Mario Pablo Silva, ex presidente de Vinos de Chile: "El país necesita posicionarse como un productor de vinos de alta gama"

mario pablo silva, presidente de vinos chile.
Mario Pablo Silva, Expresidente de Vinos Chile.

El representante del gremio vitivinícola finaliza este jueves dos periodos a la cabeza de la agrupación. Pide al mercado "creerse el cuento" con la calidad del producto local y consolidar una imagen país que tenga al vino como su principal referente.


Tras cuatro años al frente del gremio vitivinícola, Mario Pablo Silva se despedirá este jueves de la presidencia de la instancia que agrupa a las principales viñas del país. Vinos de Chile elegirá a su nuevo directorio y si bien no se puede cantar victoria hasta tener los votos contados, todo indica que Aurelio Montes será quien lo suceda.

Silva se va contento y satisfecho, dice al teléfono desde su casa en Los Lingues, San Fernando, donde pasa la mayor parte de su tiempo, a la cabeza también del negocio familiar: la viña Casa Silva. "Siento que está terminando un periodo en armonía en general, con muchos pequeños gremios que forman parte de la industria de vino, que trabajan alrededor de la industria del vino. Siento que hemos hecho un periodo muy correcto de todo punto de vista. No hubiéramos podido hacer estos cuatro años si no hubiera tenido el apoyo irrestricto de las viñas y del equipo humano que trabaja en Vinos de Chile".

La gestión que realizó con el equipo interno fue intensa, con el desarrollo de la Estrategia 2025 para el mercado externo, la que tiene como objetivo consolidar al país como el productor número uno de vinos premium, sustentables y diversos del nuevo mundo. "Espero que esto algún día se vea reflejado en que el vino chileno por fin sea reconocido a nivel internacional y mundial como un vino de altísima calidad", afirma.

Aunque cree que esto tiene que partir por casa: "como chilenos tenemos que creernos el cuento y pensar y desarrollar toda nuestra estrategia pensando en que el producto es de alta calidad (...) Hemos logrado convencer a la gran parte de la industria del vino y exportadores de vino embotellado, que Chile necesita posicionarse como un productor de vinos de alta gama, sin descuidar los otros segmentos del mercado, porque todos son importantes", agregó.

El reconocido crítico James Suckling, en su último reporte, criticó que Chile sigue en el mercado masivo. ¿Qué otras acciones, además de la Estrategia 2025, se pueden realizar?

-Hay que seguir invirtiendo en innovación y desarrollo, invertir en imagen país, tenemos que salir a convencer a los expertos de la calidad de nuestros vinos, tenemos que trabajar fuertemente en eso, pero también hay que entender que Suckling escribe dentro de lo que él ve, pero lo que está viendo James Suckling con lo que había en la industria del vino hace 20 o 30 años, es totalmente distinto, hoy hemos crecido mucho. Cuando vienen periodistas ven el estándar de hoy, pero no estuvieron en Chile hace 30 año y no han visto el desarrollo y la evolución que ha tenido el vino chileno en el tiempo, que ha sido extremadamente positivo.

Hay que tener claro que países como Francia, España e Italia que son los principales países a nivel mundial, venden una cantidad de vino barato inmenso, esa área no se puede desconocer. Lo que necesitamos es potenciar el vino, potenciar la imagen de Chile, para vender vinos más caros.

También destacó las cepas originarias o antiguas. ¿Es una oportunidad de mercado?

-Hay que ver cuánto es el potencial que podrá tener, porque muchas veces aparecen cepas nuevas o muy antiguas y todos creemos que es un boom, que nuestros vinos van a ser vendidos inmediatamente y no es así. Y finalmente se hacen vinos de alguna cepa nueva pero la gran masa queda ahí porque no hay mercado para todo eso. Entonces es muy importante no generar falsas expectativas con la aparición de muchas cepas patrimoniales, cepas nuevas, que para mí son tremendamente importantes y hay que apoyar todo eso y estoy trabajando en ello, pero no hay que crear falsas expectativas sobre los posibles volúmenes de ventas nacional e internacional porque todo esto tiene su limitante. Hoy con las cepas que más se venden, estamos peleando con el mundo.

Además de apuntar a la alta gama, ¿qué otra tarea le queda al sector?

-Hemos trabajado en concientizar a las autoridades en esto, hemos hecho estudios que nos permiten afirmar que el vino es el producto más emblemático de Chile de acuerdo a la imagen país, pero es clave que de ahora en adelante sea imagen, imagen y más imagen. Tenemos que preocuparnos de generar imagen país y en eso tenemos que insistir con el gobierno, que tomemos el vino como un producto emblemático. Es una de las claves para poder preuminizar nuestro sector, y este desafío no es solo para el vino, sino para todo Chile, en el turismo, en la exportación de alimentos y productos orientados al consumidor final, es claramente la principal brecha y desafío que debemos resolver.

El gobierno ha estado impulsando la asociatividad en la industria, sobre todo para que los pequeños productores puedan también vinificar. ¿Se podría ver una Colun del vino a futuro?

Sería muy bueno, creo que es una forma. Hemos estado trabajando con el ministro Walker y encuentro muy buena idea lo que el ministro plantea en términos de asociatividad y por qué no cooperativas, si las cooperativas bien hechas, el cooperativismo moderno, funciona muy bien, y en el vino eso también podría funcionar.

Siempre hay que ser claro y mantener informado a los productores cuál es el real potencial de cada uno de los proyectos y los cepajes y que no se hagan elefantes blancos que al final no funcionen, que nos puede pasar a todos.

Ahora que deja la presidencia de Vinos de Chile, ¿se enfocará en Casa Silva?

Soy gerente general de la viña de mi familia y socio, por lo tanto me voy a dedicar a eso. Tenemos algunos proyectos y yo tengo proyectos personales en el área inmobiliaria y espero seguir apoyando la gestión de la nueva directiva de Vinos de Chile para ir encausando las buenas cosas que hemos podido realizar. Me lo han pedido, aunque todavía no sé de qué forma. Pero Viña Casa Silva demanda casi todo mi tiempo.

Y allí está su centro de operaciones…

-Yo vengo de una familia vitivinícola de corazón, es nuestro negocio. Mi hija Dominga es la sexta generación que llega a la viña, está a cargo del área de hotel, restaurante, tours. Max, el mayor, se recibió de ingeniero agrónomo y ahora está haciendo los cursos de enología; Mario está estudiando agronomía y Clemente y Agustina, la más chiquitita, viven conmigo en San Fernando. Mi vida es Casa Silva, somos una familia que vivimos del vino, amamos el vino y respiramos el vino. Por lo tanto, haber estado cuatro años aportando a la industria para mí ha sido muy satisfactorio.

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