Gabriel Zaliasnik y Samuel Donoso, quienes han participado en la defensa penal de varios de los involucrados en los casos SQM, por los pagos a políticos de todos los sectores, y Cascadas, por operaciones bursátiles irregulares por las que Ponce fue multado y sancionado. Donoso es el abogado de Contesse padre, quien enfrenta en estos meses el final del juicio oral por la causa por financiamiento irregular de la política abierta hace diez años. También llegó otro abogado, amigo de toda la vida de Ponce, Darío Calderón.

Por SQM, la delegación fue nutrida. Llegaron Gonzalo Guerrero Yamamoto, el presidente de SQM que fue removido de su cargo por Ponce hace dos semanas; y Gina Ocquetau, directora desde 2022, presidenta de SQM desde hace dos semanas. Pero además la alta administración de la empresa a la que Ponce renunció también en 2015 y a la que, desde entonces, no ha vuelto formalmente. Fueron, dicen testigos, el gerente general, Ricardo Ramos (60 años, dice la memoria 2024 de SQM), quien negoció la alianza con Codelco; y los gerentes de los negocios principales de SQM, Pablo Altimiras (45), gerente general de los negocios la división nitratos; y Carlos Díaz (53), el gerente de la división litio y potasios que asoma como el futuro gerente general de la nueva empresa junto a Codelco. Y José Miguel Berguño (51), el vicepresidente senior de servicios compartidos. Todos ellos llevan más de dos décadas en la compañía que Ponce gobernó casi sin contrapesos desde 1987 hasta 2015 y coincidieron profesionalmente con el expresidente de la ex Soquimich. Ramos es uno de los más antiguos: ingresó a SQM en 1989 como asesor del área de finanzas. La memoria 2024 de SQM lista a 10 personas como los ejecutivos principales de la empresa: así, al menos cuatro de ellos llegaron a Curacaví a fines del año pasado. Consultada por esto en SQM, no hubo respuesta. “Él tiene influencia en todo ese grupo de ejecutivos”, dice alguien que lo conoce que, aclara, aquello es una relación humana: Ponce no participa en la dirección de la empresa, repiten con insistencia.

Exvicepresidente de SQM Foto: Andrés Pérez Andres Perez

En los últimos festejos de Ponce hubo una ausencia decidora: Patricio Contesse Fica, el hijo del exgerente general de SQM, y brazo derecho de Julio Ponce por varios años, quien se ha alejado del ingeniero forestal en los últimos años. Contesse salió el año pasado de cinco directorios de las cascadas y hace dos semanas fue removido de la vicepresidencia de SQM, que se le entregó a Gonzalo Guerrero. Contesse, quien sigue como director, por años manejó con plena libertad los asuntos de las cascadas, pero el vínculo con Ponce se quebró. “La relación es irreconciliable”, dice alguien que los conoce a ambos y que cree que los cuatro hijos de Ponce sintieron celos de la cercanía de quien era considerado una suerte de hijo adoptivo plenipotenciario.

El viejo protagonismo de Contesse Fica fue cedido el año pasado a una de las hijas de Julio Ponce, quien también festejó a su padre en noviembre. Francisca, la tercera de los cuatro hijos que tuvo con Verónica Pinochet, la hija de Augusto Pinochet Ugarte, tiene el mando formal de las sociedades que creó Julio Ponce. Secundada por Eugenio Ponce, de 73 años, el asesor eterno de su hermano mayor, en SQM desde 1981, hoy asesor del gerente general. La línea directa de Julio Ponce con SQM.

My Way

Frank Sinatra popularizó My Way en 1969. Era la reivindicación de alguien que llegaba al final de su vida y se felicitaba a sí mismo por tener una vida plena, casi sin remordimientos. Y que todo lo que hizo, lo hizo a su manera.

El empresario Julio Ponce Lerou junto a su hija Francisca Ponce Pinochet en seminario de 2024. Foto: Andrés Pérez Andres Perez

Esta semana, Julio Ponce se despidió a su manera. Tomó una decisión trascendental de negocios y luego formalizó su sucesión.

Primero, lo primero.

