McKinsey sitúa a Chile en una “posición estratégica” para la inversión extranjera directa, pese a caída en mundo emergente
La IED se concentran hoy en la "industria del futuro", un cambio que arrastró a las regiones emergentes a nivel global, a su nivel más bajo en 20 años, según un informe de McKinsey & Company. En Chile, en cambio, el promedio anual de IED anunciado entre 2022 y 2025 fue de US$ 12 mil millones, lo que representa un aumento de 31% respecto a 2015-2019, de acuerdo a la consultora.
La consultora internacional McKinsey & Company analizó el impacto histórico, el estado actual y, principalmente, el futuro de la inversión extranjera directa (IED) en el mundo, donde Chile fue utilizado como caso de ejemplo.
En la introducción del documento, llamado “The FDI shake-up: How foreign direct investment today may shape industry and trade tomorrow", se señala que la posición del país “como líder mundial” en la exportación de cobre por más de 100 años se explica por las “empresas multinacionales que desarrollaron vastas minas a cielo abierto y transfirieron su experiencia geológica, de ingeniería y operativa”.
El trabajo estima que la IED está atravesando un cambio, donde cumple un rol de fomentar las industrias del futuro, como la inteligencia artificial (IA).
Así, establece que desde 2022, el 75% de los anuncios de IED se concentra en industrias que moldearán el futuro: semiconductores, centros de datos para inteligencia artificial, vehículos eléctricos, baterías y minerales críticos, dejando atrás a las industrias tradicionales, y anticipando con ello una reconfiguración de las cadenas de suministro globales.
Aunque también apunta a un factor geopolítico del nuevo contexto de la IED: “Las economías avanzadas anunciaron un aumento de inversión mutua, en particular hacia Estados Unidos, pero redujeron los flujos hacia China en casi un 70 %”, dice el informe.
Y en ese contexto, destaca que “China pasó de ser un receptor neto de inversiones a un inversor destacado en sectores que definen el futuro, lo que impulsó los anuncios hacia Europa, América Latina, Oriente Medio y el Norte de África en más de dos tercios”.
“Las economías emergentes atrajeron promesas de inversión de todo el espectro geopolítico”, agrega.
Sobre el estado global de la IED, el estudio estima que este año se encamina a alcanzar los US$ 840.000 millones, frente al promedio anual de US$ 490.000 millones entre 2022 y 2024, “impulsados en su totalidad por el aumento de los centros de datos a nivel mundial y de las fábricas de semiconductores, especialmente en Estados Unidos".
Además, el documento analiza la IED para proyectos nuevos o greenfield, donde el promedio entre 2022 y mayo de 2025 alcanzó los US$ 1.407 mil millones, un incremento respecto al promedio de 2015-2019, de era de $1.137 mil millones.
En este escenario, el reporte resalta el rol que tendrán los proyectos que “definen el futuro”, como la manufactura avanzada, la infraestructura necesaria para el impulso de la inteligencia artificial (IA) y los recursos que las impulsan, como los minerales críticos.
Al respecto, los datos del texto muestran que los servicios operacionales y profesionales, y la manufactura básica, concentraban el 45% de la IED greenfield entre 2015-2019, mientras que ahora son solo un 24%, en el promedio 2022-mayo 2025.
En tanto, el sector que muestra una mejor evolución es la energía, pasando de concentrar el 23% al 31%, donde se destacan las inversiones anunciadas en fuentes renovables, como solar, eólica e hidrógeno verde.
El siguiente sector en mostrar más avances es la manufactura avanzada, que pasó de 17% al 24%. Aquí se incluyen nuevas fábricas de semiconductores, líneas de montaje de vehículos eléctricos y nuevas gigafábricas de baterías, que se utilizan principalmente en la fabricación de automóviles, la farmacéutica (en particular, medicamentos para combatir la obesidad), la electrónica y áreas más pequeñas, pero de rápido crecimiento, como la robótica y las tecnologías vinculadas a la defensa.
En el listado también está el avance de las comunicaciones y software, donde la IED nueva aumentó en el periodo del 11% al 14%. Esta área incluye temas como la infraestructura digital, centros de datos y software.
Finalmente, también entre los que más suben están los metales y minerales, de un 4% a 7%. Esto tiene relación con los proyectos de extracción y refinación de minerales esenciales para la manufactura avanzada, como el cobre, el litio y el níquel. “La mayor parte de la otra mitad se destinó a la cadena de valor del acero, en particular a procesos de fabricación de acero más modernos y con menores emisiones”, señala el documento.
“Desde 2022, tres cuartas partes de los anuncios transfronterizos se han dirigido a este tipo de industrias que definen el futuro, así como a proyectos energéticos y mineros, un aumento con respecto a aproximadamente la mitad antes de 2020. Si bien no todos los anuncios se concretan, históricamente entre el 60% y el 80% lo ha hecho”, resume el documento.
Panorama regional
Ante esta nueva realidad, McKinsey plantea que América Latina y el Caribe tienen una oportunidad en el área de energía y recursos. Más del 80% del aumento de IED en la región, desde 2022, proviene de proyectos energéticos.
Esto, sin embargo, en un contexto donde las regiones emergentes no destacan en este nuevo panorama de IED, según el informe. Los anuncios anualizados de IED hasta mayo de 2025 en cada una de las regiones emergentes de Asia, América Latina, Oriente Medio y Norte de África, y África subsahariana, se encuentran en su nivel más bajo en 20 años.
“En conjunto, los anuncios de IED en estas regiones han caído un 50% respecto de sus niveles durante el período 2022-24, sobre una base anualizada", de acuerdo al estudio, sobre lo reportado en 2025.
Análisis local
En el ámbito de este trabajo, la oficina en Chile de McKinsey entregó datos particulares sobre el estado de la IED en el país.
Indica que el promedio anual de IED anunciado en Chile entre 2022 y 2025 fue de US$ 12 mil millones, lo que representa un aumento de 31% respecto a 2015-2019. También, esa cifra es un 24% mayor que el promedio global para el periodo actual.
“La nueva geografía de la inversión extranjera sitúa a Chile en una posición estratégica. Con un 91% de los flujos dirigidos a energía, minería y tecnología, el país tiene la oportunidad de pasar de exportar recursos, a desarrollar soluciones para la transición energética global”, explicó Jaime Szigethi, socio y managing partner de McKinsey Chile.
Otro de los antecedentes que entregan es que Europa ha aportado aproximadamente 69% de la IED hacia Chile desde 2022, seguida por Estados Unidos (17%).
Asimismo, detallan que las inversiones en industrias y recursos “del futuro” (como energía, minería y tecnologías avanzadas) representan 91% de la IED anunciada desde 2022, lo que constituye 16 puntos sobre el promedio global (75%).
“Los dos sectores líderes de inversión entrante son energía y metales y minerales, que conforman el 83% de la IED total en el país (...) el crecimiento está impulsado por megaproyectos de cobre y litio”, añaden.
De esta forma, Szigethi resaltó que “la clave para consolidar a Chile como un hub regional de minería sostenible y energía limpia es atraer inversiones que impulsen capacidades en refinación, manufactura avanzada y servicios tecnológicos”.
Lo último
Lo más leído
1.
5.
⚡¡Extendimos el Cyber LT! Participa por un viaje a Buenos Aires ✈️ y disfruta tu plan a precio especial por 4 meses
Plan digital +LT Beneficios$1.200/mes SUSCRÍBETE