“Con Brasil nos vamos a dar una pausa”

Santiago Lira, Ricardo Sateler, Jaime Arrieta (CEO de Buk), Teresita Morán y Felipe Sateler fundaron Buk en 2017. Tras esta ronda de financiación la firma quedó valorizada en más de US$500 millones.

Jaime Arrieta, el CEO y uno de los fundadores de Buk, la startup de gestión de recursos humanos que esta semana recaudó US$35 millones para entrar en Brasil, dice que por la envergadura de esta operación no seguirán abriendo operaciones en un país por año como lo venían haciendo desde que partieron en 2017. Aquí habla de los planes de la firma que ahora vale más de US$500 millones y del difícil escenario para el sector, debido al fin del dinero barato y el escándalo de FTX. “Hoy día los inversionistas están superquisquillosos”, comenta.


“Uno nunca sabe, pero, por ahora el plan está dibujado hasta Brasil”, anticipa Jaime Arrieta, el CEO y uno de los fundadores de Buk, la startup de gestión de recursos humanos que esta semana recaudó US$35 millones para entrar a ese mercado y reforzar sus operaciones en los otros cuatros países donde está presente. El tamaño del gigante sudamericano los obligará a pausar su expansión para concentrarse en este nuevo desafío.

Próximamente abrirán oficina en Sao Paulo, mientras, en paralelo, avanzan con las formalizaciones legales, arman la parte administrativa y comienzan a generar contenido para la nueva operación brasileña. “Es un mercado de US$3 mil millones”, resalta el emprendedor.

Esta semana, la startup chilena creada por el propio Arrieta, junto a sus socios Santiago Lira, Teresita Morán, Felipe Sateler y Ricardo Sateler, acaparó todas las miradas tras protagonizar una segunda ronda de financiamiento en medio de un complicado entorno para levantar capital por el fin del dinero barato y el escándalo de FTX: fue sobresuscrita y como nuevo inversionista se sumó Base10, la firma de capital de riesgo de Silicon Valley del español Adeyemi Ajao, uno de los grandes nombres del ecosistema de startups en España. Él fue quien que le vendió Tuenti a Telefónica y apostó en los inicios de Cabify, entre otros negocios.

No es en todo caso, el primer “famoso” que entra a la firma que sus fundadores definen como una tecnológica. En octubre de 2021 Softbank y Greenoaks, líderes del sector, participaron en la primera ronda de financiamiento -por US$50 millones- que llevó la valorización de Buk a US$417 millones, convirtiéndola en una de las tres startups más valiosas de Chile después de Notco y Cornershop. Tras la última inyección de recursos la firma superó en valor los US$500 millones, acercándose a los US$1.000 millones, lo que la convertiría en el tercer unicornio chileno.

Brasil

Gracias a esta inyección de recursos, la empresa nacida en 2017 se fijó como primer objetivo desembarcar en Brasil. “Nos vamos a demorar probablemente un año en entrar”, advierte Arrieta por videollamada. Ello, porque sus algoritmos deberán primero aprender la legislación, integrarse con los sistemas y características locales para los pagos de sueldos, unir plataformas, etc. “La última etapa ya es formar un equipo brasileño con estructura local y ya con eso, partimos”, detalla.

Buk centraliza una serie de funciones de RRHH o que poseían diferentes softwares como pagos de sueldos, vacaciones, fichajes, evaluaciones, etc. Ello permite agilizar y alivianar el trabajo de estas áreas en las empresas, destinando mayor tiempo a comprender y manejar el nuevo entorno laboral.

Actualmente, la firma cuenta con más de 4 mil clientes en 4 países, tiene más de 800 colaboradores y este año inaugurarán sus nuevas oficinas en una de las torres del proyecto Metro Urbano Tobalaba (MUT).

México

El segundo objetivo es acelerar la expansión en México y reforzar su presencia tanto en Perú y Colombia como en Chile. Partieron en 2017 en Chile, donde hoy ya son uno de los principales actores del mercado. Después abrieron Colombia y luego Perú. El año pasado entraron a México, el mayor desafío hasta entonces y cuya experiencia fue vital para decidirse a ir por el gigante sudamericano. “En los primeros 7 meses que llevamos operando, México ha crecido más rápido que los otros 3 países combinados y gran parte del capital irá a capitalizar esa oportunidad ya que es un mercado que supera tres veces el tamaño de Chile: US$1.100 millones (el Chile es de US$300 millones)”, especifica Arrieta.