Las cinco sociedades cascadas abiertas a Bolsa decidieron el jueves que se fusionarán y reducirán a solo dos, algo latamente anhelado por sus cada vez más escasos accionistas minoritarios, dando paso a una nueva estructura del denominado grupo Pampa, controlador del 25% de SQM. La reorganización pudo hacerse ahora, tras el fin de contingencias tributarias que impedían hacerlo. Tampoco podía hacerlo hace años, porque las acciones indirectas que controlaba Ponce en toda la cascada era menos que ahora: si fusionaba en un solo vehículo, corría el riesgo de perder el control. Pero ahora su peso garantiza algo esencial: tras el colapso de las cascadas -Norte Grande, Oro Blanco, Potasios, Nitratos y Pampa Calichera- solo quedarán dos. Y en esas dos no tendrá menos de los dos tercios que le garantizan un gobierno sin contrapesos. Y con minoritarios suficientes que permitirán una alta liquidez a la acción.

Los sobrevivientes de las cascadas son Oro Blanco y Potasios.

Las sobrevivientes de la reorganización serán Oro Blanco y Potasios. Ya no será el grupo Pampa, como ha sido conocido por el nombre de la sociedad de inversiones creada en 1986. Tener dos vehículos tiene un sentido estratégico. Oro Blanco tendrá acciones suficientes para elegir dos de los ocho directores de SQM. Potasios, tendrá el poder para elegir otro. Si a futuro los herederos de Ponce quieren liquidar posiciones, tienen ya una manera de hacerlo.

La emblemática reorganización fue el momento elegido por Julio Ponce para terminar con un largo silencio mediante una carta de cinco puntos. Y anunciar una suerte de retiro. A su manera.

Igual que la canción de Frank Sinatra, reivindicó su pasado controversial. Comenzó en 1981, cuando era gerente de Corfo y llegó a la presidencia de SQM. Tres años después fue removido de esos cargos por su entonces suegro, Augusto Pinochet, tras acusaciones sottovoce de tráfico de influencias. Volvió en 1987 a SQM y no se movió más. Se hizo accionista de las sociedades que formaron trabajadores y ejecutivos, Oro Blanco y Pampa Calichera, y en 1990 tomó el control. En las siguientes tres décadas, SQM brilló. Penetró en 1993 en el salar de Atacama con la mira en el potasio, pero el propio Ponce impulsó más tarde la explotación de un mineral de futuro que entonces nadie valoraba mucho: el litio.

“La historia de este esfuerzo, y la mía, han sido inundadas de mitos, críticas y polémicas, las que sin embargo han terminado por ceder frente a la evidencia de los hechos, los resultados y a la magnitud de lo logrado”, recalcó en su misiva plagada de cuñas periodísticamente atractivas, una suerte de legado antes de los 80 años.

Ponce sabe que en su trayectoria empresarial dejó heridos en el camino. Pero para responder a eso, solía citar hace años una frase de Oscar Wilde: “Como no fue genial, no tuvo enemigos”.

El tercer punto de su carta incluyó un mensaje entre líneas. Aunque muchos han intentado sacarlo de SQM y las cascadas, su influencia sigue intacta. Corfo consiguió excluirlo a él y su familia del directorio de SQM hasta 2030 y Codelco extendió ahora esa restricción después de 2031, sin nombrarlo, prohibiendo que en el directorio de la nueva sociedad conjunta haya personas que hayan sido directores de SQM o Codelco por más de 10 años. La cláusula Ponce.

Cuando en 2018 Corfo prohibió su regreso a SQM, Julio Ponce intentó hacerlo como asesor. Desató un escándalo. Meses después, asistió al 25 aniversario de la emisión de ADR de 1993, en el New York Stock Exchange, Nyse. Fue una pequeña venganza. Levantó el puño y sonrió en el tradicional ring the bell de la mayor plaza bursátil.

En un reciente mensaje entre líneas, dio a entender que muchos han intentado sacarlo de SQM y las cascadas. Su influencia siguió intacta.

Todo aquello recordaron quienes leyeron este párrafo sutil y explícito de su carta: “Ahora, en el momento, lugar y forma en que yo así lo he decidido, es que también quiero comunicar que dejaré de ser un protagonista de esta historia”, escribió. Nadie lo sacó. Julio Ponce decidió apartarse y dijo la última palabra.

