Rusia corta el suministro de gas a Polonia y Bulgaria y el precio se disparó

El valor del gas en Europa llegó a subir un 20% tras la jugada de Rusia para que los países europeos compren su producto en rublos.


Rusia detuvo los envíos de gas a Polonia y Bulgaria, y dijo que mantendrá los suministros cortados hasta que los dos países acepten las demandas de Moscú de pagar el combustible en la moneda rusa (rublos). Los precios del gas en Europa subieron un 20 % debido a la repentina decisión de Rusia de convertir sus vastos recursos energéticos en un arma contra los aliados de Ucrania.

Sin embargo, los precios bajaron más tarde cuando se supo que algunas empresas europeas han tomado medidas para acceder a las demandas de Moscú, reduciendo el riesgo de un corte más amplio. La Unión Europea aún no ha respondido, más allá de calificar la medida de Moscú de “chantaje”, y Alemania, el país que más depende del gas ruso, no ha tomado ninguna medida.

La capacidad de la UE para permanecer unida ahora puede ponerse a prueba: a medida que los plazos de pago comienzan a vencer, los gobiernos y las empresas de toda Europa deben decidir si cumplir con las nuevas reglas o enfrentar la perspectiva del racionamiento de gas.

El mes pasado, el presidente Vladimir Putin sorprendió a los gobiernos y mercados europeos al exigir que el gas se pague en rublos, a través de un mecanismo complicado que implica la creación de dos cuentas bancarias vinculadas para manejar la transacción de divisas. La UE, en principio, ha rechazado la demanda, diciendo que violaría las sanciones y fortalecería la mano de Rusia.

Pero Uniper SE, un comprador masivo de gas ruso, ha dicho que cree que puede seguir comprando gas sin violar las sanciones.

Según una persona cercana al gigante ruso del gas Gazprom PJSC, cuatro compradores europeos de gas ya han pagado los suministros en rublos y 10 empresas han abierto cuentas en Gazprombank que les permitirían cumplir con las nuevas reglas de pago.

La próxima serie de pagos vence en la segunda quincena de mayo, según la fuente de Bloomberg. En esa línea, todos los ojos están puestos en Alemania e Italia, ambos fuertemente dependientes de la energía rusa.

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