Con los US$35 millones captados esta semana, Buk invertirá alrededor de US$10 millones en México, la misma cantidad para abrir Brasil, que después requerirá más recursos y para Perú, Colombia -que están más maduros- destinarán otros US$5 millones.

-Ustedes habían pensado en ir también por España, ¿eso sigue en pie?

-España siempre estuvo ahí, también Costa Rica o Ecuador, pero uno al final va cambiando esas ponderaciones. Los otros mercados son muy chicos para lo que queremos hacer. Por ahora el foco está en Brasil. México y Brasil son tan grandes que hay mucho que hacer en esos dos mercados, por lo que yo creo que nos vamos a quedar acá. Con Brasil nos vamos a dar una pausa. México ha sido una historia extraordinaria, fue lo que nos motivó a ir a Brasil. Uno nunca sabe pero por ahora el plan está dibujado hasta Brasil.

Inversionistas quisquillosos

Arrieta cuenta que la preparación para esta segunda ronda de financiamiento comenzó en septiembre del año pasado. Fue un proceso intenso, donde además de reunirse con inversionistas y generar competencia entre ellos para conseguir un buen precio, abrir un data room e iniciar negociaciones, lo obligó a mantenerse conectado las 24 horas. “Pero salió extremadamente bueno y estamos felices”, dice.

A su juicio, los inversionistas los recibieron de buena gana porque para la Serie A prometieron hacer menos de lo que lograron y como sobrecumplieron, generaron una historia positiva. “Está contentos con nosotros”, sostiene el CEO.

Ello fue clave para enfrentar el complejo escenario en que quedó el sector luego de que se cerrara el grifo del dinero barato que llevó a las tecnológicas a un ciclo de euforia que ahora se enfrenta a los tiempos del ajuste por el alza en las tasas de interés y las dudas del mercado tras la quiebra -se investiga si fraudulenta- de FTX, una de las mayores empresas de criptomonedas del mundo.

Startups, fintechs y unicornios entraron a un amargo y duro nuevo ciclo, marcado por los despidos -más de 150 mil a nivel global en los últimos meses- menores gastos y mesura en sus ambiciones.

La ola no es generalizada, pero golpea. “Está supercomplicado y no veo pronto que se vaya a acabar y son varias cosas”, sintetiza Arrieta. Añade que tras la quiebra de FTX, que estaba valorada en US$ 20 mil millones, ahora los due diligence de los venture capital son más minuciosos. “A mí me tocaron las dos realidades: levanté capitales en un mercado muy bueno que era superfácil y todo el mundo quería invertir contigo y con un papel se levantaba dinero y ahora no. Están superquisquillosos, analizan todo profundamente, están dando vuelta a todo para ver si en verdad las empresas son de verdad”, explica.

-¿Está complicado para todos o para algunas startups más que otras?

-Para empresas con buenos fundamentos sigue siendo atractivo y obviamente hay capital, pero para empresas que quizás son más apuestas, los inversionistas están un poquito más a la defensiva. Están buscando empresas que ya puedan mostrar que son rentables. De aquí a fin de año varias empresas van a tener que levantar recursos y están bien duras las condiciones y, además, se da que entre los venture capital ninguno quiere liderar. La gente está mirando lo que hace el resto, pero este año por lo menos va a estar complicado. Las series más altas están más complicadas en cuanto a valorización que una empresa que está recién empezando porque todavía le quedan muchos años, quizá unos 10 antes de una apertura o venderse. Y en esos 10 años las condiciones de mercado van a cambiar.

- ¿Su plan considera abrirse en bolsa?

- Nosotros podríamos haber levantado más dinero si hubiéramos querido, ya que había otros fondos que querían invertir. Pero tomamos la decisión de ir con lo justo y necesario y con eso estamos de acá a cuatro años. Tampoco es algo positivo diluirse tanto. Uno busca la mayor cantidad de dinero a la mayor valorización, pero con la menor dilución posible, y al final esa es la madre de las batallas de levantar capital creo yo.

-Ustedes en cuánto se diluyeron?

-En una ronda una empresa se puede diluir 20%. Nosotros acá estamos hablando de una de dilución de un dígito, algo que también es algo inédito. Los inversionistas que entraron van a tener una participación minoritaria y nosotros, los fundadores, seguimos manteniendo el control.

-Piensan abrirse a bolsa?

-No. No lo descarto, pero a nosotros nos entretiene hacer negocios como el que estamos armando y si eventualmente estamos en un tamaño que la única forma de financiamiento es a través de una apertura en bolsa, no lo descartaría, pero no es algo que estemos buscando como un hito.

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