La misiva confundió a varios: anunciaba una suerte de jubilación cuando formalmente está retirado desde hace diez años. En abril de 2015, con el caso de los pagos a políticos encima, cedió la presidencia de SQM a Juan Antonio Guzmán por un año y luego a su hermano Eugenio desde 2016 a 2018. En septiembre de 2015 dejó la presidencia las cinco cascadas en manos del expresidente de la CPC, Rafael Guilisasti. Por eso el “retiro” de esta semana fue visto como una maniobra que perseguía otros fines, como formalizar el traspaso a su hija Francisca, más que anunciar su salida. “Busca empoderarla”, dice un cercano. “Quiso sorprender”, agrega otro.

Uno de sus cercanos asegura que Ponce, a sus 80 años, ya está más fuera que dentro y que no pretende participar en SQM ni en las cascadas. Que viaja más que antes, con su nueva pareja, y que está más dedicado a la natación que a la equitación, una práctica en la que corre más riesgos de accidentes. Que su intención fue decir: mi sucesión es mi familia. Y que su familia, en estos asuntos, la dirige su hija. “Es el fin de un capítulo”, dice alguien que bien lo conoce. Una sucesión a la manera de Julio Ponce. Pero nunca ha sido ni será un retiro total: Ponce seguirá, dicen quienes lo conocen, pendiente de SQM y su alianza con Codelco y de la nuevas matrices que dirigirá su hija.

La hija de Julio Ponce en un seminario de 2024, cuando debutó como alta ejecutiva de SQM. Ahora es sucesora de su padre en la compañía. Foto: Andrés Pérez Andres Perez

Francisca 2030

Francisca Ponce vive en Canadá, pero viaja regularmente a Chile. Fue asumiendo el liderazgo de los hermanos Ponce Pinochet lentamente, por decisión de su padre. En 2021 asumió la gerencia general de Inversiones SQYA, la controladora de las sociedades cascada; en 2023 entregó poderes de administración a una asesora de ella y revocó los del brazo derecho de Contesse Fica, el abogado Andrés Nieme, aún director de las cascadas; en marzo de 2024 se estrenó en público junto a su padre en un seminario de BTG y en abril de 2024 entró, junto a dos de sus hermanos, a las mesas de las cascadas; y ahora, esta semana, fue nombrada formalmente por su padre como su sucesora. Fue una secuencia que sugiere planificación.

Fría e inteligente, según alguien que la ha tratado; simpática y espontánea, según otro; Francisca Ponce se ha apoyado en la gerenta general de las cascadas, Catalina Silva, y en la gerenta de Inversiones SQYA, Caterina Dalbora.

“Esto lo venía preparando de hace rato”, dice una persona cercana a Julio Ponce sobre el traspaso de mando. Ponce lo puso así en palabras: “Lego el control y dirección, en lo profesional y patrimonial, de lo que viene a mi familia, representada para estos efectos en mi hija Francisca Ponce”, apoyada como siempre por su hermano Eugenio, anotó en su primera declaración pública en años, repitiendo lo que dicen los papeles formales: que el grupo es controlado por Pacific Atlantic International Holding Corporation y que es parte de “un fideicomiso (trust), denominado The Pacific Trust, constituido por don Julio Ponce Lerou en favor de sus hijos, en partes iguales”, como reflejan las memorias 2024 de las cascadas. El patrimonio, así, estaba ya asignado. La dirección formal, también. “La palabra crea realidad”, interpreta un profesional que ha seguido la sucesión. Es un mensaje a los stakeholders de SQM y las cascadas.

Los beneficiarios del trust son Julio César Ponce Pinochet (54 años), ingeniero comercial de la Universidad de Regis; Alejandro Augusto (53), quien ha sido presentado en las empresas como bachiller en ciencias de la agricultura; Francisca Lucía (45), licenciada en marketing de la Uniacc, con un diplomado en administración de empresas en Berkeley y un MBA en la Universidad Católica; y Daniela Verónica (41). Solo el primogénito no tiene cargos hoy.

El plan sigue su curso y la mirada está puesta en cinco años más, dicen quienes conocen bien a Ponce. En 2030, cuando terminen las restricciones para que él, sus hijos o sus hermanos puedan participar en el directorio de SQM, Ponce tendrá 85, pero su hija Francisca habrá sumado ya varios años de experiencia. Y podrá llegar a SQM. Y hasta sentarse también en la alianza con Codelco. A la manera de Ponce.

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